La rebelión magisterial

| Publicado el 29 mayo 2003

Jue, 2003-05-29 20:00

Luis Ángel Torres Torres
Movimiento Socialista de Trabajadores (MST)

El 20 de mayo el magisterio federado habló claro y contundentemente. Los más de 10,500 maestros que apoyaron con su voto las candidaturas de CODEMI abrieron el camino de una renovación urgente para salvar su sindicato, reafirmar sus raíces de lucha y militancia y recuperar la fuerza y el prestigio perdidos. Siendo estas las primeras elecciones internas donde tenía derecho a votar la mayoría de los miembros de la unidad apropiada, resulta aleccionador que un 83% de la matrícula haya acudido a votar.

Los maestros usaron su voto para rebelarse contra unos líderes y unos grupos que durante años habían controlado la dirección y se creían dueños y señores del sindicato, sumiendo a la Federación en una profunda crisis de credibilidad entre vastos sectores del magisterio. Es evidente que los federados votaron contra un liderato que consideraron responsable de las prácticas antidemocráticas y corruptas, del colapso del Plan Médico, la falta de transparencia en las finanzas y la luna de miel con el patrono. El mensaje de CODEMI, basado en una firme denuncia de esos desmanes y en la presentación de un Programa de Lucha con propuestas concretas para renovar la Federación, llegó al maestro del salón de clase. En ese sentido la victoria es de esos maestros que no perdieron la fe y decidieron retomar las riendas de su instrumento de lucha a través de CODEMI.

Para muchos el triunfo de CODEMI parece increíble. Antes y durante la campaña tuvimos que enfrentar grandes obstáculos y la perversidad de un liderato que volcó toda la maquinaria oficial contra CODEMI. Jesús Delgado y el grupo CNEUS utilizaron los recursos humanos y económicos del sindicato para favorecer a la papeleta de Lilliam González Pumarejo; diez de sus candidatos son empleados a sueldo de confianza del presidente y estuvieron durante meses recorriendo la isla haciendo campaña. Desarrollaron una rastrera y cobarde campaña de difamación y mentiras, a través de anónimos, alegando que CODEMI era financiado por la Asociación de Maestros e incluso por el gobierno. Y, como si todo lo anterior no fuera suficiente, pusieron a tres ex presidentes de la FMPR (Félix Rodríguez, Andrés Miranda y Serapio Laureano) a lanzar la calumnia de que CODEMI estaba respaldado por el gobierno. Definitivamente estos mercenarios legales, dos de los cuales cobran jugosos sueldos pagos con nuestras cuotas como empleados de Jesús Delgado, al inmiscuirse en los asuntos internos del sindicato perdieron hasta el último tomo de vergüenza.

Como en campañas anteriores, los dirigentes de CNEUS y Esperanza Sindical volvieron a utilizar el cuco del socialismo para tratar de desalentar el voto por los candidatos de CODEMI. Resulta vergonzoso que personas como Jesús Delgado, que una vez se llamaron socialistas, utilicen una práctica propia de los patronos para atacar a otros miembros del sindicato. CODEMI está compuesto por maestros de distintas ideologías políticas y a nadie se le cuestiona su particular preferencia política. Así mismo, los socialistas miembros del Caucus de Maestros del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) tenemos tanto derecho como cualquier otro sector de ocupar puestos en el sindicato y no vamos a renegar de nuestras ideas. El resultado electoral es un reconocimiento al esfuerzo y la verticalidad de esos compañeros que durante años, contra viento y marea, perseveraron en la lucha por democratizar la Federación.

No fueron pocos los que pensaban que CODEMI por sí solo no tenía posibilidades de triunfo y nos aconsejaban que nos aliáramos con Esperanza Sindical. Pero insistimos en correr solos porque precisamente dirigentes de ese grupo, como Renán Soto y Silvia Rodríguez, han sido responsables de los principales problemas del sindicato. Lo interesante de todo esto es que pudimos triunfar gracias a la tenacidad y el esfuerzo de cientos de compañeros que desde el salón de clases llevaron el mensaje de la renovación a todos los maestros, voluntariamente sin usar un solo centavo del sindicato. Por el contrario, ocho de los diez empleados del presidente que eran candidatos de CNEUS fueron derrotados. Pagaron cara su anuencia con la corrupción. Desde 1978 un grupo de oposición no ganaba unas elecciones en la Federación de Maestros.

La victoria de CODEMI más que nada es un reto enorme que sabemos que Rafy Feliciano y demás compañeros y compañeras electos van a acometer con premura y firmeza. Hay que sanear el sindicato poniendo en práctica las medidas específicas de nuestro Programa de Lucha. Hay que enfrentar, desde la calle, la negativa del gobierno a dar los aumentos negociados, incluyendo la posibilidad de que tengamos que recurrir a la huelga para hacer valer nuestros derechos. Pero sobre todo, hay que crear un ambiente de diálogo y participación entre todos los sectores del sindicato que propicie la búsqueda del consenso para lograr la unidad de voluntades necesaria para devolverle a la FMPR su carácter de instrumento de lucha de los trabajadores de la educación.
La FMPR es el sindicato más grande y tiene un innegable impacto social en todo el país. El nuevo liderato compuesto por compañeros(as) de mucha conciencia político-sindical y experiencia en las luchas sociales, puede contribuir a fortalecer la necesaria solidaridad obrera desde una perspectiva clasista, democrática y militante. Enhorabuena.

Foto: http://www.internationalist.org/