El femicidio de Claribel Montes Alicea, sacudió al país por lo que fue su última hora de vida. La mujer de 40 años aún estaba viva con múltiples heridas punzantes en su cuerpo en la acera cuando llegó la Policía. Los agentes tardaron media hora en llegar. La ambulancia tardó poco más de una hora desde la llamada; llegando 31 minutos después de los agentes, según cámaras de seguridad. La policía llegó para esclarecer el incidente, no para evitarlo. El servicio de emergencia médica llegó demasiado tarde. El Departamento de Seguridad Pública indicó que la respuesta por parte del Negociado de Emergencias sería investigada. Pero más allá de investigar un protocolo, el sistema de salud, de emergencias y de seguridad operan bajo una crisis severa y multifacética en un país en el que la violencia de género es un problema que rompe record.
La falta de unidades operativas es un elemento clave tanto para la policía, que a veces solo tienen una patrulla por cuartel, como para el personal de emergencias. Al momento de nuestra investigación no hay disponible una cifra actualizada del total de ambulancias en el país. Sin embargo, con frecuencia no hay suficientes ambulancias disponibles. Hay municipios que ni cuentan con unidades y tienen que usar las que estén disponibles de otros pueblos; si son privadas en ocasiones se usan para traslados y, en muchas ocasiones, hay unidades pero no hay personal.
La paga de apenas $1,200 mensuales, falta de beneficios marginales, y la sobrecarga laboral son las razones detrás de la escasez crítica de personal de salud, específicamente en paramédicos y rescatistas. Este sector enfrenta cargas de trabajo excesivas, turnos extremadamente largos y agotamiento extremo, lo que empeora la calidad de la atención y desincentiva a los profesionales. El sueldo es muy bajo, por lo que con frecuencia trabajan para 2 y 3 compañías, atendiendo la crudeza de situaciones de emergencias bajo las mismas condiciones laborales.
La respuesta en el caso de Claribel sólo sirvió para investigar el asesinato contado por la misma víctima mientras agonizaba gracias a un sistema en ruinas que explota la poca fuerza laboral que le queda. Ese mismo día se publicó en los medios que la Procuradora de la Mujer había comprado una guagua de lujo, Tahoe, valorada en $113K.
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