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BREL1| Publicado el 16 julio 2018
Luego de décadas de políticas neoliberales y de pasarle el costo de las crisis a los trabajadores, y en ausencia de movimientos obreros fuertes y de alternativas de izquierda viables, el fascismo está creciendo. No necesariamente se trata de estados fascistas consolidados en el poder. Se trata de las condiciones para el crecimiento de movimientos fascistas que puedan sólidamente hacerse con el poder estatal en los próximos años, si se les deja el camino abierto. Por tanto, urge discutir qué se puede hacer para detener su avance y derrotar sus bases.
La consolidación del autoritarismo de Vladimir Putin, las políticas xenofóbicas y en general reaccionarias de Donald Trump, la victoria del Brexit, los avances electorales de los fascistas en Francia, Austria, Holanda, Hungría, Bélgica, Alemania e Italia, todos van contribuyendo a inflar la confianza y fortalecer la capacidad organizativa de la ultraderecha. La presidencia de Trump inspiró la confianza para que cientos de fascistas marcharan por las calles de Charlottesville, Virginia portando antorchas encendidas y cantando “sangre y tierra,” “Heil Trump” y “los judíos no nos reemplazaran.” Ese día de agosto de 2017 uno de ellos lanzó su automóvil contra los antifascistas matando a Heather Heyer, una joven de 32 años e hiriendo a varios.
Hoy las continuadas presiones de Trump para construir un muro fronterizo con México; la política de “Cero Tolerancia” que criminaliza a los inmigrantes y los separa de sus niños; la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de permitir las prohibiciones de viaje a los musulmanes de ciertos países y las decisiones que permiten la discriminación contra los homosexuales basada en la religión y que a las mujeres se les niegue información médica sobre las opciones de terminación de embarazo: son medidas opresivas que continúan avivando las llamas del odio y la intolerancia de la ultraderecha.
Ahora Trump intenta construir campamentos de concentración en tiendas de campañas al interior de bases militares para internar indefinidamente a familias enteras con todo y niños. La indignación de gran parte de la población norteamericana por la separación de niños y padres forzó a Trump a cambiar de rumbo, pero sólo para suavizar su política ante la opinión pública y continuar con la “Cero Tolerancia” esta vez añadiendo el propuesto encarcelamiento prolongado de niños junto a sus familias, como medida de presión para lograr el financiamiento del muro fronterizo y el endurecimiento de las leyes de inmigración.
La administración Trump ha dado la orden de restringir el número de casos de asilo que son aprobados. La distinción entre refugiados políticos o humanitarios que cualifican para asilo, por un lado, y refugiados económicos que no cualifican para asilo por el otro, es altamente cuestionable ya que nadie debe ser condenado a una vida de miseria y penurias. Los casos de asilo dependen de que la solicitud del inmigrante demuestre un “peligro creíble” que sufriría la persona de ser deportada. La orden de Trump busca reducir la cantidad de casos aprobados haciendo más restrictiva la definición de “peligro creible.:”1 En julio, el Departamento de Justicia emitió una directiva estableciendo que las solicitudes de asilo que argumenten miedo de ser violentado por gangas o por motivos de violencia doméstica serán rechazados inmediatamente. En adición, se instruye a los oficiales de inmigración a sopesar si los solicitantes de asilo cruzaron la frontera de manera ilegal, y considerar este hecho como un potencial criterio para rechazar la solicitud, aun si el solicitante puede probar miedo legítimo de persecución.2
Otra medida de la administración para reducir el número de migrantes es la nueva oficina establecida para revisar las solicitudes de naturalización de personas que ya, y desde hace mucho tiempo, son ciudadanos americanos. Investigan si las personas mintieron en sus solicitudes de ciudadanía. Su objetivo es desnaturalizar a ciudadanos que fueron naturalizados luego de migrar a los Estados Unidos si pueden probar que hubo fraude en el proceso.3 En adición, el ejército ha estado licenciando a soldados inmigrantes a los cuales le fue prometida la ciudadanía como recompensa por servir en las fuerzas armadas. Un programa de ejercito, el Military Accessions Vital to the National Interest, o MAVNI por sus siglas en inglés, promete una vía rápida a la ciudadanía para reclutas que completen cierto tiempo en servicio militar. Ahora, los licencian antes de que cualifiquen sin ofrecer la justificación de tal medida y de esa forma quedan excluidos del proceso de naturalización. 4
El presidente Trump busca reducir el número de migrantes de forma expedita, aunque esto implique hacerlo de modo sumario o extrajudicial. Ha dicho claramente que quisiera deportar sin revisión judicial, sin jueces y sin casos en cortes. «No podemos permitir que toda esta gente invada nuestro país. Cuando alguien entra, debemos inmediatamente, sin jueces o casos judiciales, enviarlos de vuelta por donde vinieron» 5
Mientras tanto, en Italia un fascista es el nuevo ministro del Interior. Matteo Salvini es el líder de la Liga Norte, ahora llamada la Liga, que sigue el ejemplo del Frente Nacional en Francia y está aliado con los principales partidos fascistas de Europa. Es un admirador de Putin, Marine Le Pen y de Trump. Salvini ha dicho que el fascismo le hizo bien a Italia: ‘“Es obvio que se hicieron muchas cosas durante el periodo fascista», ha asegurado el político durante una entrevista con la emisora italiana Radio Capital, mencionando las reformas de las pensiones y los programas de empleo público como ejemplos… Al ser preguntado sobre si quería decir que se le podían atribuir al fascismo algunos logros positivos, Salvini ha contestado: «Bueno, míralos”.’6
Antes de las elecciones prometió “limpiar” a Italia de inmigrantes indocumentados: “Esto hay que limpiarlo, ciudad por ciudad, casa por casa hasta que se acabe”.7 Salvini ha presentado una propuesta para hacer un censo de los romaní que viven en Italia para deportar a los indocumentados: “hacer un reconocimiento para ver quién, cómo, cuántos son” y añadió: “A los gitanos italianos, desafortunadamente, habrá que quedárselos.” 8 También ha anunciado la intención de llegar a acuerdos con Rumanía, Albania y Túnez para gestionar “la expulsión de los presos extranjeros que se encuentran en Italia.»9
Sin embargo, lo peor no ha sido lo que ha dicho, sino lo que ha hecho desde que asumió el Ministerio del Interior. Ha cerrado, en violación al derecho internacional, los puertos italianos a los refugiados que cruzan el Mediterráneo en frágiles barcazas. El pasado 10 de junio Italia y Malta bloquearon acceso a sus puertos al barco Aquarious con 629 refugiados abordo. La embarcación es de SOS Mediterráneo, una de varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que de forma voluntaria recogen a los migrantes en aguas del Mediterráneo antes de que sus pequeñas embarcaciones sucumban. La organización Médicos Sin Fronteras se encontraba abordo del Aquarious para prestar atención médica a los rescatados.
Luego de solicitar entrada a puerto por varios días y ser rechazados, alimentos y provisiones comenzaban a escasear. La situación en el barco se aproximaba a una crisis humanitaria. Finalmente, España permitió que el barco atracara en el puerto de Valencia el 17 de junio. A partir de este momento Salvini ha prohibido a las ONG humanitarias entrar a puertos italianos. “Las ONG extranjeras, con personal extranjero, con financiación extranjera y con bandera extranjera ya no volverán a tocar suelo italiano”, ha sentenciado.10 Para desprestigiar los esfuerzos humanitarios de estas organizaciones los acusa de traficantes humanos e intenta criminalizarlos. Asegura Salvini que: “…estos desgraciados, incluso poniendo en peligro la vida de los inmigrantes en estos botes, no han escuchado a nadie y han intervenido cargando a la fuerza una valiosa cantidad de seres humanos, de carne humana a bordo.»11
Salvini quiere impedir que las ONG rescaten a los inmigrantes en aguas del Mediterráneo.
Para ello ha viajado a Libia el pasado 25 de junio para reunirse con el primer ministro libio, Fayez Al Sarraj. Pretende Salvini que la Guardia Costera italiana se libere de toda responsabilidad de rescatar náufragos en aguas del Mediterráneo, argumentando que es un problema libio y que la Guarda Costera de Libia se encargaría exclusivamente de los rescates, añadiendo que ésta ha «salvado y hecho regresar a Libia a 820 inmigrantes, haciendo inútil el trabajo de los traficantes y evitando las intervenciones incorrectas de los barcos de las ONG» 12 A la vez, Salvini busca negociar con Libia el establecimiento de campos de concentración, los llamados ‘hotspots,’ en el sur de Libia para retener y deportar a los inmigrantes.
En realidad, Libia no es un destino seguro para ningún inmigrante. El monitor de derechos humanos, Euro Med Human Rights Monitor, publicó un informe que acusa a los guardas costeros libios de azotar con látigos a migrantes rescatados del mar. Indica el informe que “los migrantes contrabandeados a través de Libia son sujetos a tráfico humano, tortura, trabajos forzados, explotación sexual y detenciones arbitrarias.”13 Ramy Abdu, director de Euro-Med Monitor señala que: “Los migrantes no pueden ser tratados con terror y opresión cuando ellos están escapando terror y opresión.”14 La cadena CNN ha documentado la forma en que los inmigrantes que cruzan Libia son secuestrados y subastados como esclavos. 15
Óscar Camps, del barco Open Arms de la ONG Proactiva, basada en Barcelona, ha reaccionado así: “Lo que ha hecho Italia no lo podía hacer legalmente” … “Túnez no es puerto seguro. No está reconocido como tal. La Unión Europea y el propio Fabrice Leggeri, director de Frontex (la agencia europea de control de fronteras) reconocieron que no deberían desembarcar personas ni en Libia ni en Túnez”.16 Camps denunció el 29 de junio que la negativa del gobierno italiano a cooperar con los barcos de los rescatistas ha costado vidas humanas.
“Hoy han muerto 100 personas en el Mediterráneo. Lo que realmente nos indigna, no solamente la perdida de la vida de estas personas, sino que no se haya contado con los dos barcos de salvamento, el barco medicalizado el Open Arms que está aquí desde hace muchos días, que ni Italia ni nadie cuenten con nuestra capacidad de intervenir, ya lo han hecho en otras ocasiones. Hemos intervenido a siete millas de la costa Libia en un naufragio para ayudarles a intentar recuperar el máximo de vidas posible, lo hemos hecho en muchas ocasiones coordinados por la Guarda Costera italiana, pero de golpe nos omiten, de golpe nos ignoran y de golpe no nos llaman, y siguen muriendo y mueren a pocas millas de donde estamos nosotros. Es una vergüenza y es indignante y alguien tiene que tener responsabilidad de todo esto. No estamos aquí para entorpecer las labores de la Guarda Costera, estamos para colaborar en que no se pierdan más vidas en el mar.”17
Ya a principios de julio, se lamentaba Camps, las autoridades de Italia y Malta habían neutralizado a todos los barcos de rescate en la región.18 El 27 de junio la embarcación Lifeline con 234 personas rescatadas solicitó entrada a puertos de Malta. Se les negó el permiso y al entrar el barco fue ocupado, se ha solicitado su confiscación y su capitán enfrenta cargos criminales por entrar en aguas territoriales sin permiso.19 El Open Arms, después de rescatar 60 personas, se vio obligado a regresar a Barcelona porque ningún puerto le permitía recargar combustible. A consecuencia murieron ahogados unas 340 personas. Al llegar a España, Camps sentenció: «No hemos rescatado a 60 personas, hemos dejado morir a 340 y morirán más en los próximos días»20
Tomando ventaja de la crisis que había creado en el Mediterráneo, Italia fue al Consejo Europeo de Bruselas con el propósito de forzar cambios a los acuerdos migratorios al interior de la Unión Europea. Negándose a aprobar cualquier acuerdo hasta tanto no se realicen cambios a las políticas europeas de inmigración, Italia logró un compromiso tentativo para la creación de campos de concentración para separar a refugiados políticos de refugiados económicos. A los primeros se les concedería asilo, los segundos serían deportados.21 También impulsan pagarle a terceros países para establecer centros de detención o “hotspots” mientras se tramitan las deportaciones.
En Alemania el gobierno está compuesto por la coalición de dos partidos, el democristiano CDU de Ángela Merkel y el socialcristiano CSU de Baviera, dirigida por Horst Seehofer quien es Ministro del Interior. Seehofer ha presionado a Merkel para que cancele la política migratoria de ‘brazos abiertos.’ Lo hace porque teme perder votos ante la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), una formación fascista que obtuvo el 13% de los votos en las pasadas elecciones y aspira a deportar un millón de inmigrantes y cerrar las fronteras, prohibir el aborto y la enseñanza del islam.
Pretende, además, dar a la policía autoridad para disparar contra los inmigrantes que intenten cruzar la frontera. El CSU intenta asumir parte de la plataforma fascista como propia, para neutralizar la amenaza electoral que les representa Alternativa para Alemania. Ante la amenaza de ruptura en la coalición gobernante, Merkel ha aceptado parcialmente un acuerdo que incluye el establecimiento de centros de detención el la frontera bávara con Austria. En ellos se internarán los migrantes y se deportará a los que no cualifiquen para asilo o que provengan de otros países miembros de la UE, es decir, es una medida para detener la llamada “migración secundaria” al interior de la propia Unión Europea. El acuerdo lee: “Acordamos un nuevo régimen fronterizo en la frontera entre Alemania y Austria que garantiza que [a] los demandantes de asilo para los que otros países de la Unión europea sean responsables de sus solicitudes de asilo, se les impedirá la entrada” 22
A principios de marzo, Steve Bannon realizó un gira por Europa y se reunió con los principales lideres fascistas. Primero fue a Italia en anticipación de la victoria de Liga. En una presentación pública Bannon afirmó: “Italia importa en el escenario mundial, ustedes son foco de la política mundial… Si funciona en Italia, vamos a demostrar que le hemos partido el lomo a los globalistas.”23
En Francia habló ante un congreso del Frente Nacional: “Dejen que los llamen racistas. Dejen que los llamen xenófobos. Dejen que los llamen nativistas. Luzcanlo como una medalla de honor.”24 También viajó a Zurich, Suiza donde se presentó ante 1500 personas y se reunió en un hotel con Alice Weidel, una de las lideres de Alternativa para Alemania. 25
Los partidos fascistas de Europa se coordinan entre si y han formado un grupo de Miembros del Parlamento Europeo llamado el Movimiento Europa de las Naciones y de las Libertades que recibe fondos del Parlamento Europeo.26 Buscan organizar una ofensiva común, a pesar de sus diferencias, para ejercer mayor influencia en el Parlamento Europeo a partir de las elecciones europeas de 2019.
Parte de su estrategia electoral es suavizar su mensaje. Ya en el pasado el Frente Nacional expulsó a su fundador Jean Marie LePen por trivializar abiertamente el Holocausto. Ahora el Frente Nacional se ha cambiado el nombre a Rally Nacional y se distancian públicamente de algunas de sus posiciones más controversiales. Según Político: “Los populistas a través del continente están renegando de algunas de sus más estridentes mensajes para atraer votantes. Bajo su nuevo nombre, el Rally Nacional de Francia espera beneficiarse políticamente de su estrategia de suavizar algunos de los mensajes de línea dura del partido, un proceso que comenzó antes de las elecciones presidenciales del pasado año. Ya no propone Frexit de la UE o abandonar el Euro. En Italia también, la coalición de gobierno de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas no está impulsando abandonar el Euro a pesar de que ambos partidos hicieron campaña por ello en el pasado.”27
La estrategia de presentarse públicamente como partidos “respetables” ha sido parcialmente exitosa. Es un problema el hecho de que muchos medios de prensa los llaman “populistas, nacionalistas, euroescépticos, xenofóbicos, racistas, derecha alternativa o «Alt-Right», derecha extrema o ultraderechistas” pero no los identifican públicamente como fascistas. Muchos de estos partidos si son fascistas a pesar de que renieguen del termino, otros no lo son, pero alientan, refuerzan y dan confianza a la agenda fascista. Por tanto, no se trata de determinar si un movimiento o líder es o no fascista. Por ejemplo, una discusión de si Trump es o no un fascista es una distracción y una perdida de energías. Lo importante es confrontar sus medidas y resistir su crecimiento.
Esto lo han entendido muy bien los organizadores de la Coalición Stop Trump del Reino Unido. En su convocatoria para protestar a Trump hacen claro: “… las calles de Londres central estarán celebrando un audaz y diverso carnaval de resistencia para mandar un claro mensaje a Donald Trump en su primer visita oficial a Reino Unido. Pero esto nunca se ha tratado de un hombre, sino de combatir las políticas de prejuicio y odio que la extrema derecha está propagando por todo el mundo, y que cada vez se perciben como normales con efectos horrorosos (…) es imperativo que utilicemos la visita de Trump al Reino Unido del 13 de julio como una oportunidad de demostrar la fuerte resistencia que tenemos aquí a las políticas inhumanas de su administración. No solo eso, debemos utilizarla para construir un ruidoso movimiento multisectorial anti racista y pro inmigrante en el Reino Unido que no tema llamar a los fascistas por su nombre, y que no permita justificar las políticas de odio, racismo y misoginia.”28
La demostración en Londres fue un rotundo éxito. Fue la demostración más grande en 15 años con una participación de sobre 250.000 personas. Los oradores representaron una amplia gama de sectores sociales: grupos de mujeres, de derechos LGBTTTI, de derechos civiles, de comunidades palestinas, judías, latinas, grupos anti guerra, de izquierda, partidos políticos por mencionar algunos. Fue de gran importancia que contó con la participación de importantes sindicatos y organizaciones obreras. Por su magnitud y su alto nivel de organización, la demostración envía un claro mensaje de rechazo a Trump y a sus políticas de odio que no puede ser ignorado.
Otro importante ejemplo exitoso de resistencia a los fascistas fue dado en 2017 por los estudiantes de la Universidad de California en Berkeley. A pesar del llamado a ignorar y no confrontar a los fascistas por parte del Alcalde de Berkeley, los estudiantes entendieron la urgencia y la necesidad de no permitirle plataforma pública a los intentos de reclutar en el campus. Los fascistas intentan utilizar la libertad de expresión para colocarse en la posición de negarle la libertad de expresión y de organización a todos los demás sectores sociales. Los enemigos de la libre expresión no pueden disfrutar de ella, al igual que un opresor violento no puede quejarse al ser repelido violentamente, pues la autodefensa es un derecho legítimo.
El éxito de la resistencia en el campus se debió a que participaron decenas de miles de personas, esto es clave, se trata de neutralizar a los fascistas superándolos en número por un gran margen. De ese modo se les niega toda posibilidad de apuntarse una victoria y su confianza de salir a la calle a organizar se verá destruida. Se trata de crear o reforzar un consenso social – o al menos una opinión mayoritaria – que considere inaceptable las actividades de aquellos que buscan por la fuerza negarles libertad y derechos a amplios sectores sociales.
Pero las formas de resistir son muchas y variadas. Las crueles políticas de Trump han lanzado al ruedo políticos a miles de personas diversas, muchas de las cuales nunca habían salido a protestar. En Estados Unidos un grupo de madres se organizó para ayudar a una inmigrante guatemalteca, Yeni González, quien fue encarcelada en Arizona y separada de sus tres hijos. Las madres recolectaron
$7,500 con los cuales pagaron la fianza de González. Organizaron una caravana de relevos para transportarla por auto hasta Nueva York y poder reunirse con sus hijos que están al cuidado de una familia.29 Estas madres no estaban previamente organizadas, pero ya planean continuar ayudando a otras familias. Así también, caso por caso, se resiste la política de separación familias de Trump.30
Además, se han organizado decenas de ocupaciones a las oficinas de inmigración, en algunos casos por madres que cargaban sus bebes en brazos.31 El nuevo movimiento ha levantado el lema “Abolish ICE, Se Puede, Si, Si, Se Puede”; “From Palestine to México, Border Walls have got to go” y “Chinga La Migra.” Las nuevas formas de resistir son muchas y variadas, una de ellas puede ser llevarle una banda de mariachis a las autoridades. En el presente clima xenofóbico, algo tan sencillo como los mariachis cobra un nuevo significado de afirmación cultural y defensa de la diversidad.
En el condado de Alamán, Carolina del Norte el Sheriff local trabajando en conjunto con inmigración federal decía “tráiganme los come tacos.” La organización Mijente, organizó una multitud, con banda de mariachis y a cantos de “Si tacos quieren, tacos les damos” le llevaron al Sheriff una bandeja de tacos con banderitas conteniendo sus reclamos. Luego cantaron y bailaron frente al edificio de la polícia.32
Lo que tienen de común estas actividades, es que dependen de su propio esfuerzo y organización para resistir. Su fuerza depende de sumar más gente común a la lucha y de generar solidaridad. Asumen en sus propias manos y sin pedir excusas, la urgente tarea de defender sus comunidades, sus derechos y sus vidas. Cada uno de estos ejemplos, los grandes y los pequeños, apunta en la misma dirección: las políticas opresivas, al igual que el fascismo, deben ser combatidas y pueden ser derrotadas. “Se Puede, Si, Si, Se Puede.”
* NOTA: Las fotos son sólo para propósitos de demostración pues están protegidas por derechos de autor y no tengo permiso para publicarlas.
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