Forjando nuestra historia con lucha y resistencia

| Comité Central del MST

| Publicado el 1 mayo 2025

En todos los países del mundo, independientemente de su historia, cultura, religión y costumbres los y las trabajadoras conmemoramos cada 1ro de mayo, Día Internacional de los y las trabajadoras. Ni el año nuevo es una fecha tan universal como el 1ro de mayo. La razón de ello es que, a pesar de todas las diferencias aparentes, la mayoría de quienes poblamos este planeta somos parte de la clase trabajadora.

Siempre la mayoría de la humanidad ha estado en la necesidad de trabajar para sobrevivir y mantener a su familia. Sin embargo, con el desarrollo del capitalismo las y los trabajadores hemos podido crear unos vínculos de unidad que trascienden la comunidad, el pueblo y las naciones. Esto se debe en gran medida a que el capitalismo fomentó la conglomeración de grandes masas de trabajadores que abandonaron el campo donde producían sus propios alimentos y quedaron obligados a trabajar para un capitalista de manera asalariada. Cada vez más, las condiciones de la gente trabajadora fueron creando unos mismos retos e intereses. Esta realidad histórica ayudó a crear lo que conocemos como la conciencia de clase. Que no es otra cosa que entendernos como una clase social que es fundamentalmente explotada por quienes controlan los medios de producción (dueños de fábricas, empresas, etc.) y que no nos queda más remedio que someternos a este sistema en donde nuestro trabajo produce grandes riquezas, pero a la hora de distribuir las ganancias, solo nos tocan migajas.

La clase trabajadora ha forjado su propia historia en todos los aspectos de la vida. Pero ante las desigualdades sociales y ante la explotación económica han encontrado en la solidaridad de clase la fórmula para lograr las grandes conquistas que hoy gozamos y que se encuentran asechadas por quienes gobiernan tanto en Puerto Rico, como en EE. UU. y en el mundo. El derecho a una jornada laboral de ocho horas, licencias de vacaciones y enfermedad; normas de salud y seguridad en el empleo; el reconocimiento de que las mujeres sean tratadas con los mismos derechos; entre tantas conquistas han sido parte de los logros de la clase trabajadora organizada. Esta solidaridad de clase se refleja en la construcción de uniones obreras y organizaciones políticas que se organizan para adelantar los intereses de clase.

Los patronos conocen muy bien la importancia de organizarse como clase. Ellos, la clase capitalista o burguesa han sido los artífices intelectuales de los gobiernos modernos que hoy conocemos como democracias. Sus democracias se basan en garantizar una aparente igualdad entre toda la ciudadanía, sin embargo, siempre hay unos “menos iguales”. Por ejemplo, la democracia de los Estados Unidos se fundó bajo el principio de la esclavitud de personas traídas de África, el genocidio de los pueblos indígenas y bajo el precepto de que los derechos de las mujeres serían limitados. Gracias a las luchas de estos sectores oprimidos, se han dado pasos gigantes para reconocer mayores derechos. Sin embargo, en la medida que se alcanzan derechos de igualdad formal, se sigue abriendo la brecha entre quienes tienen mayor poder económico y las grandes mayorías. Al punto de que hoy en día las democracias occidentales se mueven a base de campañas multimillonarias que en la práctica limitan el acceso al poder a un puñado de billonarios.

La igualdad que ha propuesto la democracia capitalista ha sido una sólo aparente. Los derechos de las mujeres, las personas negras, las personas lgbtq+ siempre han estado en juego porque los dueños del mundo saben que es necesario dividir a la clase trabajadora y crear chivos expiatorios. Hoy día resalta como quieren que creamos que la comunidad lgbtq+ y las personas inmigrantes son la causa de nuestros problemas. Estas son batallas que tenemos que dar para forjar una unidad de clase más fuerte e inclusiva. Sin embargo, es necesario darnos cuenta que el derecho democrático que más nos niegan es el de la igualdad en la participación en las decisiones económicas. ¿Qué se produce en el País? ¿Cuáles son las prioridades al momento de usar el presupuesto? ¿En qué condiciones se trabaja?  Y, ¿cómo se distribuyen las ganancias de todas las empresas públicas o privadas? Son las preguntas que deberíamos hacernos para darnos cuenta de que nos falta un gran trecho para vivir en una democracia plena en la que cada persona tenga el mismo peso en la toma de decisiones.

Cada 1ro de mayo es necesario reflexionar sobre la historia de nuestras luchas y conquistas. Debemos evaluar colectivamente nuestra realidad actual y proponer un curso de acción para lograr una verdadera democracia. El MST propone una democracia socialista de los y las trabajadoras en la que no existan unos pocos controlando las riquezas que producimos colectivamente. Nos corresponde a la clase trabajadora abrirnos paso a la verdadera democracia.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.