Limitado el Crecimiento del PIP

| Publicado el 29 noviembre 2000

Daniel Ramírez
Bandera Roja

El Partido Independentista Puertorriqueño obtuvo un limitado crecimiento electoral en las recién celebradas elecciones al compararse con las del 1996. Cuando revisamos las candidaturas de Rubén Berríos Martínez en 1988 y 1976 el balance no es favorable. Las candidaturas legislativas de Víctor García San Inocencio y Fernando Martín sí lograron aumentos significativos. La candidatura a gobernador del PIP obtuvo 103,000 votos para un 5.2%. En 1996 David Noriega obtuvo 75,000 votos para un 3.8%. Se trata de un aumento de 28,000 votos y de un 1.4% sobre los resultados de Noriega. Sin embargo, en 1988 el mismo Rubén Berríos obtuvo 99,000 votos y un 5.5% de los votos. más aún, en 1976 Rubén Berríos con un programa socialdemócrata de izquierda obtuvo un 5.7%, con 83,000 votos. A esto hay que añadirle que también en 1976, el Partido Socialista Puertorriqueño, marxista, obtuvo unos 11,000 votos, totalizando entre ambos un 6.4%.
Hay que considerar como factor atenuante que tanto en 1988, como en 1976, Rubén Berríos fue candidato en elecciones en que el PPD estaba en el poder y era menor la presión sobre el voto independentista para el cambio de gobierno.
En las actuales elecciones, Fernando Martín obtuvo 209,000 votos (10,6%) y Víctor García San Inocencio 215,000 (10.9%) capitalizando ambos la simpatía y el apoyo obtenido por el PIP, a pesar de que su campaña fue de menor relieve.
La campaña del PIP, con el apoyo de la mayoría del resto del independentismo, logró consolidar gran parte del voto independentista, aunque el voto melón siempre afectó. Pero solo en el municipio de Vieques la candidatura de Rubén Berríos penetró entre los electores del PNP y el PPD alcanzando un 11%.
En estas elecciones el PIP NO logró avanzar como una alternativa de cambio entre las grandes masas que votan por el PPD o el PNP. Aunque estas puedan simpatizar con la lucha del PIP en Vieques, el mensaje del PIP apelando meramente a los «valores» y la «dignidad» no obtiene el voto del pueblo trabajador.
El PIP no denunció la política de privatización del PNP y el PPD. Ni siquiera denunció la venta de la Telefónica, que tuvo el repudio masivo del pueblo. Tampoco denunció la venta y por ende el cierre de numerosos CDT y hospitales públicos. De hecho, el PIP le dio méritos a la «reforma de salud», aunque propuso como alternativa superior el seguro universal de salud, sin aclarar que en Canadá este seguro ha requerido que el gobierno se haga cargo de todos los hospitales, o sea, una socialización parcial (puesto que los médicos mantienen su práctica privada) de la salud.
El independentismo (incluyendo a su sector socialista) tiene mucho camino por andar para ser una alternativa para los trabajadores de los residenciales, las urbanizaciones pobres, los barrios y los campos de Puerto Rico. Contrario a los mitos difundidos por quienes promueven el abandono de la lucha socialista, militante y radical, el mejor momento del independentismo lo fue en la década del 70, cuando incluso se reflejó en los resultados electorales del 1972 y el 1976. El camino del independentismo y el socialismo para ganar apoyo entre el pueblo trabajador es participando en las luchas militantes, tal como en Vieques y en contra de la venta de la Telefónica.