Con la anexión seguiremos siendo colonia

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| Publicado el 30 mayo 1998

José Velaz Ortiz

La Cámara de Representantes del Congreso norteamericano, a través del Proyecto Young, ha admitido la condición colonial de Puerto Rico. No obstante, tal reconocimiento está planteado en un proyecto que pretende perpetuar nuestra condición colonial y negarnos la aplicabilidad de los principios básicos del derecho internacional en lo referente a la descolonización de los pueblos.

El derecho internacional sobre descolonización es el producto del proceso ocurrido durante los últimos 50 años, particularmente entre los pases de África y Asia. Producto de esa experiencia es la resolución 1514 de la ONU que proclama el derecho inalienable a la independencia, sin ningún tipo de condición o reserva, y al libre ejercicio de la soberanía, sin que la misma pueda ser pospuesta por pretextos de falta de preparación política, económica, social o educacional. La descolonización presupone la desmilitarización del territorio, la concesión de una amnistía incondicional a todos los presos políticos luchadores por la independencia y el traspaso incondicional de la soberanía al pueblo colonizado. En este contexto, la alternativa de la integración planteada en la resolución 1541 de la ONU no es aplicable al caso de Puerto Rico ya que la misma se reconoce como posibilidad para la reunificación de territorios culturalmente uniformes que han sido artificialmente divididos por poderes coloniales. La anexión no es una alternativa descolonizadora para integrar naciones con lenguajes y culturas diferentes a un país imperial. Por lo tanto, la estadidad no es realmente una alternativa descolonizadora como se le quiere hacer creer a nuestro pueblo.

Las acciones imperialistas de los Estados Unidos sobre Puerto Rico han incluido, entre otras: la creación de bases militares norteamericanas en nuestro territorio, la implantación de planes de americanización de nuestra población, la creación de una economía dependiente de la economía de los EU, la imposición del servicio militar obligatorio y de la ciudadanía norteamericana, la aplicación directa de las leyes federales, la persecución y encarcelación de los luchadores por la independencia, el control de la emigración masiva de población puertorriqueña hacia los EU y de norteamericanos y de inmigrantes hacia Puerto Rico, la participación de puertorriqueños en las guerras y conflictos militares de los norteamericanos y, en fin, el uso incondicional de nuestra población, de nuestros recursos y de nuestro territorio para todo tipo de actividades de los EU y sus aliados.

A la luz de las diferencias existentes entre nuestro pueblo y el pueblo norteamericano y del derecho internacional, es imposible la integración o anexión a los EU como alternativa descolonizadora. Sin haber cesado definitivamente la intervención militar, económica y Política sobre nuestro país, sin haber efectuado una entrega de soberanía a nuestro pueblo y sin haber liberado a los luchadores por la independencia, es nula cualquier consulta sobre estatus que se le haga a nuestro pueblo. Lamentablemente, Washington y los estadistas han logrado el abandono del PIP a sus exigencias de que se cumpla el derecho internacional en busca de una legitimación independentista al Proyecto Young. Ante ello, es necesario desenmascarar el carácter colonial y asimilista de la alternativa anexionista y hacer claro a los EU que el derecho a la independencia es irrenunciable y que la anexión de nuestro país tendrá el efecto de fomentar la lucha nacional como ha ocurrido con los pueblos irlandeses, vascos y otros que han visto amenazada su identidad nacional.

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