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BREL1| Publicado el 19 marzo 2015
La nueva excusa pa’ reducir personal en el Departamento de Educación se disfraza de “herramienta pedagógica”. Con el Plan PREPARA (té pa’ lo que viene) el gobierno de turno pretende cerrar 150 escuelas mandando creando segundas unidades y escuelas secundarias con el pretexto de combatir la deserción escolar y mejorar el aprovechamiento académico.
Según el Secretario de Educación Rafael Román Meléndez el problema de la deserción es uno de carácter estructural y no se puede resolver con parchos. Pero El Secre no se refiere a la estructura social capitalista y machista que propicia que nuestros jóvenes (principalmente varones) abandonen la escuela en busca de algo más pertinente como conseguirse un $u$tento. Según la lógica del Secre en la estructura escolar (elemental – intermedia – superior) el nivel intermedio no funciona así que hay que eliminarlo y ¡PUM! cayó la piedra.
El Departamento reconoce que las transformaciones que estarán realizando afectarán alrededor de 50,000 estudiantes. Redistribuir tantos estudiantes con 150 escuelas menos sólo significa más hacinamiento, reubicaciones forzosas y darle picota a miles de maestras transitorias.
Muchas comunidades en nuestro país están gravemente afectadas y divididas por el narcotráfico y sus guerras. En Canóvanas por ejemplo pretenden consolidar matrículas que viven en comunidades con rencillas. La crisis de seguridad que puede generar el DE con estos cierres de escuelas es incalculable.
Cerrar 150 escuelas para combatir la deserción escolar es un soberano disparate. El Movimiento Socialista de Trabajadores, y amplios sectores del magisterio en general, llevamos décadas insistiendo en que para combatir la deserción escolar, y para mejorar la educación en general, hay que combatir el colonialismo imperialista. Hay que darle el dinero a las escuelas y no a los bonistas ni a los empresarios colmillús que guisan en el DE. Hay que extender el horario en las escuelas y diversificar y aumentar la oferta académica. La comunidad escolar tiene que tener el poder para organizar la escuela según sus necesidades, no las de America Aponte ni las de Alexandra Lúgaro
Definitivamente nos enfrentamos a un problema estructural. Mientras sigamos educando para las pruebas y llenando los bolsillos de los ricos la educación pública en Puerto Rico irá de mal en peor.