El cierre de varias sucursales de servicio al cliente de Luma Energy podría representar el principio del fin del conglomerado que privatizó y desmanteló la Autoridad de Energía Eléctrica. Una fuente reveló, en condición de anonimato, que en los últimos meses Luma ha cesanteado sobre 200 empleados, de los cuales 45 pertenecen a las sucursales recién cerradas.
La fuente indicó que la empresa tiene un déficit de 80 millones de dólares en nómina que no ha divulgado. Confirmó también que el personal designado a las brigadas que realizan trabajos en la calle es insuficiente, y que han eliminado el pago de horas extras lo que ha reducido aún más la capacidad de brindar servicio. Por otra parte, añadió que la empresa Quanta está facturando por empleados de Luma para utilizar los fondos de reconstrucción en el servicio que Luma debiera brindar.
“Nadie sabe dónde están los chavos que recibieron de los aumentos a la luz” indicó la empleada. Señaló que Luma tiene como objetivo reducir aún más la plantilla por medio de un sistema de control de los contadores nuevos.
Al finalizar la entrevista la fuente mostró preocupación por el hostigamiento laboral que reina en la empresa. “Personas mayores con más de 30 años en el servicio, son hostigadas para hacerlas renunciar” indicó.
De la misma forma señaló que el cierre de las sucursales a quién más va a afectar es a las personas mayores que acuden a reclamar las facturas excesivas ya que por lo complejo de estas situaciones requieren hablar directamente con un empleado y presentar sus evidencias. Los cierres de sucursales incrementarán los tiempos de espera y las filas, lo que generará más incomodidad entre los clientes del sistema. “Están en veremos las sucursales de Las Marías y Maricao” finalizó.