El segundo round: La lucha contra el alza uniforme

| Publicado el 8 agosto 2005

Lun, 2005-08-08 20:00
Hugo J. Delgado-Martí
Unión de Juventudes Socialistas UJS-MST

El segundo semestre del año académico 2004-2005 acabó con unos acuerdos que finalizaron la huelga del Recinto de Río Piedras contra el alza. El entendido de aquel acuerdo era que por un lado nos pospondrían el alza por medio de una prórroga especial y en segundo lugar se crearía un comité que estudiara las finanzas institucionales. La Junta de Síndicos con su habitual intransigencia se sentó sobre la prórroga (creando una prórroga nueva de 5 pagos con más penalidades que una tarjeta de crédito) y por el otro el Presidente ignoró y descartó cualquier recomendación del comité como impresiciones y falsedades. Ya se escuchan por ahi análisis que atribuyen estas afrentas administrativas a debilidades del acuerdo, ahora me entero que los pedazos de papel se defienden solos. La realidad es que el movimiento estudiantil contra el alza contaba con unas debilidades que impidieron el desarrollo de un verdadero proceso de masas que le diera fuerza a los negociadores para conquistar todas las demandas estudiantiles.
Podemos identificar cuatro debilidades principales de la pasada lucha contra el alza uniforme: (1) la ausencia de alternativas coherentes al aumento propuesto; (2) la necesidad de mayor información, discusión y debate sobre el tema del financiamiento de la Universidad; (3) ausencia de visión estratégica y táctica, por ende nunca se desarrolló una ofensiva de lucha apropiada a las condiciones del momento; y por último (4) la falta de apoyo de parte de sectores de la comunidad universitaria y del pueblo puertorriqueño.
El movimiento estudiantil en general, nunca articuló una contrapropuesta al aumento uniforme que tuviera acogida entre las masas estudiantiles. La UJS intentó proponer la Matrícula Ajustada a los Ingresos como alternativa ya que esta, por un lado, añade fondos a la Universidad, mientras que por el otro le hace justicia a la clase trabajadora. Lamentablemente la falta de un análisis de clase de la lucha universitaria debilitó nuestros planteamientos, y se impuso la creencia que la matrícula debía ser gratis. Sin embargo no se articuló ninguna alternativa real al alza uniforme: ni eliminar la corrupción, ni el pago de las deudas a la universidad, ni acabar con los lujos de los administradores resuelve verdaderamente la falta de fondos. Los estudiantes de la clase trabajadora debemos presentar nuestra propuesta independientemente de que eso nos cueste el apoyo de los sectores más acomodados, precisamene los ricos del país han sido los causantes de la crisis fiscal que hoy vivimos.
Esa ausencia de alternativas nos llevó a la encerrona de la huelga, cuando tuvimos la oportundiad de negociar con presidencia el único planteamiento que teníamos los estudiantes era el de “cero alza”. Con ese planteamiento no llegábamos ni a la esquina. Afortunadamente el Comité Universitario Contra el Alza supo redefinir a tiempo sus objetivos y logró un acuerdo que nos permitió acceso a mayor información y entendimiento de las finanzas institucionales. Hoy podemos decir con certeza algo que antes de la huelga sólo nos lo imaginabamos: ni el presidente, ni la Junta de Síndicos realizaron estudio alguno para implantar el alza. El alza impuesta según lo admite el Presidente responde a una visión ideológica de la burguesía sobre la universidad, el déficit para ellos es secundario.
La coyuntura en la que se encuentra todo el pueblo de Puerto Rico es una sumamente dificil. La ofensiva patronal del gobierno de turno ha levantado los ánimos de lucha entre los trabajadores. Los estudiantes demostramos durante el pasado proceso que estamos dispuestos a luchar por lo que creemos justo, hasta las últimas consecuencias. Por otro lado, nuestra disposición al diálogo y a la negociación ha aunado fuerzas y apoyo en la Comunidad Universitaria. El movimiento estudiantil demostró madurez sin descartartar la militancia y la lucha. Hoy quienes quedan como intransigentes y arrogantes son la Junta de Síndicos y el Presidente de la UPR. El apoyo que generará la lucha contra el alza uniforme servirá como catálitico de un proceso de lucha que despierte a los sectores más afectados por la crisis que están creando los ricos y poderosos del país.
Todavia estamos a tiempo para tomar las debilidades del pasado como lecciones para el futuro. Para desarrollar una verdadera lucha de masas, donde grandes sectores del estudiantado se lanzen junto a nosotros necesitamos proveerle más información y profundidad al debate público. Los estudiantes hijos de la clase trabajadora tenemos en la Matrícula Ajustada a los Ingresos la alternativa de clase que resuelve la crisis fiscal. Por el otro lado debemos desenmascarar al Presidente y a los miembros de la Junta de Síndicos como los representantes en la UPR de los ricos del país.