A precio de pasillo Hospital de Yauco

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| Publicado el 30 octubre 1997

María Berríos
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Bandera Roja
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La venta del Hospital de Yauco es un suceso lamentable. El mismo fue vendido en $11 millones, por debajo del precio de tasación de $16.5 millones. Este hospital fue construido en 1979 a un costo de $17 millones. Peor aún, el gobierno se quedó con la deuda de $8 millones. Nos parece correcta la apreciación de la Unión Nacional de Trabajadores de la Salud (UNTS) al señalar que está es como si usted vendiera su casa, pero se quedara pagando la hipoteca. Gran negociante ha resultado ser Rodríguez Ema, pero a favor del privatizador.

Lo más grave de todo este asunto es el futuro de la salud de los 75 mil médico-indigentes de Yauco, Peñuelas y Guayanilla. Los 16 mil médico-indigentes que aún no tienen la tarjetita, por las razones que sean, no podrán recibir más servicios allí. Los que tienen la tarjetita, de momento, seguirán recibiendo los servicios de salud en Yauco. Pero Después de un año no se sabe.

La ley que creó el PNP para vender las facilidades de salud permite vender los hospitales por debajo de su costo, inclusive por debajo de lo necesario para cubrir sus deudas. Con ello el gobierno subsidia al privatizador. Permite que cierren el Hospital y lo dediquen a otros fines.

Se obliga a los privatizadores a recibir los pacientes de la tarjetita por sólo el primer año. Luego de ello la libre competencia y el mercado determinarán quien utilizarán las facilidades vendidas.

La experiencia del Hospital de Fajardo es un buen ejemplo de lo que significa para el gobierno ser un supuesto «facilitador» y no un proveedor de servicios. La empresa privada que administraba dicho hospital no pudo generar ganancias con los ingresos que recibía y abandonó la operación, dejando sin servicio sobre 125 mil personas y sin empleo a 225 jefes de familias. Para la “Adventist Health System” que compró Yauco. Hay otras opciones como no aceptar más la tarjetita, dedicarse a un área de la salud que le genere ganancias, o simplemente dejar de ser un hospital y crear otro negocio. El sentido de servicio público no existe para el gobierno del PNP.

Problemas serios va a tener el PNP y gobiernos futuros cuando el descuadre económico de la Reforma la haga colapsar. En una acción consciente, el único interés del gobierno, dicho por el propio Rodríguez Ema, es sacar el dinero para pagar las deudas de las facilidades hospitalarias. No hay fondo de reserva para hospitales en el futuro, ni hay dinero de reserva para subsidiar la costosa tarjetita. La ganga de venta de hospitales no la van a hacer los privatizadores si el gobierno quiere adquirirlos nuevamente y los costos de construcción serán más altos que dos décadas atrás.

Es por está que tenemos que continuar la lucha por defender los servicios esenciales del pueblo, como lo son la salud, la educación, el agua y otros. Es por eso qué la lucha contra la venta de la telefónica es nuestra responsabilidad. Tenemos que levantar nuestra voz de protesta en reclamo de los derechos del pueblo y en defensa de los servicios esenciales.

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