Marcha del 1 de Mayo: Cerramos la Milla de Oro

| Publicado el 6 mayo 2019

Víctor Rodríguez Marquez
Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores

Nota Editorial: La siguiente columna es una respuesta a una columna de Julio Muriente publicada el pasado 5 de mayo en El Nuevo Día.

En una columna publicada en El Nuevo Día titulada Marcha del 1 de mayo: ¿Por qué la asistencia fue menor si los reclamos son mayores?, Julio Muriente discute las razones por las cuales menos personas participamos de este 1ro de mayo en comparaciones con el 2017 y 2018.

Haciendo uso de un estilo de debate inadecuado y poco camaraderil, señala Muriente que la principal razón para la merma en asistencia a este 1ro de mayo se debe a la existencia de un sector “indiscriminadamente violento y agresivo”. Dice Muriente, “ el problema más dañino, que urge erradicar de una vez por todas, es el comportamiento premeditado, calculado y planificadamente violento y provocador de un pequeño grupo de participantes, que fue el responsable inmediato del desasosiego provocado el primero de mayo de 2017 y 2018. Más adelante en su escrito añade: “ El comportamiento indeseable de este minúsculo grupo de personas-que luego de llevar a cabo sus planes presenta un increíble rostro de víctima de las circunstancias- ha contribuido ante los ojos de nuestra población a la criminalización y demonización de los actos del primero de mayo…”. Continúa en su diatriba contra el grupito: “ Tiene una consecuencia enajenante, desmovilizadora, frustrante y de debilitamiento de la lucha política y social.

El 1ro de mayo se conmemora la victoria del movimiento obrero por la jornada de 8 horas de trabajo. En Chicago, en 1886, el movimiento obrero libró una gran lucha que incluyó la realización de huelgas, paralizaciones, sabotajes, en medio de las cuales murieron policías, rompehuelgas y huelguistas. Fueron sentenciados a la horca 5 dirigentes sindicales que la historia ha llamado Los Mártires de Chicago. A sangre y fuego el movimiento obrero de Estados Unidos logró la importante reivindicación de la jornada de 8 horas de trabajo.

 

Ciertamente las conmemoraciones del 1ro de mayo en 2017 y 2018 en Puerto Rico fueron muy contundentes y masivas. Hay razones concretas que posibilitaron dicha masividad. El 1ro de mayo de 2017 se estaba librando una huelga en todos los recintos de la UPR. Dicha huelga había comenzado el 5 de abril y el movimiento estudiantil generó muchísimo apoyo de sectores amplios del país. La protesta en las oficinas de presidencia de la UPR la noche del 27 de abril de 2017 (protesta por la cual 7 estudiantes enfrentan procesos judiciales) fue una contundente que tuvo mucha resonancia mediática y le dió gasolina a la movilización de ese 1ro de mayo. Además, múltiples sindicatos y organizaciones políticas comenzaron la preparación del 1ro de mayo con meses de anticipación. Varias uniones importantes, como la Federación de Maestros, la UTIER, la HEEND y otras, paralizaron las labores ese día. Para el 1ro de mayo de 2018 también se realizó muchísimo trabajo de movilización, con alcance nacional. Al igual que en 2017 varias uniones decretaron paros e invirtieron muchos recursos y esfuerzos con meses de antelación.

En ambos años ocurrieron enfrentamientos con la policía a través de varias avenidas desde la Milla de Oro hasta Río Piedras. Cientos de personas enfrentaron militantemente a la policía en ambos años. Decir que un grupito o que un pequeño sector fue quien rebulió con la policía no se ajusta a lo que verdaderamente ocurrió. Muriente falsea los hechos del 1ro de mayo de 2017 y 2018 para levantar sus críticas. Un estilo de debate que en el independentismo y la izquierda deberíamos superar de una buena vez. Para diferir de los métodos de lucha no hace falta mentir ni negar la historia. Basta con decir lo que se cree de manera honesta y sin tapujos.

Muriente llega al extremo de justificar los delitos que cometió la policía tanto en 2017 como en 2018. Bloquearon avenidas tratando de impedir las protestas, macanearon a mansalva, dispararon balas de goma que hirieron a manifestantes y transeúntes, arrestaron personas que no estaban cometiendo delito, dispararon gas lacrimógeno y gas pimienta por Hato Rey y Río Piedras, afectando a cientos (tal vez miles) de personas que estaban en sus casas. Héctor Pesquera, a la sazón jefe de Seguridad Pública del gobierno, fue ampliamente repudiado. Al parecer de Muriente todo eso estuvo bien hecho por parte de la policía ya que al “grupito” de revoltosos había que ponerlos en cintura. ¡Cono al día de hoy tenemos a Nina Droz presa! ¿Qué cree Muriente, que Nina se merece la cárcel?

Considero demasiado simplista concluir que este año hubo menos gente que en los anteriores por culpa de los grupitos revoltosos. Hay que hacer mayores esfuerzos para tratar de entender la realidad concreta que estamos viviendo. Para este año hubo menos preparación de parte de los sindicatos y organizaciones políticas que en los años previos. A diferencia del 2017, en esta ocasión no existía un clima nacional de lucha que imprimiera ánimo a las movilizaciones. La división del movimiento obrero-una marcha en la Milla de Oro y otra en el Viejo San Juan- también contribuyo a que menos gente participara.

No pretendo negar que personas que se movilizaron en años anteriores decidieran no participar este año por temor a las confrontaciones. Sin dudas, creo que eso tuvo su peso a la hora de la gente decidir salir a la calle. El gobierno montó un gran operativo que militarizó la zona por donde transcurrirían las manifestaciones y creo un “chilling effect” sobre la gente. Se valieron de todos los medios de prensa para crear un clima de inminente confrontación y hasta bloquearon calles y avenidas desde la noche antes. Ese elemento, sin dudas, tuvo un efecto desmovilizador en algunos sectores.

El que ocurra o no confrontaciones con la policía en procesos de lucha no es factor suficiente para explicar el desarrollo de los acontecimientos sociales. La lucha política y sindical es más compleja que eso. Me parece oportuno recordar el 15 de octubre de 2009. A meses de la aprobación de la ley 7 y el despido de cerca de 30 mil empleados públicos, decenas de miles participamos en un paro nacional convocado por el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha y Todo Puerto Rico por Puerto Rico. Rodeamos el área de Plaza las Américas y ocupamos la Ave. Roosevelt. Sobre 50,000 personas salimos a la calle ese día. Fue una actividad verdaderamente impresionante. No hubo ninguna confrontación con la policía. No hubo forcejeos, piedras ni nada por el estilo. ¿Saben que sucedió al otro día? Nada, no sucedió nada. Los líderes chupacuotas (esos si son un grupito que hace mucho daño a la lucha) entregaron a su gente y se acabó el evento. No hubo más paros ni protestas multitudinarias. No fue ningún grupito de revoltosos, ningún sector de ultraizquierda ni nada parecido el responsable de que se apagara la lucha.

(Dicho sea de paso, luego de ese 15 de octubre de 2009 pasaron varios meses hasta que el movimiento estudiantil sacó la cara por el país y desató una histórica huelga militante en abril de 2010. La huelga comenzó con un enfrentamiento campal entre la guardia universitaria y cientos de estudiantes. Nos impusimos a la fuerza. A otros se les habrá olvidado que así comenzó esa exitosa huelga, pero a mi no.)

Soy de los que cree que muchísimo daño le ha hecho a la lucha enPuerto Ricoel estar pactando con el Partido Popular. Desde la década del 1980, muchísimos independentistas han sido movilizados a votar por el PPD para detener la supuesta amenaza de anexión que el PNP representa. Esa táctica electoral de importantes sectores independentistas, incluyendo destacadamente a Muriente como uno de los portavoces de esa tendencia, ha contribuido en gran medida al debilitamiento del PIP y del independentismo en general y al fortalecimiento del PPD y del PNP.

Es un hecho que este año participó menos gente que en el 2017 y el 2018. Sin embargo también es un hecho que participaron miles de personas más que en el 2016, 2015,2014,2013 y muchos otros años. En términos de asistencia debemos catalogar este 1ro de mayo como un éxito. Pero además de eso, los choques que sucedieron tanto en 2017 como en 2018 obligaron a la banca y el gran capital a tomar medidas contrarias a sus mejores intereses para este 1ro de mayo. Cerraron la Milla del Robo desde la noche del 30 de abril atemorizados por las movilizaciones de los pasados 2 años. También fue cerrada Plaza las Américas durante toda la mañana de este 1ro de mayo, temiendo que alguna manifestación irrumpiera en sus facilidades.

Varias miles de personas salimos a la calle en clara oposición a las medidas dictatoriales de la Junta y el gobierno. Marchamos en defensa de la educación pública escolar y universitaria, en apoyo a los jubilados, en defensa del ambiente, en contra de la privatización de la energía eléctrica y otros servicios, por la auditoría de la deuda. También hubo quienes marchamos en contra de la colonia, del patriarcado y del capitalismo. Es un gran logro que miles de personas salgan a la calle a luchar por todo lo mencionado ante el clima de militarización y de confrontación que la policía impuso sobre el país.

Las pasadas 3 movilizaciones en conmemoración del 1ro de mayo son muestra concreta de que la mayoría de la gente, particularmente la clase obrera, estamos opuestos a las políticas de austeridad que dicta Wall Street a través de la Junta y el gobierno PNP. Prácticamente nadie en PR, en estos momentos, defiende las ejecutorias de la Junta de Control Fiscal. Esta realidad contrasta positivamente con el clima generalizado que existió en la isla en el 2016 cuando se anunció la aprobación de Promesa y la JCF. En Aquel momento, muchas personas creyeron que la Junta vendría a hacer justicia, a encarcelar corruptos y a enderezar las finanzas del gobierno. Hoy la inmensa mayoría de personas que así pensaba se han convencido de que la Junta es más de lo mismo y que su propósito principal es asegurarse de que el gobierno pague una deuda ilegal a los bonistas buitres y que esa deuda no se audite. Para mi, este 1ro de mayo fue uno exitoso y nos debemos sentir contentos y esperanzados de que en nuestro pueblo hay mucha gente dispuesta a luchar en contra de la austeridad.

Para revertir las medidas de la Junta de Control Fiscal hará falta echar mano de todos los métodos de lucha que tengamos a nuestro alcance. La cruda dictadura del capital que enfrentamos no la vamos a derrotar si nos dedicamos a culpar a sectores que luchan.

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