En los pasados ocho meses, el gobierno federal bajo la segunda administración de Trump ha desplegado la guardia nacional en dos ocasiones, en Los Ángeles, CA y Washington DC. Estas decisiones antidemocráticas han abierto el debate sobre los límites del poder presidencial al utilizar las fuerzas militares dentro de su propio territorio. Estas medidas del gobierno federal son un golpe a las ciudades santuarios, las cuales buscan proveer espacios seguros para sus ciudadanxs, incluyendo a la comunidad inmigrante, limitando la cooperación de las autoridades locales con las federales. Según Trump, el despliegue de la guardia nacional en DC se debe al aumento en la criminalidad la cual, según él, está vinculada al aumento en la inmigración. Las autoridades locales han desmentido estas alegaciones y condenan el despliegue de las fuerzas armadas. Trump ha amenazado otras ciudades que se consideran santuarios con tomar medidas similares si no se acatan las órdenes o no se coopera con el gobierno federal.