Que no privaticen la UPR

| Publicado el 28 octubre 2003

Mar, 2003-10-28 20:00

Hugo J. Delgado-Martí
Unión de Juventudes Socialistas (UJS-MST)

El pasado 8 de octubre sobre mil estudiantes, trabajadores y profesores del Recinto de Río Piedras marcharon hasta las oficinas de Administración Central en el Jardín Botánico para exigirle al Presidente de la UPR, el Lic. Antonio García Padilla, el cese de la política de privatización. La oposición de la comunidad universitaria hacia la privatización ha sido tan contundente que los administradores intentaron negar que existiese una agenda de privatización. Nada más lejos de la realidad. La privatización en la Universidad nos llega de diversas formas y maneras, desde la novedosa subcontratación de servicios por medio de Corporaciones “Sin Fines de Lucro” hasta la tradicional venta de influencias por medio de los bonos o los donativos al fondo dotal. No cabe la menor duda que la empresa privada, y los grandes empresarios tienen el ojo puesto en la Universidad, un mercado cautivo de miles de estudiantes, que consta de una población más grande que veinte municipios de nuestra Isla.
La Universidad de Puerto Rico se enfrenta hoy a una modalidad particular de privatización: las mal llamadas Corporaciones “Sin Fines de Lucro” (CSFL). Los administradores crean estas corporaciones con el objetivo de permitir la subcontratación del mantenimiento y la seguridad de los nuevos proyectos. Entre los proyectos que utilizan esta nueva táctica están Plaza Universitaria, los Estacionamientos Multipisos, y prontamente el edificio de investigación de química y biología, Ciencias Naturales Fase III. La justificación pública para crear estas corporaciones es la falta de fondos de la administración para contratar personal. La realidad es que los administradores están incapacitados de contratar trabajadores mal pagos, gracias a los convenios colectivos de las uniones. Las CSFL subcontratan compañías con trabajadores que cobran el salario mínimo federal y con pocos o ningún derecho laboral. El objetivo es claro: garantizar que estas corporaciones generen ganancias sin verse afectados por las huelgas. Los administradores nunca cuestionan la calidad del servicio.
La privatización del estacionamiento multipisos y de otras instancias en la Universidad, como por ejemplo Plaza Universitaria, pone de manifiesto otro problema mayor de los Recintos: la excesiva centralización y la pérdida de poder político de los Recintos y Decanatos. Muchas de las decisiones de privatizar se han tomado en presidencia, o peor aún, en agencias federales o gubernamentales que entienden que la Universidad le debe rendir algún tipo de servicio a la empresa privada. El Decano de Ciencias Naturales, Brad Weiner, declaró en una reunión de facultad que los fondos de Fomento Industrial para el desarrollo del nuevo edificio de Ciencias Naturales estaban condicionados a que este le rindiera servicio a la empresa privada. Las corporaciones están, indirectamente, condicionando el espacio de este edificio para unas actividades particulares. Varios profesores están indignados por la pérdida del poder de la facultad de decidir para qué se utilizaría este edificio. Por otro lado, la decisión de cobrar el estacionamiento multipisos provino de los bonistas que financiaron el préstamo de la Universidad para mejoras permanentes e infraestructura. Los bonistas adquieren poder político sobre la Universidad por medio de su poder económico.
Los estudiantes socialistas no sólo nos oponemos a la privatización, sino que favorecemos la colectivización de toda empresa que genere ganancias. Si bien luchamos por una sociedad sin clases sociales, y nos oponemos tenazmente a reformar el capitalismo, también existen pequeñas victorias que podemos alcanzar en el “camino hacia la revolución”. Debemos fomentar la autogestión de la comunidad universitaria para gestionar pequeñas empresas en aquellas áreas de servicio que la Universidad no tenga la capacidad de correr. El modelo cooperativo nos debe servir de guía para la solución del problema de la librería, el estacionamiento, y los servicios de comida. Luchando por estos pequeños espacios de democracia, participación y colectivización adelantaremos la conciencia de lucha en la Universidad y el resto del país.