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BREL1| Publicado el 20 abril 2010
La estructura del poder colonial en Puerto Rico luego del triunfo del PPD en las elecciones del 1948 y la posterior instauración del Estado Libre Asociado en 1952 es uno de tipo hegemónico en donde un solo partido puede tener el poder absoluto en las tres ramas del gobierno colonial: legislativo, judicial y ejecutivo. Por más de dos décadas el PPD tuvo esa supremacía y la estructura gubernamental respondía a que los populares pensaron que serían el partido mayoritario por la eternidad. En 1968, al ganar las elecciones el PNP, se empezó a derrumbar el control absoluto popular. Al presente la tortilla se viró y la minoría se tornó en mayoría y viceversa. El PPD está sufriendo en carne propia lo que padecieron los sectores estadistas e independentistas por décadas. No olvidemos que han sido los populares los que en nuestra historia persiguieron a los independentistas y sembraron la semilla del anexionismo que en el presente ha crecido de forma extraordinaria.
Es cierto que el PNP desea y se está moviendo para ocupar y dirigir todos los aspectos de la vida puertorriqueña. El PNP y el PPD responden a los capitalistas nativos y del extranjero, pero en el PNP existe un sector que además es anexionista a nivel psicológico, cultural, político y por supuesto económico. El PNP desea acapararlo todo y lo que se le escapa de las manos lo trata de destruir, como el Colegio de Abogados. Pero no nos llevemos a engaños. En el PPD predomina el sector que también es entreguista y que responde a los capitalistas. Lo que ocurre es que su deseo en cuanto al status colonial es el inmovilismo, ya que le es conveniente y por lo tanto no desean menear el palo.
Recordemos que el PPD en su último turno en el gobierno dejó caer el peso de la crisis económica creada por ellos mismos décadas atrás, sobre los hombros de los trabajadores y no tocando a los grandes capitalistas para que aporten a resolver esta crisis que cada día es más grave. Esa imagen de puertorriqueñista y pro obrero es un espejismo.
El PPD y el PNP son iguales, lo único es que ahora le tocó el turno al PNP de ser el partido hegemónico y utilizar las estructuras del poder colonial que estableció el PPD con la ayuda del gobierno de Estados Unidos para su provecho y a favor de los grandes interese que los apoyan. Lo único que ha pasado es que el gobierno colonial se ha pintado de azul como nunca antes. El PNP puede -gracias a las estructuras creadas por el PPD- acaparar todo el poder colonial.
Ya el PNP tiene el Tribunal Supremo, lo que le garantiza por muchos años decisiones a su favor. Las agencias son del PNP y la legislatura también. Para algunos sectores dentro del PNP esto no es suficiente. Desean ampliar su hegemonía en la legislatura.
El gobernador Luis Fortuño propuso una reforma legislativa que contempla una reducción de 29 senadores y representantes en comparación con el número de escaños actual, que tras la aplicación de la Ley de Minorías en las pasadas elecciones subió a 85. La cantidad de legisladores por acumulación se reduciría de 11 a seis en cada cuerpo. Suena bonito eso de reducir los puestos de politiqueros que por décadas han vivido del pueblo, pero una mirada más objetiva y minuciosa revela algo más allá. La propuesta eliminación de escaños por acumulación y la reducción de los distritos representativos, según el Partido Independentista Puertorriqueño, aumentaría el umbral de votos requeridos para salir electo a más de 250 mil votos. Actualmente el legislador número 11 es posible elegirlo con unos 120 votos. “Sacar electo a uno de los que más votos recibió de once, no es lo mismo que sacar electo a uno de lo que más voto sacó de seis”, dijo Martín en relación a que se pretende reducir el número representantes y senadores por acumulación de once a seis. Con esta propuesta, según el ex senador independentista, se eliminaría la verdadera oposición y la fiscalización ante la imposibilidad de un partido de minoría como el PIP pueda obtener más del doble de los votos necesarios para quedar inscrito, añadió el directivo pipiolo. Además, la reforma hace prácticamente imposible elegir candidatos independientes respaldados por los movimientos sociales.
Vemos que ese proyecto de reforma legislativa no es más que otra movida del PNP para garantizar su hegemonía frente a las minorías, y la oposición. Estamos frente a un partido mucho más atrevido que el PPD y con intenciones abiertamente totalitarias.