«La lucha de clases no termina»

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| Publicado el 14 febrero 2004

Entrevista con Ángel Santos, Presidente de la HEEND

Ricardo Olivero Lora
rolivero@bandera.org
Bandera Roja
www.bandera.org

Se respira un nuevo aire en la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) de la Universidad de Puerto Rico. Ángel Santos, el nuevo presidente de la HEEND, le concedió a Bandera Roja una entrevista para hablar de las elecciones del sindicato y de las luchas que se avecinan.

La elección del compañero Santos es parte de una tendencia de reciente resurgir y subestimada observada en varios sindicatos, en donde los trabajadores han electo como dirigentes a compañeros y compañeras comprometidos profundamente con un sindicalismo clasista y democrático. Entre las uniones con esta tendencia, están la Federación de Maestros, la Unión Independiente de Empleados Telefónicos y la International Longshoreman’s Association (ILA).

Ángel Santos, quien es natural de Fajardo, tiene 50 años y lleva 22 años como Oficial de Asistencia Económica del Recinto de Río Piedras de la UPR. Éste ganó las elecciones el pasado 12 de diciembre con un aumento de casi 5% en la tasa de participación de los miembros de la organización. Santos logró el 59% de los votos, mientras que su contrincante, José Torres, obtuvo el 41%. Todos los compañeros y compañeras de su grupo de trabajo, que se habían organizado desde más de un año antes de la elección, resultaron electos a los puestos de dirección.

¿Cómo fue el proceso electoral?

Fue arduo, aleccionador y didáctico. Organizamos el equipo de trabajo, identificamos el plan de trabajo, fue discutido, fue elaborado en consenso y el equipo, que comenzó con apenas 7 personas, terminó con sobre 30 compañeros y compañeras. Visitamos los recintos 2 veces y así dimos a conocer el plan de trabajo de nosotros.

¿En qué consistía el plan de trabajo?

Sintetizamos nuestro plan de trabajo con la consigna “compromiso, integración y participación”. Esto nace del insumo que pude recoger de la matrícula mientras fui representante del Recinto de Río Piedras. Entendía que esos tres elementos se habían desdibujado de la formación de los delegados de nuestra organización. Por otro lado, me di cuenta que había las ansias de poner en práctica esos principios. También nos presentamos como el relevo generacional de la organización. Nosotros éramos inclusivos e incorporamos muchos reclamos de la gente.

¿Cómo fue la campaña en contra?

Básicamente que no teníamos la madurez necesaria para dirigir el sindicato; que éramos inexpertos. Esa misma estrategia la utilizamos en su contra diciendo que nuestra supuesta inexperiencia la íbamos a contrarrestar con el compromiso de darle una participación real a la matrícula. Lo hicimos en la práctica y dio resultado.

¿Cómo ha sido la reacción de la matrícula?

Ha sido excelente. En las semanas que llevamos trabajando he visitado varios recintos. Muy significativo ha sido que he firmado 75 cartas de ingreso de unionados. Estas son personas que llevaban años trabajando en la Universidad sin estar en la unión, y ahora decidieron ingresar, lo que interpreto como un voto de confianza a nuestra gestión.

¿Cuáles son las áreas en donde están concentrando su trabajo?

Estamos trabajando en el lenguaje para la negociación del próximo convenio colectivo que se va a negociar este año. También estamos trabajando en la situación donde la UPR, mediante la instalación de cámaras de seguridad, y el intento de instaurar relojes biométricos que registran la huella dactilar del trabajador en sustitución de las tarjetas de “ponchar” se está moviendo a un proceso de carpeteo electrónico y están instaurando un estado policiaco. Para nosotros esto es un asunto medular, que nos preocupa seriamente porque vivimos en el mundo después del 11 de septiembre donde los sindicatos son “grupos peligrosos” Hemos comenzado una campaña de denuncia sobre este particular, y por la presión nuestra, el viernes 30 de enero la Administración emitió un comunicado donde ordenaba la paralización del uso de los relojes biométricos y la eliminación de las cámaras que instalaron los concesionarios de las cafeterías de los recintos de Mayagüez, Aguadilla y Carolina. Nuestro objetivo es eliminar todas las cámaras que hay.

Tenemos la idea de impulsar el establecimiento de la política de no confrontación a todos los recintos utilizando el modelo establecido en el Recinto de Río Piedras. Que la Universidad la asuma como política institucional.

Además, sacar la Hermandad del aislamiento sindical y llevarla fuera de las murallas de la Universidad. La idea es que se identifique una comunidad marginada en la periferia del recinto e ir allí a realizar trabajo comunitario.

Por último, participamos de la Coordinadora Sindical y nuestro equipo de trabajo seguirá participando de la misma. Impulsaremos el sindicalismo de clase con la conciencia de que el trabajador no tiene nada en común con el patrono ni con el capitalista.

¿Algún comentario final?

Agradecemos la confianza que los trabajadores depositaron en mí y en mi grupo de trabajo. Además, que la lucha de clases no termina jamás.

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