Censurado por ser rapero

| Publicado el 22 septiembre 2003

Lun, 2003-09-22 20:00

Hugo J. Delgado-Martí
Unión de Juventudes Socialistas (UJS-MST)

“No me hables de lo justo, ni de lo injusto, pues mi diploma de cuarto año está firmado por un corrupto”
Eddie Dee, rapero. 

Los jóvenes somos víctimas dobles de la sociedad en que vivimos. Por un lado nos toca vivir y trabajar, al igual que el resto de los seres humanos, en una sociedad injusta donde la ambición de lucro prevalece frente a la solidaridad. En el capitalismo, a los jóvenes, junto con otros grupos marginados (los inmigrantes, las mujeres, etc.), nos toca realizar los peores trabajos por la peor paga. Trabajos de “fast foods”, medio tiempo, etc. sin los derechos mínimos que gozan, merecidamente, los demás trabajadores.

Por otro lado el estado asume un discurso que proyecta a los jóvenes como los culpables de la criminalidad. La criminalidad es una de las consecuencias del capitalismo. El desempleo, la falta de oportunidades de educación para los pobres, son el pan nuestro de cada día para miles de jóvenes en nuestro país, y facilita el reclutamiento de jóvenes para el tráfico y abuso de las drogas, legales e ilegales.

El estado y sus representantes, para zafarse de su responsabilidad, utilizan a los jóvenes como chivos expiatorios. La juventud se convierte en la culpable de un problema del que sólo son responsables los que se lucran del capitalismo. Dentro de su esquema, además, criminalizan las expresiones culturales del pueblo. “Allí donde hay perreo hay crimen” fue el “brillante” análisis del Superintendente de la Policía Víctor Rivera sobre la muerte de varios jóvenes en discotecas del país. No cabe la menor duda del alto contenido sexista y homofóbico de la gran mayoría de las producciones de rap, y reggaetón. Estas expresiones forman parte de la ideología popular que se refleja no sólo en la música de los jóvenes, sino en la música popular en general. Las expresiones populares están sumamente cargadas de concepciones, sexistas, xenofóbicas, y homofóbicas, elementos retrógrados que hay que combatir. La música no produce la criminalidad. La expresión cultural solo refleja las contradicciones de la sociedad en la que se produce.