Acerca del artículo ¿Política Socialista en Victoria Ciudadana?

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| Publicado el 9 septiembre 2020

Manuel Cintrón Rivera

Bandera Roja

Nota editorial: El siguiente escrito se publica como parte del debate sobre la coyuntura electoral y las tareas de lxs socialistas. Con ésto buscamos continuar el debate que se abrió al interior del Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (MST) y que ha continuado públicamente con otrxs comañerxs de diferentes organizaciones progresistas, de izquierda, independentistas y/o socialistas. La postura actual del MST en torno a las elecciones es la siguiente:

“El MST reafirma su posición de lucha en la calle como prioridad para lograr conquistas de la clase pobre y trabajadora del país para lograr la independencia socialista. A la misma vez reconocemos el interés y el derecho de quienes plantean adelantar estos objetivos mediante el voto por el PIP. Respetando esta diferencia creemos que a fin de cuentas votantes y no votantes que luchamos todos los días, coincidiremos en la lucha en la calle.”

Nota del Comité Central del MST:

  • El MST no endosa que se vote por el MVC
  • El MST no endosa ningún candidato del MVC en las elecciones

“La política no es un bazar de deseos lindos. Es el arte de lo posible, no de lo mágico.”

-Fernando Mires-

El amigo Jorge Lefevre Tavárez nos ha regalado una pieza única de valoración del por qué los socialistas y otras gentes progresistas deben considerar las alianzas en su quehacer político. En el caso específico nos remite a la participación del grupo Democracia Socialista, al cual pertenece, en los esfuerzos del Movimiento Victoria Ciudadana de constituirse en opción electoral de gobierno para las elecciones de 2020. Como marco de referencia trae la experiencia electoral en Puerto Rico 2012 y sus diferencias marcadas con los resultados electorales de 2016: cómo el descontento con los partidos principales, la corrupción y la mala administración junto a la denuncia de la partidocracia (en el artículo se habla de bipartidismo, pero, si no me equivoco, en 2012 y 2016 se denunciaba la partidocracia) surtió su efecto en las elecciones de 2016.

Es importante resaltar la respuesta del electorado en 2016. Aumenta la abstención, a la vez que un porciento significativo (unos 266,000, casi un 17%) votó por dos opciones de candidaturas independientes con un discurso de que el problema eran los partidos. También hay que destacar que existiendo el PIP y el PPT con claros discursos anti neoliberales, el “descontento” se volcó en favor de los candidatos independientes cuyos discursos neoliberales no se diferenciaban del discurso de los dos partidos principales, PNP y PPD. Planteaban que venían a hacer una administración limpia de corrupción, venían a sanear al gobierno. O sea, el problema eran los administradores, no eran las políticas neoliberales y tampoco era el sistema.

En cuanto a la abstención electoral, se vale hacer aquí una anotación. La abstención sugiere una actitud de pasividad y resignación: quédate en tu casa o vete a la playa, lo importante es no votar. No se plantea una campaña educativa del porqué no votar. Tampoco se asume una actividad militante de denuncia del voto y la participación electoral como engaño. Además, no es apropiado adjudicarse la abstención producto de la indiferencia política, sobre todo si lo que se quiere es incorporar a la gente a los procesos políticos. Otra cosa sería un boicot. Éste supone activismo, militancia, obstrucción del proceso electoral, organización, movilización, o sea, calle y ruptura con el proceso político electoral y con las instituciones.

Hecha la aclaración anterior vamos al artículo de Lefevre. El amigo hace una muy buena exposición de reconstrucción de la actividad en la izquierda, argumenta y pasa balance de las posiciones asumidas en campañas pasadas. Esto permite avanzar a nuevas posiciones a la luz de la realidad actual. Procede entonces a exponer qué es Democracia Socialista y por qué decide participar del proyecto político llamado Movimiento Victoria Ciudadana (MVC). Señala la transformación que ha experimentado Alexandra Lúgaro, lo que la posiciona en posturas políticas distintas y distantes de las políticas neoliberales y privatizadoras que defendía en 2016. Ésta cree ahora en la Agenda Urgente y los Principios Éticos, documentos constitutivos de MVC. Establece puntos importantes y radicales contenidos en la Agenda Urgente que lleva a socialistas y gente progresista a ser parte de ese movimiento.

Una mirada crítica, nos sugiere Lefevre, es obligada y sin ella no es posible profundizar los postulados radicales de la Agenda Urgente. Así, la participación en Victoria Ciudadana supone un cuestionamiento constante, una lucha continua en vías a radicalizar al movimiento. Sin esa mirada crítica, sin esa profundización de los postulados de la Agenda Urgente, hay que cuestionarse la participación en esa alianza, incluso habría que irse del movimiento. A su vez, hace señalamientos de preocupación ante la incapacidad en sectores dentro del MVC para aceptar y manejar críticas que desde afuera del mismo hacen sectores que considera progresistas y de izquierda, con quienes se puede marchar juntos en la calle, en las luchas y movilizaciones contra el gobierno. Esa reacción la atribuye a infantilismos y sectarismo. Debo concurrir con su señalamiento, y añado que la superación de ese infantilismo y sectarismo es también beneficioso para toda la izquierda, donde sectores de la misma y gente progresista también andan “infectados” por ese mal, pues resulta que esos integrantes de MVC no son los “propietarios exclusivos” del sectarismo y el infantilismo.

De ahí, nuestro amigo pasa a valorar críticamente lo que considera son deficiencias que identifica en Victoria Ciudadana. A las deficiencias señaladas debo comentar que la que considera más grave es la falta de interés en movilizar la creciente matrícula del MVC. A ésta le añado yo la situación caótica en la campaña y la relación que debería existir entre una campaña nacional (campaña que no existe) y las distintas candidaturas nacionales, regionales y municipales. Esto, según lo veo, obedece a la ausencia de una visión del conjunto del país y a la ausencia de estructuras de base a través de las cuales canalizar el trabajo del día a día, que le da sentido de realidad a la organización.

Es de conocimiento público que en la Asamblea de Juana Díaz, donde se aprobó la estructura organizativa de Red de Redes, el MUS asumió control del aparato organizativo de Victoria Ciudadana. La concepción organizativa no está pensada ni diseñada para la organización de base de pueblo, mucho menos para la movilización de éste. Se trata de una forma de organización elitista y que facilita el control desde arriba del funcionamiento de la estructura y las prácticas de sus integrantes. Son formaciones organizacionales predemocráticas; por lo tanto, no están concebidas para habilitar procesos de participación democrática y efectiva. De esta manera, no es de extrañar el desparramamiento organizativo y el caos funcional de MVC. Más que una estructura unificada de campañas y candidatos bajo una plataforma programática, parecen una pasarela política de figuras y “gente importante”, donde cada quien tira pa’ su lado y jala por su cuenta.

Cuando se señala la apuesta a Victoria Ciudadana y el no tener certeza de cómo ha de resultar el experimento desde una perspectiva revolucionaria, es cierto que será a través del tiempo que se pueda aquilatar la experiencia y sacar las debidas lecciones del mismo. Sólo al pasar del tiempo podremos tener una perspectiva más justa. Pero desde ya se observan síntomas preocupantes que sugieren que la participación de los socialistas y gente progresista en el MVC se da sin peso ni influencia significativa en las prácticas políticas de dicho movimiento.

Democracia Socialista cree firmemente en el financiamiento público de las campañas políticas como parte de la protección de la participación democrática.  Así también cree en la eliminación del financiamiento privado de las campañas políticas, por considerarlo fuente de corrupción y obstáculo a la participación democrática al abrir las puertas de las campañas a la compraventa de candidatos y partidos. En la Agenda Urgente se incluyó este punto como uno de los principios constitutivos contra la corrupción. Sin embargo, Victoria Ciudadana renunció al financiamiento público de la campaña. De esta manera dejan en suspenso uno de los principios constitutivos y elemento fundamental de las políticas contra la corrupción. Y uno tiene que preguntarse, ¿qué otro principio habrán de dejar en el aire? Así, quizás sin querer y sin darse cuenta, MVC siembra dudas y desconfianza sobre su voluntad y determinación de hacer valer lo que propone, promete y dice creer.

Otro punto, que al menos a mí me dejó consternado y que ante la opinión pública les quedó bien “feo”, fue el cómo Victoria Ciudadana atendió y adjudicó el caso de la demanda que contra AAA, Corp. & Associates interpuso la señora Virginia Hernández. Un caso claramente obrero-patronal y de discrimen por origen y lugar de nacimiento. Primero, asumieron la negación: Lúgaro no fue demandada, no está incluida entre los demandados. Luego, y a la misma vez, montan toda la artillería de combate contra la “vieja política”, la Comay y el miedo que le tienen a una opción ganadora en las elecciones. Todo el que dijera algo era PNP, agente de la Comay o PPD y actuaban por encargo y al servicio de la vieja política. Sólo les faltó acusar al “Santo Padre” de servir a los intereses de la vieja política. Ahí sí que se activó el infantilismo sectario.

Entonces llegó el gran final, cierran con broche de oro. Llevan el debate a lo legal, al derecho, debate legal que AAA, Corp no asumió en los tribunales. Lo sustraen de lo político. Así solamente los abogados podían opinar, pues eran los conocedores y los duchos en la materia. Una vez más el leguleyismo jurisdicista secuestra lo político. Todavía se está en espera de una explicación satisfactoria de los progresistas y socialistas del porqué y cómo acabaron alineados defendiendo y protegiendo a una Lúgaro que, para la época de la demanda (2015-2016) todavía compartía y defendía abiertamente las políticas neoliberales que promovió en la campaña de 2016. Además, ella era parte clave del entramado patronal de la empresa donde trabajaba. Actuando de esta manera, al apoyar a la candidata sin ninguna restricción o mirada crítica, y al así asumirlo, los socialistas en MVC terminaron haciendo causa común con los patronos y en contra de los trabajadores.

Entonces, el MVC dice que va a restituir los derechos eliminados de los trabajadores. Pero en la primera prueba de fuego que tuvieron ante sí, hacen todo lo contrario: se alinearon en favor de los patronos. De esta manera, la incertidumbre permea a la hora de uno considerar si Victoria Ciudadana va a hacer valer sus principios constitutivos, las promesas y el compromiso con los trabajadores. Y sí, es cierto lo que señala Lefevre en el artículo: “Parte de la política socialista real implica, precisamente, arriesgarse, insertarse en espacios donde muchas personas piensan de manera distinta e impulsar nuestro programa allí.” Entonces, ¿qué les pasó con el programa socialista, radical o progresista en el caso de la demanda de la señora Virginia Hernández? ¿Tuvo más peso el salvaguardar la unidad de la alianza y la franquicia electoral que los “postulados radicales” de la Agenda Urgente? Debió haber sido, para Democracia Socialista, una decisión muy difícil de tomar, pero definitivamente, así mismo fue de errada.

Otro punto difícil a considerar es relativo a la educación. Proclaman la necesidad de la educación pública y de una reforma profunda de la misma. Dicen que revertirán el cierre de escuelas y se opondrán a la privatización. Hasta ahí estamos bien. Sin embargo, a nivel de dirección tanto política como organizativa de Victoria Ciudadana hay personas que han estado o están vinculados a servicios privatizados en educación y a escuelas chárter.  Y así, al igual que el espíritu de Dios merodea sobre las tinieblas, la duda ronda la mente en cuanto a la credibilidad que pueda tener MVC. ¿Será MVC fiel a sus principios constitutivos? ¿Los hará valer? ¿O prevalecerán los intereses privados de algunos de sus dirigentes?

Hay que tener presente que Democracia Socialista no es mayoría en esa organización, y como bien se señala en el artículo, “la heterogeneidad ideológica de muchos de sus componentes, que en no pocas veces rayan en contradecir la Agenda Urgente” contribuye a cimentar la duda en cuanto a si de verdad van a cumplir con los postulados, propuestas y promesas. Además, hay que destacar que esa heterogeneidad ideológica, que se les adjudica a algunos integrantes del movimiento, es en realidad la percepción pública que hay sobre Victoria Ciudadana en su conjunto como organización.

“Para determinar si nuestra decisión fue o no acertada, si valió o no la pena el riesgo asumido, será necesario analizar una variedad de factores tales como la constancia, el seguimiento y la ejecución de la Agenda Urgente, los resultados electorales, el reclutamiento y el fortalecimiento de DS, entre muchos otros. La política es el arte estratégico de la coyuntura, del momento propicio. Por eso, solo el tiempo y el análisis de los distintos sectores dirá si nuestro apoyo a Victoria Ciudadana fue un acierto o un desacierto.” Buen punto, pero, ¿a qué precio? ¿Se vale todo? ¿Acaso, para lograr un crecimiento organizativo y exponer algunas propuestas, hay que “venderle el alma al Diablo”?

Esta crítica no se trata de un reclamo o posición moral, o moralista desde el purismo. No se habla aquí desde el Olimpo. Además, tampoco estamos en una iglesia, ni nos interesa crear una. La política, como arte de juntarse con gente que uno ni siquiera desea ver, obliga a ser flexible. Debemos ser capaces de mirar esa realidad desde múltiples perspectivas. Siempre que se asume una alianza se cede en unas cosas para lograr otras. Debemos procurar que lo que obtendremos debe ser superior, tanto en calidad y cantidad, a lo que se cede. Lo que no podemos, o, mejor dicho, no debemos hacer nunca, es olvidar qué somos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar: o sea, cuáles son nuestras metas estratégicas. De lo que se trata es de asumir la “política socialista realista” de alianzas y/o concertaciones sin olvidar la ética.

Gracias a Jorge Lefevre Tavárez por el artículo. Creo que el mismo es honesto, genuino y en interés de debatir y dialogar las diferencias dejando puertas abiertas al accionar conjunto y a futuros diálogos y debates. A la vez que es muy esclarecedor en cuanto a cómo ven su participación en esa alianza que es Victoria Ciudadana. Se deja muy en claro la necesidad de esa mirada crítica sin la cual no tendríamos perspectiva revolucionaria. Así también, es bueno que “se dejan las puertas abiertas” a la concertación en las luchas callejeras, la organización de base comunitaria, de taller, de centro educativo. De la organización y movilización de las masas trabajadoras y desposeídas dependerá el triunfo y la continuidad de las luchas en las urnas; sin ellas, la participación electoral carece de sentido.

3 comentarios en "Acerca del artículo ¿Política Socialista en Victoria Ciudadana?"

  • Interesante lectura y muy agudo. En estos días me detuve de lo cotidiano para releer la historia del Partido Popular como proyecto populista de alianzas entre socialistas, independentistas y liberales bajo unos supuestos y el liderato del mesiánico Muñoz Marín… lo que sucede luego con Acción Social Independentista, creada en 1936 con el fin de promover la independencia y la justicia social es un hito revelador sobre estas estrategias de corto-plazo para advenir al poder administrativo. Obliga releer la historia, y se escapa un jummm…

  • Su punto sobre el caso de Virginia vs. América, totalmente. Fíjese como la vara con Duprey fué una y a los días con Lúgaro otra total; de haberse usado la misma, Lúgaro era obvio desterrada del MVC. No pasó porque es su eje central, es decir, sin Lúgaro se desinfla, por no decir deshace, el partido. Ella es su LeBron James.

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