Declaración General de la UJS-MSP

| Publicado el 1 mayo 1974

Unión de Juventudes Socialistas UJS-MSP

En el 1973 se funda la Unión de Juventudes Socialistas (UJS-MSP) producto de un debate interno dentro de la Juventud Independentista Universitaria (JIU). Dicha organización había sido recientemente expulsada del Partido Independentista Puertorriqueño por sus posiciones socialistas y marxistas. El sector juvenil expulsado del PIP quedó dentro de la JIU, mientras que el sector de trabajadores expulsados del PIP conocidos como los «Terceristas» fundaron los Grupos de Estudio y Trabajo (GET). Este colectivo culmina sus trabajos con la fundación del Movimiento Socialista Popular (MSP). La UJS-MSP fue el brazo juvenil/estudiantil del MSP hasta que dicha organización se fusionó con el Partido Socialista Revolucionario (PSR) en el 1982. Hoy la Unión de Juventudes Socialistas es el brazo juvenil y estudiantil del Movimiento Socialista de Trabajadores (UJS-MST). La declaración de principios que aquí presentamos fue publicada en 1974 para presentar las concepciones políticas, organizativas y tácticas de la UJS-MSP. El documento se utiliza aún al día de hoy dentro de la organización para generar debates en torno a lucha juvenil y estudiantil/universitaria.
I. INTRODUCCIÓN
La Unión de Juventudes Socialistas (UJS-MSP) es la organización política estudiantil del Movimiento Socialista Popular (MSP), que agrupa en su seno a estudiantes de escuelas públicas y recintos universitarios. En el desarrollo de su práctica revolucionaria por la consecución de los objetivos que a corto plazo se ha trazado está orientada por la ciencia del marxismo-leninismo, como ciencia que nos brinda unos instrumentos de análisis para interpretar la realidad y para poder transformarla.
Como socialistas, entendemos que la única clase social que posee la fuerza y el potencial revolucionario de transformar la sociedad capitalista es la clase obrera. En este proceso de lucha de los trabajadores el estudiantado, aunque no es un sector homogéneo (pues proviene de diversas clases o grupos sociales y posee unos intereses particulares, por la contradicción que representa la educación en una sociedad capitalista y colonial) puede elevarse a la comprensión teórica de la explotación que sufre en carne propia la clase obrera y por ende representa un aliado potencialmente revolucionario de los trabajadores. Es por eso que toda nuestra lucha está enteramente ligada a la lucha nacional; por la independencia, la liberación nacional y el socialismo.
Al ser uno de nuestros objetivos el encauzar la lucha estudiantil hacia aquellas metas que contribuyan, por un lado, a la agudización de las contradicciones que representa la educación en Puerto Rico y, por otro lado, a la elevación de los niveles de conciencia de ciertos sectores del estudiantado que permita su integración a la lucha de clase del proletariado, tomamos coma punto de partida las siguientes tesis:
a. La lucha estudiantil en Puerto Rico no está unificada. El trabajo a nivel universitario y de las escuelas secundarias se ha visto como dos aspectos separados y no se ha buscado su interrelación.
b. La lucha estudiantil tiene un rasgo específico: la inexistencia de una vanguardia que dirija al estudiantado puertorriqueño en la lucha por sus reivindicaciones a corto y a largo plazo.
c. Las clases trabajadoras puertorriqueñas no tienen un verdadero partido que las represente, las oriente y las dirija hacia la toma del poder político.
Desde esta perspectiva la Unión de Juventudes Socialistas se traza los siguientes objetivos de carácter general que se particularizan en las diversas áreas donde desarrollamos nuestras tareas:
a. Unificar la lucha estudiantil a nivel nacional mediante una estrategia que logre interrelacionar las dos vertientes fundamentales de esa lucha: el trabajo en las universidades y en las escuelas públicas secundarias.
b. Crear una vanguardia que de dirección a la lucha de los estudiantes por sus reivindicaciones y ubique este sector en el proceso revolucionario.
c.Contribuir a crear, mediante el fortalecimiento del Movimiento Socialista Popular, el verdadero partido de la clase obrera.
II. FUNCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA EN EL SENO DEL ESTUDIANTADO
En toda sociedad capitalista existen dos clases fundamentales: la clase trabajadora (compuesta por obreros y trabajadores) y la clase burguesa. Los obreros tienen una relación directa con los medios de producción. Participan en la transformación de la materia prima en producto y durante ese proceso sufren la explotación del burgués. Los trabajadores, aunque no tienen una relación directa con los medios de producción, rinden unos servicios esenciales para el funcionamiento de la sociedad. Tal en el caso de los bomberos, maestras, enfermeras, empleados de mantenimiento, etc. La clase burguesa se constituye en clase parasitaria con el único objetivo de aumentar sus riquezas.
Unidos y relacionados a estas dos clases existen los grupos sociales. Los grupos sociales se definen por unos intereses comunes en el marco de condiciones materiales en que se desenvuelven. Pueden o no pueden formar parte de determinadas clases. Los intelectuales, por ejemplo, son un grupo social, pero no constituyen una clase. Los maestros, al contrario, son un grupo social, pero forman parte de la clase trabajadora.
Uno de los grupos sociales más importantes en la sociedad capitalista es el estudiantado. Es un grupo social heterogéneo, en transición hacia otras estructuras de la sociedad y que tiene unos intereses comunes y particulares que lo caracterizan. La organización revolucionaria que se plantee un trabajo político con este sector tiene que comprender tales peculiaridades para encauzar adecuadamente las tareas a realizar.
Por su misma naturaleza heterogénea hay que conocer los distintos sectores que componen al estudiantado, cuáles son las características e intereses de tales sectores y, una vez logrado esto, comprender que reivindicaciones pueden ser comunes a todo este grupo social. En Puerto Rico podemos establecer dos grandes divisiones de sectores estudiantiles usando como criterio para las mismas la comunidad de intereses envueltosblicas que en el presente son más de 100,000. Este sector, en su mayoría hijos de obreros y trabajadores, está sujeto a las pésimas condiciones de enseñanza que existen en la educación pública. Se las brinda una educación sumamente mediocre que, unida a las pocas facilidades de estudio y al discrimen socioeconómico en las universidades públicas, constituyen factores decisivos para que no continúen estudios superiores y tengan que engrosar las filas de las clases trabajadoras, del desempleo una vez se gradúen o abandonen la escuela.
Es esta situaci6n precisamente lo que significa su particularidad. La inmensa mayoría de los estudiantes de escuelas públicas no irá a la universidad. Una parte mínima conseguirá trabajo; otros se irán al ejército yanqui; otros se quedarán desempleados quedando expuestos a un proceso de lumpenización y otros, finalmente, emigrarán a los Estados Unidos de Norteamérica.
Siendo esta la realidad, la organización revolucionaria debe plantearse la politización del mayor número posible de estudiantes de escuelas públicas. Esto garantizará que el estudiante, una vez se gradúe o tenga que abandonar la escuela siga relacionado con el partido desde su particular trinchera de lucha, ya sea desde la fábrica o colaborando activamente en trabajos de la organización nacional si es desempleado.
Una subdivisión dentro de las escuelas secundarias son los estudiantes de colegios privados. Estos reciben una educación de mejor calidad y la mí…sectores estudiantiles así como de la clase obrera. Veamos:
Uno de los aportes más importantes del leninismo a la lucha revolucionaria es el planteamiento de que los obreros (considerados como clase) no pueden adquirir conciencia política por sí mismos. Si se entiende conciencia política como la comprensión teórica y práctica sobre la necesidad de una transformación radical en el sistema, la realidad demuestra que los obreros solos no llegan a ese nivel. Su lucha se queda en el aspecto reivindicativo, de mejorar las condiciones de vida, sin comprender que esto se puede lograr plenamente a través de una Revolución Socialista.
Este hecho tiene su base en las condiciones de explotación a que son sometidos los obreros. El sistema capitalista contribuye a la enajenación y al embrutecimiento del hombre. Por otro lado, con la propaganda continua al servicio de la clase dominante se pretende perpetuar los valores de la sociedad burguesa. Sólo cuando la agudización de las condiciones de vida los lanza a la lucha y existe un partido político que los oriente, los trabajadores empiezan a romper con las barreras ideológicas a que han estado sometidos.
Los estudiantes, por el contrario, no viven en las condiciones de explotación que sufren los trabajadores. Su relación directa con los instrumentos de análisis que brinda la cultura los convierte en un campo fértil para el desarrollo de la ciencia del marxismo-leninismo y, por ende, de la conciencia política. Así, mientras las condiciones objetivas de los obreros obstaculizan en parte el desarrollo de la conciencia política, las condiciones objetivas del estudiantado universitario favorecen también en parte el desarrollo de esa conciencia.
Son estas peculiaridades, tanto a nivel de escuela secundaria como de universidades públicas y privadas, las que va a explotar y aprovechar al máximo la organización revolucionaria. Para cumplir con esto es preciso plantearse dos lineamientos estratégicos fundamentales.
Primer lineamiento: Contribuir a la Revolución Socialista en nuestro país mediante la integración de los estudiantes a la lucha nacional. Este lineamiento implica, necesariamente, una relación entre la organización estudiantil y una organización nacional. En Puerto Rico es inconcebible q Esto, por dos razones básicas:
a. la organización estudiantil tiene que mantener una relación directa con la clase trabajadora. Esto se logra a través de la vinculación con una organización nacional que realice un trabajo con esta clase. Lo otro sería que la organización estudiantil realice también un trabajo en los centros fabriles y de servicio considerando éstos como su área prioritaria. En Puerto Rico la práctica ha demostrado la imposibilidad de tal señalamiento. Además, la organización estudiantil se caracteriza por su trabajo fundamental entre los estudiantes.
b. la organización no puede politizar estudiantes para que luego se integren a diversos partidos a nivel nacional. La organización estudiantil, si quiere realmente contribuir al desarrollo de la Revolución Socialista, tiene que tener una línea táctica-estratégica sobre el proceso revolucionario. Por tanto sus miembros no pueden integrarse a la organización nacional que sostenga igual línea. Lo otro sería que la organización estudiantil se convierta en Partido y se disponga a realizar su concepción táctico-estratégica. Y esto es un absurdo. La realidad nacional y la realidad estudiantil son diferentes: exigen una división organizativa para realizar un trabajo efectivo en estas áreas. De ahí que un partido político no pueda ser una organización estudiantil, y una organización de estudiantes no puede ser un partido.
Segundo lineamiento: Luchar por todas aquellas reivindicaciones que contribuyen a desarrollar y elevar la conciencia política en los estudiantes.
Si se quiere cumplir a cabalidad con estos dos lineamientos es necesario que la organización estudiantil revolucionaria comprenda lo siguiente:

  1. La educación no puede transformarse si no se transforma la sociedad que la condiciona.
  2. Para transformar la sociedad hay que tener una concepción táctico-estratégica clara.
  3. No popularizar tal concepción en el seno del estudiantado es caer en el reformismo (sólo luchar por reivindicaciones económicas o académicas) y olvidar que los estudiantes tienen una función que cumplir en el camino hacia la toma del poder por la clase obrera.

Partiendo de lo anterior, la Unión de Juventudes Socialistas expresa ante el estudiantado puertorriqueño seis postulados básicos. Los mismos recogen nuestra concepción estratégica sobre la revolución en nuestro país, constituyen aspectos particulares de los dos lineamientos generales señalados y sirven de orientación a la lucha que desempeñamos como organización revolucionaria en el sector estudiantil. Estos postulados son:

  1. Que el método fundamental de lucha para lograr la liberación nacional y sentar las bases de una sociedad socialista es la guerra prolongada como forma que ataque y debilite sistemáticamente al estado burgués en Puerto Rico.
  2. Que la acción revolucionaria armada, complementada con un trabajo de denuncia, de organización y de movilización del pueblo contribuye a crear conciencia política en las masas.
  3. Que, como marxistas-leninistas, entendemos que no se puede esperar nunca a que estén todas las condiciones necesarias para iniciar la lucha armada. Esta, en si misma, constituye una condición fundamental para crear otras condiciones.
  4. Que los estudiantes puertorriqueños pueden contribuir efectivamente al desarrollo de ese proceso revolucionario.
  5. Que nos planteamos contribuir a la formación de Cuadros marxistas-leninistas y de Combatientes Revolucionarios que impulsen la concepción táctica-estratégica a nivel nacional mediante nuestra relación con el MSP. Rechazamos la tesis mecanicista de que no puede haber estudiantes marxistas-leninistas por su extracción pequeño burguesa.
  6. Que a corto plazo nuestra consigna a impulsar en todas las formas es CONTRA LA CRISIS DE LA EDUCACIÓN, CONSOLIDEMOS Y ORGANICEMOS LA LUCHA ESTUDIANTIL; y junto a esta la consigna que recoge los señalamientos anteriormente planteados: POR UN MOVIMIENTO ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO DE MASAS. Ello es así porque partimos del postulado cardinal de que SIN LUCHA DE MASAS NO HAY REVOLUCIÓN Y SIN LUCHA ARMADA NO HAY VICTORIA.

Entendiendo estos postulados, la Unión de Juventudes Socialistas podrá realizar mejor su función en el seno del estudiantado, considerando que esta consiste en el logro de los dos lineamientos estratégicos fundamentales que hemos esbozado.
III. LA UNIVERSIDAD
A. Breve trasfondo histórico
La Universidad, por ser la institución más alta en toda sociedad y tener un trasfondo histórico particular, brinda la posibilidad de que los estudiantes sean más receptivos al análisis de la realidad en que se desenvuelven. Desde sus orígenes, la institución universitaria ha esbozado unos principios generales para su funcionamiento. Dentro de estos principios están: la libertad de crítica, la libertad de cátedra y el fomento del espíritu científico de investigación. Los mismos se ubicaban en el desarrollo económico de una nueva clase a partir del XI que tiene como una de sus principales manifestaciones, precisamente, una nueva actitud hacia el mundo, hacia la estructura social vigente y hacia los planteamientos de la inmutabilidad del orden feudal.
La nueva clase cuestiona ese mundo desde sus cimientos. Rechaza la sociedad de estamentos y su poca movilidad social. Su ambición mayor es progresar, enriquecerse, ascender en términos económicos, perpetuarse en el tiempo a través de sus riquezas. Sus aspiraciones no están encaminadas a escalar las mansiones sempiternas prometidas por El Nazareno y repetidas incansablemente por la Iglesia Católica. Su campo de acción será la ciudad terrenal, no la ciudad celestial. Sus riquezas no la lograrán con virtudes; serán el resultado de la rapiña y del robo. De una economía mercantil, basada en comprar mercancías a bajos precios y revenderlas a precios altísimos, pasando por la producción simple de mercancías, asentada en la producción de artículos que se venden para obtener otros artículos, y asta llegar a la producción capitalista en sí, esta clase va precisando su característica esencial: su sed de ganancia, su obsesión por la plusvalía como la forma monetaria de la sobreproducción social.
Esta clase tuvo, sin duda, sus representantes intelectuales. Obviamente, sus concepciones chocaban con las concepciones tradicionales y tenían que justificarlas y defenderlas. Sus actitudes, su nueva visión de mundo tenía que sistematizarse, organizarse, perfilar un orden de ideas. De ahí que las Universidades, que surgen en el siglo XII, fuesen un campo fértil para lograr este propósito. De ahí la elaboración de unos principios fundamentales – libertad de investigación, etc. – como garantía para impulsar las nuevas ideas y rechazar las concepciones vigentes, defendidas por la Escolástica.
La Universidad, pues, fue un refugio para las ideas burguesas en gestación y contribuyó a un adelanto de las ciencias que a partir del siglo XVII rompe con los dogmas ortodoxos sobre el conocimiento.
En el transcurso del desarrollo de la Universidad como institución, la burguesía ha reconocido que los principios esbozados en sus orígenes no siempre eran convenientes. En un comienzo los reyes, los papas, los emperadores reconocían la autoridad de la Universidad y acataban las decisiones que esta emitiera sobre cuestiones escabrosas. El hacho de que la Universidad ocupara un puesto en los parlamentos de Francia, Inglaterra y Escocia es altamente significativo. Pero eso sucedió en una etapa en la historia de la Universidad.
Por el contrario, a medida que la burguesía se consolida, las universidades van perdiendo parte de sus características iniciales. De estructuras democráticas (los estudiantes escogían los maestros, como en el caso de la Universidad e Bolonia; o los maestros escogían a los estudiantes como en el caso de la Universidad de París) pasamos a unas estructuras jerárquicas y separadas de la comunidad universitaria. De una amplia autonomía administrativa (las universidades tenían una jurisdicción interna con sus leyes y sus sanciones) llegamos a un completo dominio del Estado sobre las funciones universitarias. Esto a pesar de que siga formulando a nivel teórico la supuesta autonomía. De una Universidad que fomenta el espíritu de investigación, nos encontramos con unas estructuras que pretenden castrarlo, a encajonarlo dentro de los límites impuestos por los intereses burgueses y con una tendencia hacia la fosilización del conocimiento con cursos irrelevantes a la realidad que se vive.
Cuando se da el conjunto de estos fenómenos asistimos a la formación de un organismo superestructural para cumplir con los objetivos que le dicte la clase dominante. No obstante, el progreso de las ciencias en todos los órdenes hace imposible el que se anule por completo el espíritu de investigación y el que no se brinden unos conocimientos que sirvan para cuestionar el régimen existente. Eso representa una contradicción insoslayable del sistema capitalista.
En este tipo de Universidad, parte de la sociedad capitalista-colonial puertorriqueña es que está inmersa la Unión de Juventudes Socialistas.
B. La Universidad: una contradicción en el sistema capitalista
En el régimen capitalista, la Universidad tiene unas funciones claras. Como institución educativa tiene que reproducir la ideología de la clase dominante, crear los técnicos y funcionarios que necesita el sistema y, como parte del proceso de aculturación, mantener la estabilidad del orden existente. Sin embargo, para poder cumplir con estas tres funciones debe brindarle al estudiantado unos instrumentos de análisis. Tales instrumentos le permiten a este estudiantado cuestionar las bases mismas en que se asienta el sistema social. Esto representa una contradicción.
C. Las Universidades Públicas en Puerto Rico
La lucha estudiantil en Puerto Rico ha tenido su desarrollo principal a nivel de las universidades públicas. Las campañas de Reforma Universitaria, de Participación Estudiantil, Contra el ROTC, por una Nueva Ley Universitaria, llegando incluso al confrontamiento militar del 11 de marzo de 1971, han sido los rasgos definitorios de esa lucha. En todo este proceso se ha demostrado la combatividad del estudiantado universitario y se ha podido elevar sus niveles de conciencia política.
Por su misma función de impartir conocimiento, la Universidad se presta a que las ideas de avanzada puedan impulsarse. En nuestro caso podemos decir más: la Universidad ha sido en años pasados la trinchera principal de la lucha por la liberación de nuestro pueblo.
Hoy, cuando la crisis del capitalismo se hace cada vez más inaguantable y afecta directamente a los trabajadores, la sociedad puertorriqueña ha sido el escenario de arduas luchas sociales por mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras. La realidad ha ido trasladando el punto de acción de los centros de enseñanza superior a los centros de trabajo donde los trabajadores se organizan y combaten por mejorar sus condiciones de vida.
Sin embargo, la Universidad sigue siendo un pilar fundamental en el desarrollo de nuestra lucha. Los estudiantes, como grupo social que exige unas reivindicaciones que el sistema les ha negado, se convierten en aliados importantes de los trabajadores puertorriqueños. Esta afirmación se hace cada vez más evidente ante el giro que ha tomado la educación hacia áreas tecnológicas y la indudable ubicación de los estudiantes como asalariados en las industrias pesadas y en el área de servicios.
Características de las universidades públicas en Puerto Rico
Las universidades públicas en Puerto Rico se caracterizan por unas estructuras antidemocráticas y ajenas a los intereses de los estudiantes, profesores y trabajadores; por la inexistencia de una verdadera autonomía fiscal y administrativa (la Universidad es un comité del partido de turno y de ahí que hayan unas limpiezas periódicas de administración, según el partido que gane) y por un evidente discrimen socioeconómico contra los hijos de los trabajadores que no pueden obtener una educación superior.
Unido a estos elementos, la Universidad tiene una característica muy peculiar en el presente que hay que ver en sus méritos para extraer conclusiones revolucionarias.
Como parte de la superestructura, la Universidad mantiene una relación dialéctica con el modo de producción capitalista, con la infraestructura económica de la sociedad. Pero esa relación tiene dos rasgos distintivos: uno de ellos (producto de la falta de planificación global en el capitalismo) es que a nivel de la economía los cambios pueden ser bruscos o graduales, pero tales cambios no repercuten mecánicamente sobre las instituciones educativas. De esta manera, poco a poco se va operando una falta de sincronización entre las funciones de la Universidad y las necesidades de la economía. Sólo cuando esta falta de sincronización adquiere sus formas más agudas (por ejemplo, aumento del desempleo al preparar los estudiantes en profesiones cuyas áreas están repletas, como es el caso de los maestros; o la educación se orienta hacia el sector terciario (los servicios) cuando la economía lo que exige como prioridad el sector secundario – la producción, la necesidad de técnicos, etc.). Sólo cuando ocurre esto es que la educación reacciona para ajustarse a las nuevas condiciones. Este es el otro rasgo distintivo de la relación entre Universidad y modo de producción; es decir, la educación reacciona tardíamente ante los cambios que sufre la infraestructura.
Este fenómeno lo estamos viendo en el momento actual. Los planes del gobierno y de la administración universitaria se resumen en una palabra: reestructuración. La educación tendrá una orientación tecnológica como parte de las necesidades del imperialismo yanqui y la burguesía nativa. Nosotros no nos oponemos a la técnica ya que esta es parte del desarrollo de la humanidad. A lo que sí nos oponemos es a la técnica al servicio del régimen capitalista y no en beneficio de los trabajadores.
La necesidad de reestructuración, obviamente, brinda una coyuntura a las organizaciones revolucionarias para impulsar sus alternativas.
Teniendo en cuenta las características presentes de la universidad, la Unión de Juventudes Socialistas se plantea cuatro objetivos fundamentales a cumplir en esta área:

  1. Agudizar la contradicción que representa la universidad en el sistema capitalista.
  2. Elevar el nivel político de los estudiantes hacia la forjación de una conciencia revolucionaria.
  3. Reclutar a los elementos más avanzados de los estudiantes para convertirlos en cuadros políticos de la UJS y el MSP.
  4. Aprovechar la coyuntura que brinda la necesidad de reestructuración para adelantar nuestras posiciones.

D. Línea Pragmática
La línea pragmática recoge los aspectos generales que orientan nuestra lucha a nivel de las universidades y es la concreción de los objetivos que nos hemos trazados. La misma expresa las diferentes reivindicaciones que habrá de impulsar la UJS a éste nivel junto a nuestra posición sobre sectores específicos de la comunidad universitaria.
1.La nueva Ley Universitaria
La Lucha por un proyecto de nueva ley que democratice las estructuras universitarias cobra hoy una importancia mayor. Ante los planes de reestructuración administrativa la nueva ley se presenta como una alternativa concreta de los estudiantes, profesores y trabajadores para impulsar sus demandas.
EL proyecto contiene tres áreas fundamentales en las cuáles hay que enfatizar para encauzar adecuadamente el trabajo político. Estas áreas son:
a) el Co-Gobierno Universitario
La nueva ley crea los mecanismos para darle una participación igualitaria a los sectores mayoritarios que componen la universidad. Plantea la creación del directorio de educación superior (DES) como un cuerpo democrático y representativo de la comunidad universitaria. La consecución del co-gobierno es un objetivo fundamental de la lucha estudiantil. El mismo adquiere un carácter táctico dentro de la lucha por la reforma universitaria en el momento actual.
b) la Autonomía Universitaria
La Nueva Ley establece la autonomía que debe tener la institución universitaria para su mejor funcionamiento. En aras de evitar la inestabilidad económica con las graves repercusiones que tiene para la Universidad, se crean unas medidas para ponerle impuestos a los bancos y a los artículos de lujo. Esto significará unos renglones fijos que incrementarán el erario de la institución y contribuirá a una expansión de sus facilidades.
c) la Universidad Abierta
La Nueva Ley plantea esta medida como solución al grave discrimen socioeconómico que padecen los hijos de las clases trabajadoras. En el concepto de la universidad abierta postulado en el proyecto se eliminarían los requisitos de entrada a la Universidad; se establecerían otros colegios en áreas específicas y se haría un uso efectivo de los medios de comunicación como la televisión. Crea, al mismo tiempo, los mecanismos para fiscalizar la enseñanza por estos métodos, brindándole al estudiante y al profesor la oportunidad de evaluar al curso y someter recomendaciones.
Estas tres áreas fundamentales se constituyen en objetivos que habrá de impulsar nuestra organización a través de la lucha por una Nueva Ley Universitaria.
2. La Unión Nacional de Estudiantes Puertorriqueños
La Unión de Juventudes Socialistas está comprometida con la creación de una Unión Nacional de Estudiantes Puertorriqueños. La misma debe cumplir con los siguientes objetivos:

  1. ser un instrumento genuinamente representativo de todos los estudiantes universitarios a nivel nacional.
  2. luchar por la Reforma Universitaria y mantener un apoyo militante a las demandas de las clases trabajadoras de nuestro pueblo.
  3. contribuir a lograr una educación integral que desarrolle al máximo las aptitudes y los instrumentos de análisis del estudiantado.

d)mantener relaciones de solidaridad con todo el estudiantado del mundo y en particular, con los estudiantes latinoamericanos, apoyando sus demandas y defendiendo los derechos democráticos en los países donde son inexistentes.
Táctica organizativa: lineamiento general
La creación de la UNEP, como todo fenómeno social, es un proceso arduo y complicado. Para poder dirigir adecuadamente ese proceso hay que definir primeramente, aunque en términos generales, cuál será la táctica organizativa a seguirse.
Entendemos que la organización de los estudiantes debe darse a dos niveles interrelacionados. En primer lugar, hay que organizar los estudiantes en la base estructural donde se desenvuelven en su vida creación de unas Asociaciones por Departamentos combativas que luchen por las reivindicaciones particulares (cambios de currículo, administrativos, etc.) y por las reivindicaciones generales del estudiantado (Nueva Ley, por ejemplo) es una de nuestras prioridades. En segundo lugar, hay que organizar los estudiantes tomando en cuenta las condiciones materiales en que viven, como es el caso de los hospedados.
En la medida que se logre organizar estos diversos frentes, desde la base, se le irá dando cuerpo a la Unión. Esto evitaría la creación de un organismo elitista, aislado de los estudiantes, ya que no se formaría por decreto, sino que sería el resultado de una lucha ascendente por la creación de unas estructuras adecuadas y representativas.
Para poder implementar efectivamente esta táctica hay que tomar en cuenta el carácter dialéctico del proceso y las distintas particularidades en las universidades de Puerto Rico. Este carácter dialéctico puede permitir que los hospedados, impulsados por sus condiciones de vida, se organicen primero en un organismo que los aglutine a nivel de un Recinto universitario y a nivel nacional. Esto no representaría una dicotomía con la organización de los departamentos: sería un complemento. El estar organizados sería un paso de adelanto significativo. Contribuiría a formar la Unión y, una vez creada, sería un área particular de ésta.
Papel de los Consejos
La creación de los Consejos se ubica en un contexto particular de la lucha estudiantil en Puerto Rico. El logro de este objetivo fue un avance en la lucha que libraban los estudiantes por una participación más efectiva en los asuntos de la Universidad. Ante la inexistencia de unas estructuras mínimas que canalizaran la voz estudiantil, la formación de los Consejos a raíz de la combatividad de los estudiantes, fue sin lugar a dudas un adelanto.
Sin embargo, en el momento actual la lucha estudiantil exige tareas superiores. Las demandas de participación efectiva siguen vigentes, pero ya no pueden encajonarse en los marcos estrechos de los Consejos.
Desde su formación, estos organismos han demostrado sus limitaciones. Su misma estructura le ha impedido relacionarse con la base estudiantil y se ha prestado para el control burocrático por parte de las organizaciones de izquierda. Esto tiende a demostrar que hay que utilizar otras formas organizativas para impulsar la creación de la UNEP.
Basándonos en lo anterior, no creemos que la Unión, con los objetivos que entendemos debe cumplir, pueda surgir exclusivamente de un Consejo Nacional de Estudiantes.
Con las fallas inherentes a su estructura, la UJS considera que no es correcto trazarse como objetivo prioritario la creación de un Consejo Nacional. Las experiencias pasadas sobre los Consejos, con las dificultades de elegirlos en muchos casos, su burocratismo, etc., son hechos que fundamentan nuestro planteamiento.
Ante esta realidad hay que impulsar la creación de Asociaciones departamentales que representen sus estudiantes y hagan académico, en la práctica, la creación de unos Consejos.
La utilización de estos organismos debe subordinarse a la contestación de una pregunta básica: su elección ¿adelanta o no adelanta los objetivos de la Nueva Ley y la Organización de los Estu iantes? Las particularidades de cada Recinto son las que determinan la respuesta a esta pregunta y por ende, nuestro apoyo o repudio a la elección de los Consejos.
3. Lucha contra la mediocridad
Las universidades públicas del país padecen un hondo problema de mediocridad. La misma tiene sus manifestaciones concretas a cuatro niveles específicos.

  • Primero: la existencia de profesores permeados por la concepción tradicional sobre la educación. Estos establecen una separación negativa entre el educador-educando y conceptualizan al estudiante como un recipiente al que se habrá de llenar con conocimientos. Esto contribuye a reforzar la visión del estudio como una necesidad impuesta y no como una aspiración del individuo para superarse.
  • Segundo: la existencia de cursos totalmente irrelevantes a la realidad puertorriqueña. Esto impide tener un conocimiento adecuado sobre la situación nacional y buscar soluciones concretas a la misma.
  • Tercero: la inexistencia de una relación interdisciplinaria que brinde una educación integral al estudiante. La educación universitaria tiene un concepto equivocado sobre la especialización. En el mismo quedan excluidas las materias que ofrezcan una visión global del conocimiento. Los «especialistas» que preparan las universidades públicas sólo pueden hablar de esa área específica. La educación demuestra su incompetencia para relacionar adecuadamente las diversas disciplinas que ofrece.
  • Cuarto: aunque todas las organizaciones pasan por alto este aspecto, no podemos incurrir en tal error. En la Universidad también hay muchos estudiantes mediocres. Permeados por un sistema educativo que genera mediocridad, estos compañeros tienen como única prioridad, en algunos casos, la obtención de una nota, aunque no se obtenga conocimiento. En otros casos, más graves aún, ni siquiera la preocupación por una calificación tiene importancia. Son estudiantes que confunden la Universidad con un centro de diversión y pasan su vida estudiantil sin cumplir con las responsabilidades que todo estudiante tiene ante sí.

La Unión de Juventudes Socialistas está comprometida con el logro de una educación de calidad, relevante a la realidad nacional puertorriqueña y que estimule el desarrollo integral del individuo. Como parte de este objetivo, tenemos que impulsar la adopción de cursos que cumplan con estos requisitos.
Es inconcebible, por ejemplo, que en las Facultades de Ciencias Sociales no existan cursos adecuados de Economía Política Marxista o de historia de las diversas revoluciones socialistas. Es más inconcebible aún que en una Universidad de un país latinoamericano, no exista un currículo para analizar la realidad de América Latina y obtener un conocimiento científico sobre su problemática, su cultura, sus soluciones. Demandas como estas son las que tenemos que presentar.
Por otra parte, cada uno de nuestros militantes debe dar el máximo en su labor académica. Como revolucionarios comprometidos con la transformación radical del sistema, no podemos olvidar el planteamiento leninista de que la nueva sociedad se construye con los ladrillos del viejo orden. La educación burguesa no puede rechazarse por ser burguesa. Hay que obtener los conocimientos que brinda y cuestionar todas sus posiciones reaccionarias.
4. Los sectores universitarios
Nuestra política con los sectores universitarios está guiada por el siguiente principio: buscar los elementos progresistas entre los profesores y los trabajadores para convertirlos en aliados que contribuyan a un mejor desarrollo de la lucha por la Reforma Universitaria.
a) Los Profesores
Los profesores constituyen el segundo sector fundamental de la comunidad universitaria. En las universidades públicas, aunque gozan de una relativa participación, la misma no es efectiva. En ocasiones han sido víctimas de medidas abusivas (como el aumento de su jornada de trabajo reduciendo en la práctica sus sueldos reales) tomadas por la Administración sin ninguna consulta previa. Un elemento que contribuye a tales situaciones es la ausencia de la sindicalización a nivel de este sector.
La Unión de Juventudes Socialistas apoya la demanda de una sindicalización efectiva en el sector profesoral. Entendemos correcto la creación de un instrumento de lucha que unifique a este sector y lo represente ante el patrono, que es la Administración universitaria. Creemos que la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios, como organización progresista, debe sentar las bases, mediante un trabajo consecuente, para cumplir con este objetivo.
Como segundo aspecto, la UJS apoya todas las medidas que se adopten para fomentar la excelencia académica en este sector.
b) Los trabajadores
Los trabajadores forman el tercer sector mayoritario de las Universidades públicas del país. El área de los servicios se encuentra organizada en la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND). El área de mantenimiento está aglutinada en la UTI.
La posición de la UJS puede sintetizarse en tres elementos básicos:

  1. Apoyamos la lucha de estos compañeros por mejorar sus condiciones de vida.
  2. Apoyamos el que los Sindicatos que los representen mantengan posturas progresistas con respecto a las demandas estudiantiles y establezcan una democracia interna en todos sus procedimientos.
  3. Denunciaremos todo intento de manipulación y de oportunismo de líderes obreros al servicio del patrono que intenten traicionar las luchas de estos compañeros.
  4. Lucha contra la militarización de las Universidades

El establecimiento de agencias militares en los centros universitarios forma parte de la estrategia del imperialismo yanqui. El objetivo que persigue es la utilización de nuestros jóvenes come carne de cañón en las guerras de rapiña en que intervienen.
Por otra parte, la lucha contra estas agencias ha sido el rasgo más distintivo del movimiento estudiantil puertorriqueño. En su momento, logró aglutinar a grandes masas y, en el confrontamiento directo, elevar los niveles de conciencia de éstas.
A partir del 11 de marzo de 1971 y el descenso que se va dando en la actividad estudiantil, la lucha contra la militarización se va echando a un lado. Sin embargo, a estas alturas el problema sigue vigente. En el Recinto de Río Piedras el ROTC fue trasladado unos cuantos metros fuera del campus, y continúan con sus prácticas. En los otros recintos esta agencia sigue funcionando.
La Unión de Juventudes Socialistas se compromete a luchar contra la militarización en las Universidades. Como revolucionarios, no podemos permitir que el imperialismo impulse sus objetivos. Tenemos que denunciar esta situación y combatir esa agencia nefasta en todas sus manifestaciones. La lucha contra el ROTC no ha terminado. Esto nos reafirma en la necesidad de la Nueva Ley que tiene como una de sus medidas, precisamente, la completa eliminación de la educación militar en las Universidades públicas del país.
0rientada por estas líneas programáticas, nuestra organización se dispone a realizar su trabajo en las Universidades Públicas de Puerto Rico.
IV. ESCUELAS PÚBLICAS SECUNDARIAS
En toda sociedad dividida en clases sociales, la ideología dominante es aquella que responde a los intereses de dicha clase.
En una sociedad como la nuestra donde el modo de producción es el capitalista y por ende la lucha de clases o la contradicción fundamental se desarrolla entre la burguesía y el proletariado, la ideología dominante no es otra que la ideología burguesa. De ahí que todo sistema, toda institución que tenga como uno de sus objetivos el defender unas ideas, el adiestrar y educar a unos individuos responderá en última instancia a la clase que domina económica, política y militarmente a la sociedad.
La burguesía, al revolucionar los medios de producción, ha logrado a su vez desarrollar e incrementar a un máximo los instrumentos necesarios tanto para la difusión de sus ideas como para adiestrar a los individuos indispensables para la producción de las bases materiales que darán sostén a su dominio de clase: las mercancías, la ganancia, la plusvalía. Dentro de estos instrumentos se destaca aquel que a nuestro entender es uno de los más importantes. Este es, en esencia, todo el sistema de educación pública o privada del país.
En Puerto Rico, como sociedad dividida en clases, la educación siempre ha estado al servicio de las clases dominantes con el doble objetivo de crear los cuadros técnicos e intelectuales cuya función sea el contribuir al mantenimiento del sistema colonial a nivel del desarrollo económico y al nivel ideológico. En la práctica diaria estos dos objetivos representan una de las contradicciones que afectan todo proceso de educación. Es decir, mientras intenta ser un instrumento de dominio ideológico, es a la vez el que trasmite el conocimiento de lo mejor que la humanidad ha creado en todo el proceso de su desarrollo histórico. Esto permite el que una parte asimile las conquistas del hombre en su lucha por «elevarse del reino de la necesidad al reino de la libertad…,» que adquieran un mínimo de conciencia y que los lleve a cuestionarse parte de la realidad en que viven. En nuestra realidad, además de ser un país dividido en clases, nos confrontamos al hecho de que nuestra situación económico-política es una de carácter colonial, de forma tal que la educación que recibimos está enmarcada dentro de una dualidad: justifica la explotación colonial de que somos víctimas y es parte integrante de todo el sistema de penetración ideológica con que cuenta el imperialismo norteamericano para justificar la explotación, opresión y dominio que ejerce sobre los países de Asia, África y América Latina.
Partiendo de lo anterior, podemos afirmar que al luchar contra el sistema capitalista y colonial que impera en Puerto Rico, estamos luchando a su vez por la transformación de la educación: de una que responde a los intereses de la burguesía a otra que sea manifestación de la ideología del proletariado y cuyo objetivo no sea tratar de mantener la realidad tal y como es sino transformarla, desarrollar individuos con plena conciencia de sus facultades, con pleno conocimiento de lo mejor que la humanidad ha creado en el campo científico, económico, político o cultural; con la capacidad necesaria para integrarse al proceso de producción en beneficio de la sociedad en general. Como socialistas a este tipo de educación aspiramos, pero la misma no se conseguirá mediante reformas, sino con la revolución. Revolución donde los trabajadores, por su relación con los medios de producción y por su posición en la sociedad serán la vanguardia del movimiento revolucionario.
Ahora bien, en este proceso revolucionario existen unos grupos sociales que proceden pero no forman parte de una clase en particular. Grupos que no son homogéneos ni a nivel ideológico ni a nivel social. Más, sin embargo, grandes sectores de estos grupos pueden integrarse en un momento determinado a la lucha que libren los trabajadores por la toma del poder político; sectores que a pesar de no tener una relación directa con los medios de producción hacen suya la ideología de la clase obrera y luchan por los objetivos históricos del proletariado.
Dentro de estos sectores se encuentra necesariamente el estudiantado. El mismo fluctúa en nuestra Isla en un promedio de 700 mil estudiantes representando un 88% de la población con edad escolar.1 De los cuales cerca del 70% son los que llegan a cuarto año de escuela superior y una gran cantidad pasa a engrosar las filas de los trabajadores o al desempleo. Otro grupo prosigue estudios ya a nivel universitario o a nivel vocacional (área que en los últimos años da muestras de gran interés por vastos sectores de la población escolar. Fenómeno que responde a los cambios que se vienen operando en la economía de Puerto Rico a partir de la década del 60).
Durante años esos compañeros han estado, por un lado sometidos a la ideología de la clase burguesa sin contraparte de la proletaria, y por otro lado, ausentes de una práctica política certera que logre unificar el movimiento estudiantil nacional imprimiéndole a éste unos objetivos claramente definidos y que logre hacer del mismo un aliado de la clase obrera. La experiencia ha sido que se ha visto a los estudiantes como un todo homogéneo, con los mismos intereses «estudiantiles» y con las mismas preocupaciones. Esto ha llevado a las diferentes organizaciones estudiantiles al esbozo de unas consignas y al desarrollo de unas campañas (democratización y puertorriqueñización de la enseñanza; en contra de la Patrulla Aérea Civil; en contra de la desigualdad educativa, etc.) que han sido válidas para unos sectores en particular pero ajenas para otros. Logrando con ello movilizar tan solo a sectores independentistas, pero se ha olvidado desarrollar un trabajo de concientización con los sectores que al graduarse o al abandonar la escuela se integrarán al proceso de producción. Sectores que al ser correctamente politizados pueden representar una fuerza de avanzada en el seno del movimiento obrero y por ende en el área fabril o de trabajo desde donde se desenvuelvan.
Esto lo planteamos porque al hacer un análisis de la experiencia política pasada, se puede afirmar que las campañas o el trabajo desplegado estuvieron plasmados desde su concepción original en una apreciación incorrecta de la definición del grupo social estudiantil. Más sin embargo se debe reconocer que tanto la praxis pasada como las condiciones políticas y económicas actuales, y las estrategias para el desarrollo de la educación nos brinda las bases materiales necesarias para un trabajo político certero de movilización, organización y concientización de sectores estratégicos dentro del sistema de instrucción.
En lo expresado anteriormente radica la importancia de señalar la corrección de la tesis de que el estudiantado no es un sector homogéneo; que no constituye una clase social. Como grupo procedente de diversas clases y grupos sociales se divide a su vez en diversos subgrupos lo cual es reflejo de la misma división en clases de la sociedad. Aunque no ocupa una relación directa con los medios de producción puede hacer suyos los intereses de la clase de su procedencia o diferente a ella. Al estar durante los años quo se forja tanto la personalidad como su conocimiento, inmerso en un proceso de educación que encierra unas contradicciones, se puede realizar en este sector un importante trabajo de concientización que los convierta en aliados de la clase obrera en la lucha por su emancipación y la liberación nacional de nuestro pueblo.
Habiendo visto la función de la educación en una sociedad capitalista y colonial como la nuestra, la experiencia de unas campañas realizadas, la correcta definición del estudiantado como sector social, teniendo clara la situación económica, política y social de Puerto Rico, la Unión de Juventudes Socialistas, partiendo de los objetivos tácticos y estratégicos que le definen y dan razón de ser, entiende que debe asumir la responsabilidad de trazarse unas metas a corto y largo plazo para lograr la movilización y organización del mayor número de estudiantes de escuelas públicas. Esto, para luchar por un lado, por las reivindicaciones de los sectores que entendamos como estratégicos y lograr, por otro lado, la integración real y efectiva de los estudiantes a la lucha nacional de los trabajadores.
Estas metas estarán esbozadas a dos niveles. En primer lugar entendemos que nuestro objetivo inmediato es el organizar. No organizar por organizar, sino partiendo del reconocimiento de que la educación tiene dos vertientes. La primera donde se proyecta una futura educación en las artes liberales (Historia, Sociología, Artes, etc.) que a su vez pretende crear intelectuales necesarios al sistema (maestros, abogados, escritores, trabajadores sociales, étc.). Esto al nivel económico y político tanto nacional como internacionalmente va siendo relegado a un segundo plano por los ideólogos burgueses la educación. El segundo nivel es aquel que va cobrando mayor importancia, nos referimos, desde luego, a la educación técnico-vocacional. Tan es así, que el informe que rindiera la Junta de Planificación en 1970 señala que: «el creciente aumento entre los graduandos de escuela superior se debe (entre otras cosas) a la intensificación de los programas de instrucción vocacional que permitieron que gran parte de los desertores potenciales se orientasen hacia los programas más prácticos.» Más adelante en el mismo informe se establece que «los graduandos de cursos vocacionales aumentaron en un 99% (para 1969-1970) mientras que los graduandos de cursos generales … fue algo más bajo (85%).» Esta orientación académica, que había sido pasada por alto por diversas organizaciones estudiantiles, responde como decíamos en un principio a la orientación económica que va tomando Puerto Rico, es decir de una economía preponderantemente liviana hasta principios del 60 a una de carácter técnico especializada. Otro fenómeno que no debemos pasar por alto es la proliferación de colegios regionales y de escuelas vocacionales y las últimas medidas de admisión que se han tomado a nivel universitario. Medidas que discriminan a favor de los graduados de escuelas públicas superiores.
El segundo nivel dentro del cual se enmarcan nuestras metas es el lograr la concientización del mayor número posible de estudiantes. Grupo que se integrará, ya a la fuerza obrera en las fábricas, o al ejército de reserva de trabajadores y que por su rol histórico de futuros trabajadores deben tomar conciencia de clase; y como actuales aliados a la clase obrera deben integrarse a la lucha de los trabajadores por la toma del poder político.
Bajo el aspecto político organizativo, nuestra organización desarrollará un trabajo político en áreas política y económicamente estratégicas para la educación. Áreas definidas geográficamente donde se encuentren el mayor número de estudiantes y donde la concentración de trabajadores es mayor (Bayamón, Carolina, San Juan, Ponce, Arecibo, Mayagüez). Trabajo político-estudiantil que por su misma naturaleza no estará ajeno a los conflictos obrero-patronales y que nos permita concretar la alianza obrero-estudiantil.
Para cada área en particular (escuelas de cursos generales o vocacionales) la concreción práctica de nuestros principios generales será la elaboración de unos planes de trabajo a corto y largo plazo que nos acerque a los objetivos de:

  1. orientar la lucha estudiantil en las escuelas públicas por los canales que entendamos correctos. Para ello es necesario lograr que la organización del estudiantado a través de consejos de estudiantes con el objetivo de construir más a largo plazo un Consejo Nacional de Estudiantes que luche por una participación estudiantil. Ahora bien, esta organización no se dará tan solo a través de consejos estudiantiles, sino que tendrá como complemento la organización de los estudiantes a otros niveles.
  2. lograr la concientización de los estudiantes a través de la difusión de la ideología de la clase de los trabajadores.
  3. movilizarlos en aras de aquellas reivindicaciones particulares que contribuyan a su concientización y organización.
  4. luchar por reformas educativas inmediatas que los sectores a ser movilizados hagan suyas.
  5. lograr la integración de los estudiantes a la lucha nacional.

V. UNIVERSIDADES PRIVADAS
Las Universidades privadas en Puerto Rico constituyen una expresión concreta de la comercialización en la educación.
Estos centros de enseñanza son unas empresas dedicadas al lucro y al bienestar de su Junta de Síndicos. Por esta misma característica, el grado de represión, de violación de los derechos democráticos del estudiantado y de mediocridad en la enseñanza es mucho más intenso en estas instituciones al comparársele con las Universidades públicas.
Ante esta realidad, es evidente que la educación ofrecida no ayuda a comprender la realidad nacional puertorriqueña. Por otro lado, la extracción social de muchos estudiantes, provenientes de familias de escasos recursos, limita la participación de los mismos en la lucha estudiantil. Si a esto le añadimos los Reglamentos feudales (como en la Universidad Católica de Ponce) podemos apreciar las grandes tareas que tiene toda organización revolucionaria que realice trabajo en estos centros.
La Unión de Juventudes Socialistas entiende que la lucha por la participación y la organización de los estudiantes, por la garantía de unos derechos democráticos, por la organización sindical de los profesores y por una mayor calidad en la enseñanza son demandas a impulsarse a nivel de las Universidades privadas.
Junta a estas reivindicaciones, la difusión de nuestra línea política, como la denuncia de toda la problemática nacional son las tareas fundamentales de nuestra organización para esta área.
VI. ALIANZA OBRERO-ESTUDIANTIL
Como hemos dicho desde un principio, en todo proceso de lucha de los trabajadores existen unos grupos sociales, que no tienen una relación directa con los medios de producción social, pueden ser y han sido en un momento determinado aliados a la clase obrera. Dentro de estos sectores podemos mencionar, además de otros, al movimiento estudiantil, que ha sido en varias ocasiones el detonador de grandes conflictos sociales, y que mediante sus manifestaciones ha logrado plasmar la alianza obrero-estudiantil estableciendo un frente común de lucha. En otras ocasiones los estudiantes han hecho suyas las reivindicaciones políticas, económicas o sociales de los trabajadores y se han integrado a las luchas obreras.
Esta alianza obrero-estudiantil se posibilita por dos condiciones fundamentales: en primer lugar, por la contradicción objetiva de explotación económica de que son víctimas los trabajadores que los convierte a su vez en la clase social con capacidad revolucionaria de transformar la sociedad capitalista y colonial que es Puerto Rico; y en segundo lugar, por el papel que puede jugar el estudiantado como aliado de la clase obrera en su lucha contra la burguesía todo lo que ella representa.
El verdadero desarrollo de la alianza obrero-estudiantil es de vital importancia tanto para el movimiento obrero como para el movimiento estudiantil. Esto es así en la medida en que toda lucha por una reforma educativa y por una Nueva Ley Universitaria no puede estar ajena a la lucha de clase de los trabajadores y cada meta que a corto o a largo plazo se planteen las organizaciones políticas o estudiantiles tiene que estar enmarcada dentro del objetivo de poner la educación al servicio de los trabajadores y los sectores más oprimidos de la sociedad y de contribuir a la agudización de las contradicciones del sistema capitalista y colonial para la destrucción del mismo. Esto lo tiene claro la Unión de Juventudes Socialistas y desde esta perspectiva entendemos que la consigna sobre la alianza obrero-estudiantil debe ser algo más que una consigna para enarbolarse tan sólo cuando se da una convergencia entre conflictos huelgarios y manifestaciones estudiantiles; o cuando el movimiento estudiantil decide apoyar solidariamente a un sector de la clase obrera en huelga, como fue el caso de la huelga de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (1974) o cuando por el contrario es el movimiento obrero quien se solidariza con las reivindicaciones estudiantiles.
Cuando se realizan acciones de apoyo mutuo como las anteriores entendemos que se sientan las bases para la plasmación de la alianza entre estudiantes y trabajadores en su lucha por una nueva sociedad.
Para trascender las acciones de apoyo mutuo y llevar a una práctica permanente esta solidaridad sobre bases firmes se debe establecer, entre otras cosas, unos mecanismos de comunicación entre los sindicatos progresistas, el movimiento obrero y el movimiento estudiantil; llevar las demandas estudiantiles al seno de la clase obrera; aprovechar la coyuntura de un conflicto huelgario para establecer unos círculos de estudio de obreros y estudiantes a través de los cuales estaremos contribuyendo a la elevación de los niveles de conciencia de los trabajadores. Y lo que es tan importante como lo demás, realizar un trabajo político constante entre los trabajadores de los recintos universitarios y escuelas públicas superiores.
VII. SOBRE NUESTRA POLÍTICA DE UNIDAD
Uno de los obstáculos que deban ser eliminados tanto de la lucha nacional como de la estudiantil es el sectarismo que ha permeado en el pasado y en el presente en el trabajo político de diversas organizaciones. Sectarismo que ha impedido sobre la marcha de los acontecimientos el desarrollar una lucha estudiantil de masa. Obstáculo que será eliminado en la medida en que las diversas organizaciones de izquierda o grupos tomen clara conciencia de cuales son los objetivos tácticos y estratégicos comunes mediante los cuales se pueda realizar en un momento dado un trabajo unitario y que nos acerque cada vez más a los objetivos del movimiento estudiantil.
Es por eso que nuestra organización se traza como uno de sus objetivos el plasmar en la praxis diaria de nuestro desarrollo el trabajo unitario. El mismo descansa en lo que definimos como política de unidad.
Para el logro de la misma nos trazamos como indispensables los siguientes cuatro principios:

  1. Respeto a la integridad ideológica y organizativa de las organizaciones que forman parte del frente unitario.
  2. Independencia organizativa para criticar al frente, organizaciones, individuos que la componen así como para desarrollar trabajo independiente. Principio que tiene su base en la consigna de: crítica-unidad-crítica.
  3. Igual derecho de participación en todos los asuntos del frente.
  4. Nuestra participación en un frente no implicará establecer compromisos con ninguna organización estudiantil nacional o internacional.

En la aplicación correcta de los principios que definen nuestra política de unidad estaremos contribuyendo al adelanto de la lucha estudiantil.