Para debatir hay que ser honestos… pero de verdad

| Publicado el 14 febrero 2010

El rechazo de los trabajadores al liderato del Movimiento Solidario Sindical (MSS)

Foto por:tomada del internet
Carlos Fortuño Candelas
Movimiento Socialista de Trabajadores

El Movimiento Solidario Sindical (MSS), un sindicato que logró despertar grandes expectativas entre los que defendemos el desarrollo de un sindicalismo clasista, vertical y democrático, se encuentra en medio de un proceso en el que un sector de los trabajadores que lo componen está cuestionando las actitudes de su presidente José Rodríguez Vélez y el liderato de la Unión.

El rechazo hacia la dirección del MSS por parte de un número sustancial de su matrícula es indiscutible. En una elección reciente en Suiza Dairy los trabajadores votaron 135 a 9 para quitarle al liderato del MSS las cuotas. En la empresa Indulac la votación fue 43 a 4. Para ser honestos de verdad, hay que empezar admitiendo que el liderato de José Rodríguez dentro del MSS está en entredicho.

Los trabajadores de estas dos empresas constituyeron la Central General de Trabajadores (CGT) como su instrumento de lucha frente al patrono.

Lo primero que sería importante analizar es las razones que hay para que un liderato que parecía comprometido con unos principios de poder obrero y democracia participativa haya caído en semejante desprestigio ante sus propios trabajadores, lo que lo obliga a cerrar las oportunidades internas y atrincherarse en sus posiciones burocráticas.

Liderato del MSS abandona a los trabajadores de Coca-Cola

El 10 de octubre de 2008 los trabajadores de la planta de Coca-Cola en Cayey decidieron irse a la huelga ante el despido de un grupo de unionados. Esta huelga no contó con el respaldo de la Unión de Tronquistas que los debía representar, sindicato que se alió con el patrono para reprimir a los obreros que exigían la reposición de sus compañeros.

El MSS ofrece su respaldo a estos trabajadores y eventualmente gana su confianza por medio de un discurso de democracia y poder obrero. Recogen firmas y solicitan una elección para sacar a los Tronquistas y representar a los trabajadores de Coca-Cola. Es ahí donde la puerca entroncha el rabo.

Los Tronquistas, en un movimiento propio y predecible de sus estilos mafiosos, amenazaron de muerte a José Rodríguez si seguía adelante con el intento del MSS de representar a estos trabajadores.

Los organizadores del MSS cerraron filas con el proyecto de reclamar la representación de los empleados de Coca-Cola y le manifestaron a José Rodríguez su compromiso absoluto. Sectores de la izquierda y el movimiento obrero pusieron a la disposición del MSS sus recursos para el proceso que se avecinaba. Nadie en ese momento esperaba lo que finalmente ocurrió.

José Rodríguez y el liderato del MSS, sin consultar ni informar a los trabajadores de Coca-Cola y contra la opinión de sus organizadores, acudió a la Junta Federal de Relaciones del Trabajo (JNRT) y unilateralmente retiró la petición de elecciones.

De esa manera el liderato del MSS dejó a los trabajadores de Coca-Cola en manos del patrono que se negaba a negociar un nuevo convenio y de la mafiosa y corrupta Unión de Tronquistas. Los trabajadores que confiaron en el MSS y le dieron la firma para pedir las elecciones quedaron identificados y expuestos para cualquier represalia.

Al día de hoy el liderato del MSS no ha producido una explicación honesta de por que nunca consulto ni informo a los trabajadores de Coca-Cola antes de abandonarlos.

Respaldan patrono en Coca-Cola

Pero las actuaciones cuestionables en el caso de Coca-Cola no se limitan a lo ya expuesto. El 7 de diciembre de 2009 se inicio el juicio en la JNRT contra el patrono y la Unión de Tronquistas por el despido de 44 trabajadores y el comité negociador en esa empresa. Los trabajadores alegan que el despido fue injusto y que los Tronquistas no los representaron adecuadamente.

Cual no seria la sorpresa de estos trabajadores cuando el patrono anunció que José Rodríguez seria uno de sus testigos. ¿Por qué los que hacen llamados a la honestidad no mencionan este “detallito”? Aunque finalmente no uso su testimonio, el hecho de que José Rodríguez se hubiera hecho disponible a hablar a favor del patrono en este caso no tiene explicación. El odio y las ansias de revancha contra estos trabajadores que pueda alimentar este compañero no debieran llevarlo a prestarse a esa movida.

Por otro lado, se supo en este caso que el patrono tenia como parte de su evidencia copia de la carta de despido del organizador obrero José Adrián López. ¿Quién le entregó esa copia al patrono de Coca-Cola? La colaboración con un patrono frente a sus trabajadores es un acto despreciable que merece el rechazo mas enérgico de todos.

Liderato MSS abandona trabajadores de Suiza Dairy

Pero el comportamiento de José Rodríguez y el liderato del MSS en Coca-Cola no parece ser un hecho aislado.

El MSS recogió tarjetas para pedir elecciones sindicales entre los trabajadores de producción de Suiza y los de Neva Plastics que fabrican los recipientes donde se embasa la leche y los jugos.

Esos empleados están representados actualmente por la UTICE, que preside Francisco (Paco) Reyes. Esta sindical organiza también a los trabajadores de construcciones eléctricas de la AEE y ha sido señalada como patronal por la UTIER. El liderato de la UITICE ha hecho de esta un instrumento patronal e incluso se ha prestado para romper huelgas en esa agencia .

Mientras avanza la campaña para representar a estos trabajadores, simultáneamente se desarrollan los conflictos internos dentro del MSS. La entrada de estos trabajadores a la Unión le hubiera dado mayoría en la dirección del MSS a los sectores que se oponen a los estilos antidemocráticos y poco verticales de José Rodríguez. El compañero vio amenazado su pequeño nicho de poder y actuó para defenderlo.

Nuevamente sin consultar ni informar a los trabajadores afectados los abandonó. A espaldas de la gente que confió en el MSS, la dirección del sindicato retiró la petición de elecciones. Los obreros quedaron en manos del patrono y de un líder obrero que lleva 40 años atornillado en la presidencia de la UITICE.

José Rodríguez ha alegado que decidieron retirarse de la elección en Suiza (producción) y Neva Plastics porque iban a perder. La realidad es que abandono a estos trabajadores actuando a sus espaldas para proteger su posición en el sindicato.

Nunca actuar a espaldas de los trabajadores

El presidente del MSS y algunos de sus defensores reclaman ser socialistas, lo que les impone la defensa de unos principios de democracia y poder obrero.

No podemos hablar de democracia y de creer en que los obreros son los que deciden cuando constantemente tomamos decisiones a espaldas de ellos sin siquiera informarles.

Aun concediéndole a José Rodríguez y al liderato del MSS las excusas ofrecidas para retirar las peticiones de elecciones en Coca-Cola, Suiza (producción) y Neva Plastics la manera como han actuado NO es de socialistas. Nunca llevaron a los trabajadores afectados sus decisiones, ni les permitieron decidir, ni escucharon sus opiniones. Estos se enteraron de que los habían abandonado después de que José Rodríguez ya había retirado las peticiones.

Este comportamiento, que esperamos no constituya un sesgo permanente de los principios que defendían en el pasado, ha sido la base para que los trabajadores de Suiza e Indulac los rechacen de forma contundente.

Se cierran las alternativas de debate interno

José Rodríguez y los miembros de la Junta de Directores del MSS que lo respaldan se han encargado de ir cerrando las posibilidades de que se desarrolle un debate interno sobre este funcionamiento cuestionable.

José Adrián López, organizador del MSS que mantenía diferencias con José Rodríguez, fue despedido por negarse a cuadrarle un caso de despido de un trabajador al patrono de Suiza. El patrono le había solicitado al presidente del MSS que enviara a alguien para poder procesar el despido de un obrero de Suiza Dairy. López entendió que no debía ir sin tener los medios para defender al trabajador y que era mas efectivo cuestionar la acción del patrono por medio del procedimiento de quejas y agravios del Convenio Colectivo. José Rodríguez aprovechó la diferencia para despedir al organizador de manera fulminante.

Con esta acción José Rodríguez sustituyó la discusión interna por la represión de los que tienen diferencias.

Los trabajadores han intentado llevar sus cuestionamientos por los canales internos pero José Rodríguez y el liderato del MSS, junto a los abogados que les rinden servicio, han bloqueado cualquier intento.

El 14 de noviembre de 2009 se efectuó una asamblea solicitada por los propios trabajadores para discutir y resolver sobre el asunto. La misma fue organizada para un sitio poco accesible y no invitó a los trabajadores de Pepsi para que no se contaminaran con la información de lo que esta ocurriendo en el MSS.

Allí José Rodríguez y los abogados de la Unión evitaron que se diera curso a los cuestionamientos de los trabajadores. El clima de la asamblea se caldeó y Rodríguez llamó a la Policía para que lo protegiera de la matricula.

Mal se puede reclamar que se canalicen las posiciones a través de los mecanismos internos cuando no existe la disposición de escuchar a los trabajadores. Y recordemos, cualquiera es “democrático” cuando está en mayoría. El respeto por la democracia obrera hay que demostrarlo aun cuando las posiciones que defendemos no tienen el respaldo que esperamos. Eso es ser democrático… y ser honesto.

Scott Barbes Caminero era otro de los organizadores del MSS. Pertenece a la dirección del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), organización que ha mantenido una posición critica ante las acciones de José Rodríguez y el liderato del MSS.

Scott fue presionado y finalmente despedido por no comulgar con las decisiones objetables de José Rodríguez.

En Pepsi, algunos trabajadores informaron que se les pidió que firmaran una petición para que se despidiera al organizador obrero.

A petición de Manuel Rodríguez Branch, abogado del MSS, Scott Barbes presentó una propuesta de mesa de diálogo entre los sectores en contradicción dentro del MSS para solucionar el difícil asunto sin hacer daño al sindicato y, mas importante que eso, a la lucha de los trabajadores. Sin embargo, José Rodríguez usó la propuesta para decirle a los trabajadores de Pepsi que se trataba de un ataque a la Unión.

El 30 de enero de 2010 el compañero Scott Barbes asistió a una asamblea del MSS y solicitó dirigirse a los trabajadores para presentar sus posiciones. José Rodríguez impidió que el organizador, que lleva 4 años en el MSS, hablara. Bajo el alegato de que no es parte de la asamblea Rodríguez cerró otra oportunidad de discusión interna.

Finalmente, el lunes 1 de febrero le entregaron la carta de despido a Scott Barbés para acallar otra voz que disiente de las políticas cuestionables del presidente del MSS.

Resulta demagógico y reñido con la honestidad pedir que los asuntos se resuelvan usando los mecanismos internos para luego atajar a los opositores con tecnicismos parlamentarios típicos de abogados y líderes burocráticos que no entienden nada de poder obrero. De qué vale ser socialistas en el discurso político cuando entre los trabajadores, donde realmente cuenta, hablamos de “insubordinación”, “grupo vociferante” y otras argumentaciones patronales para justificar la represión de los opositores y los interceptamos con el argumento leguleyo de que “la petición y notificación son defectuosas” para impedir una asamblea donde confronten al liderato de la Unión.

José Rodríguez reacciona al rechazo de los trabajadores

En varios comunicados de prensa José Rodríguez ha intentado atajar las críticas levantadas en su contra y el rechazo enorme que recibió en Suiza Dairy e Indulac usando información falsa y lanzando la cortina de humo de que todo se reduce a una “campaña patronal” contra el MSS.

Para José Rodríguez la decisión en su contra de los trabajadores de Suiza (135 a 9) e Indulac (43 a 4) se reduce a “la amenaza de un grupo de mercenarios para destruir” el MSS. Indica que los presentes en la asamblea del 30 de enero aprobaron un voto de confianza a su liderato con solo tres votos en contra. Claro, no explica que los trabajadores de los dos centros que lo rechazaron abrumadoramente ya se habían marchado de la actividad en protesta por sus estilos autoritarios.

Acusa a la Central General de Trabajadores (CGT), la organización fundada por los empleados de Suiza e Indulac, de ser una corporación creada “con la intención de presentarse ante los patronos como una unión razonable mientras le hace el trabajo sucio de destruir a las uniones militantes“. Mucha imaginación de parte de un líder que esta en entredicho precisamente por abandonar a los trabajadores en manos de los patronos.

En uno de los comunicados se coloca a Israel Díaz, el delegado general del MSS en Pepsi hablando de que “no vamos a tolerar que se vulnere la democracia” cuando hacen gárgaras con la participación de la gente en las decisiones. Este reiteró que no le darán paso a ningún intento de revocar el liderato cuestionado de José Rodríguez hasta el 2012.

La falta de explicaciones por parte de José Rodríguez en torno a las criticas que se le han presentado de falta de democracia y abandonar de los trabajadores en los momentos críticos solo evidencia debilidad en sus posiciones. Lejos de inventar intrigas y conspiraciones, el presidente del MSS debe contestar con claridad las razones para retirar la petición de elecciones en la Coca Cola sin informárselo a los trabajadores. ¿Por qué hizo lo mismo en Suiza (producción) y Neva Plastics? ¿Es así como planea seguir organizando trabajadores en la empresa privada?

Por un sindicalismo democrático, clasista y vertical

Los socialistas participamos de la lucha sindical, en primera instancia, porque somos trabajadores y defendemos, como cualquiera de ellos, nuestros intereses económicos. Pero eso, evidentemente, no es todo.

Creemos en desarrollar una sociedad nueva donde los medios de producción estén en manos de los que trabajamos. Creemos en que la riqueza que creamos todos se distribuya para beneficio de la sociedad y que ningún patrono se adueñe del esfuerzo de los obreros. Creemos en que en los centros de trabajo todos participemos de la toma de decisiones en un proceso de autogestión.
Es claro que para lograr eso se requiere de una revolución social donde los trabajadores tomemos el poder. Es claro que el trabajo de los socialistas en el seno de la clase obrera es ir creando los instrumentos y las condiciones que acerquen esa meta.

Por eso los instrumentos de lucha obrera deben prefigurar la sociedad socialista a que aspiramos. Eso, en términos concretos, implica que nuestras organizaciones obreras deben ser democráticas y participativas, sin camarillas que sustituyan a los trabajadores en la toma de las decisiones fundamentales, sin líderes que piensen que sus posiciones y comodidades están por encima de la voluntad de los trabajadores. Tienen que ser organizaciones donde los trabajadores sean los que decidan.

Los sindicatos deben ser instrumentos de poder obrero que les permita arrancar a los patronos áreas de ingerencia que ellos consideran infranqueables.

Las organizaciones de trabajadores deben ser verticales y, para enfatizar el término, honestas. Y la honestidad significa no tomar decisiones a espaldas de los trabajadores, sin escucharlos y conocer sus opiniones. Las uniones no pueden ser gobernadas por un líder que en un cuarto oscuro, junto a dos o tres, deciden por la matrícula. La aspiración de los socialistas es que en los sindicatos y demás organizaciones obreras manden los trabajadores.

Se funda la Central General de Trabajadores

Ante este escenario los trabajadores de Suiza Dairy e Indulac han decidido crear un nuevo instrumento de lucha, la Central General de Trabajadores (CGT). Han determinado ampliamente no seguir pagándole cuotas a un liderato que no responde a sus intereses y, tan pronto la ley lo permita, buscarán sacarse de encima a los que le han fallado.

José Rodríguez, los miembros de la Junta de Directores del MSS que lo respaldan y sus abogados tienen dos vías en este momento. La primera es respetar la voluntad evidente de los trabajadores de Suiza e Indulac y sentarse a acordar una transición ordenada con la CGT. De esta manera los trabajadores podrán continuar su lucha frente al patrono sin el lastre de un liderato que no responde a sus intereses.

La otra alternativa es la de tratar de burlarse de la determinación democrática de los trabajadores y pretender representarlos contra su voluntad. Eso, de ninguna manera sirve bien ni a los intereses de los trabajadores de Suiza e Indulac, ni a los que permanecen en el MSS. Eso si sería “soslayar” y “mancillar” los instrumentos de lucha de los trabajadores.

Pero más importante que no afectar a esos instrumentos (el MSS y la CGT) será no afectar los intereses de los trabajadores de Suiza, Indulac, Pepsi, Crown Cork, etc. que sufrirían si se pretende aplastar la voluntad evidente de la gente. Más relevante será el daño que le hagan a futuras luchas y a la organización de los trabajadores.

Por eso, parafraseando al compañero César A. Rosado Ramos, que escribió un artículo defendiendo las posiciones de José Rodríguez: Se requiere el más alto grado de honestidad y valentía el aceptar que los trabajadores han rechazado abrumadoramente sus estilos y respetar la voluntad de estos sin soslayar ni mancillar, desde adentro o desde afuera, la democracia obrera que defendemos los socialistas Si se pretende construir, la honestidad es esencial. Si se pretende atropellar la voluntad de los trabajadores, igualmente: seamos honestos.

Para debatir hay que ser honestos… pero de verdad.