Las mujeres luchan doble por empleo

| Publicado el 2 septiembre 2012

Explotación y discrimen es la orden del día

Columna del Caucus de la Mujer
Dom, 2012-09-02 16:16
Anna Huertas
Movimiento Socialista de Trabajadores

El 1 de septiembre se celebra en los Estados Unidos, sus territorios y colonias el Día del Trabajo. La celebración, propuesta por los obreros estadounidenses unionados, buscaba ovacionar las aportaciones de los trabajadores y trabajadoras a la economía y bienestar de la nación norteamericana. Hoy en día la celebración ha perdido totalmente el significado que le daban sus gestores y se ha convertido en un día feriado más donde los trabajadores celebran enajenados de su realidad económica y social. Los explotadores le han quitado todo aspecto que recuerda las aportaciones de las uniones obreras y lo han convertido en un día de picnics, barbacoas y bebe lata. Mientras tanto, cada día que pasa, los trabajadores y trabajadoras pierden más derechos, y siguen enriqueciendo las urnas de los ricos, quienes viven cómodamente de la plusvalía que estos generan.

Hoy en día, según el Departamento del Trabajo en Puerto Rico, el índice de desempleo alcanza el 15%. Este numero de por sí ya es preocupante, pero aun más preocupante es el hecho que sabemos que el numero es mayor, y que las estadísticas nunca medirán las necesidades de las personas que han salido, por alguna razón, del mercado laboral. Históricamente las mujeres han pertenecido a uno de los sectores más marginados de la sociedad. Aunque reconocemos las dificultades de los hombres desempleados, las mujeres sufren unas complicaciones adicionales por su sexo y género.

Desde que las mujeres entran a la fase de búsqueda de empleo están en desventaja. Año tras año son más las que entran a las universidades, pero esto no significa que conseguirán empleo. La realidad de los y las jóvenes del país es que se endeudan para obtener un título que no le garantiza un trabajo. Encima de esto, las mujeres jóvenes salen de la universidad a competir en un mercado laboral donde se les ve como empeladas de segunda. Para los patronos contratar mujeres representa un problema, pues asumen que éstas no solo se ausentarán en sus días de enfermedad, sino que también lo harán en los días que se enfermen sus hijos. Esto no está lejos de la realidad. En el sistema patriarcal que vivimos se le ha otorgado a las mujeres la responsabilidad de la mayoría de las tareas relacionadas a los hijos e hijas. A la hora de llevar a las crías al doctor, quedarse con ellos y ellas en la casa cuando están enfermas, visitar la escuela, y ayudar con las tareas, son las madres quienes tienen que asumir esta responsabilidad. Al final del año, al comparar las ausencias de madres y padres, vemos la injusta carga que llevan las trabajadoras. Aún más, vivimos en un país donde una gran cantidad de hogares son liderados por madres solteras. En estos casos, no hay opción, la trabajadora tiene que ausentarse cada vez que haya un problema en el hogar. Aún las mujeres que no tienen hijos son víctimas de esta concepción machista y patriarcal. Las mujeres jóvenes en edad reproductiva son vistas como madres en potencia, a quien el patrono, en caso de contratar, tendrá que pagarle el tiempo de maternidad. Todavía se escuchan en los pasillos de los centros de trabajo comentarios a manera de chiste como, espero que las mujeres no sigan preñándose aquí o nos vamos a la quiebra. Estos comentarios, lejos de ser un chiste, crean un ambiente hostil para las trabajadoras.

Esta no es la única razón por las cuales las mujeres son las que más rápido pierden un empleo. Las concepciones trogloditas machistas sobre el ambiente laboral hostil entre las mujeres, el acoso sexual rechazado por las trabajadoras y la desvaloración del trabajo que históricamente han realizado las mujeres (agricultura, costura, ensamblaje), son algunas de las múltiples razones por las cuales son separadas de su trabajo.

Sabemos que una de las razones por las cuales las mujeres no salen de una relación violenta es por la dependencia económica, por el miedo a no tener suficiente dinero con el que mantener sus hijos, que seguramente partirán con ella a la hora de separarse de su pareja. El gobierno actual ha emprendido una campaña vacía y mal enfocada en contra de la violencia hacia las mujeres, y sigue perpetuando la violencia institucional y obligándolas a quedarse en estado de indefensión al despedir a miles de mujeres trabajadoras del servicio público, al negarse a crear empleos de calidad, y a negociar convenios colectivos que mejorarían las condiciones de trabajo de las trabajadoras y trabajadores. Además, ha criminalizado la autodefensa en caso de violencia machista.

Y, ¿Qué hacer ante esta situación? La organización es esencial para exigirle al gobierno respuestas reales al problema del desempleo y para luchar contra los patronos explotadores. Pero, no solo es suficiente luchar contra los patronos y contra el gobierno, es esencial luchar por erradicar la producción de las conductas machistas en los espacios de lucha y resistencia. De esta manera se abre paso a la construcción de relaciones humanas basadas en la equidad y no en la opresión y la explotación de unos seres por otros. Necesitamos comenzar a vivir como aspiramos a hacerlo: en equidad.

Foto por:RB/internet