El genocidio del estado de Israel contra el pueblo palestino en Gaza ha cobrado la vida de más de 200,000 personas, en su mayoría mujeres y menores de edad. El exsecretario de Estado estadounidense, Alexander Haig, describe a Israel como “el portaviones más grande de Estados Unidos que jamás podrá ser hundido.”
Un reciente informe de la Relatora de derechos humanos de la ONU, Francesca Albanese, revela cómo múltiples entidades corporativas se están lucrando mediante la economía israelí de ocupación ilegal, apartheid y genocidio: “La complicidad expuesta por el informe es sólo el comienzo; no se podrá poner fin a ella sin responsabilizar al sector privado, incluidos sus ejecutivos. Este es un paso necesario para poner fin al genocidio y desmantelar el sistema global que lo ha permitido.” Las expresiones formaron parte del informe describiendo la situación en Palestina y otros territorios árabes ocupados.
El sistema global al que la relatora se refiere es el sistema capitalista e imperialista. El genocidio en Palestina responde a las necesidades del capital de las burguesías globales, quienes constituyen una minoría del planeta. Este capital adquiere su valor a costa de la sangre de los pueblos oprimidos que son la mayoría global. Su desmantelamiento sólo es posible mediante la revolución socialista. Sólo la clase obrera organizada podrá poner fin a la sociedad de clases, que es donde surge este genocidio, para decididamente sellar con fuego en la historia la frase “¡Nunca Más!”.
