José Rivera Sotomayor junto a su familia

José Rivera Sotomayor: un revolucionario puertorriqueño del siglo 20

Fallece lider nacionalista

| Publicado el 30 noviembre 1999

«Felicito el valor, la determinación y firmeza en la lucha revolucionaria.» José Rivera Sotomayor

El lunes 18 de octubre falleció José Rivera Sotomayor, conocido como Don Pepe, a los 95 años, tras más de 70 años de lucha por la independencia de Puerto Rico y por la justicia social. En 1954, Don Pepe, junto a Carmín Pérez, Isabel Rosado y Doris Torresola, participó en la defensa armada de la casa de Don Pedro Albizu Campos en el Viejo San Juan, atacada por la policía tras el ataque nacionalista al Congreso de los Estados Unidos. Don Pepe merece un sitial entre los héroes de la nación puertorriqueña, por toda una vida dedicada a la lucha desde la década de los años 20.

Nacido en 1904 en una familia campesina de Vega Alta, la primera etapa de militancia de Don Pepe en los años 20 fue en las filas del Partido Socialista y del movimiento sindical. En esos tiempos, participó en muchos conflictos sociales, incluso enfrentándose a tiros con rompehuelgas y policías. También, pistola en mano, ayudó a asegurar el derecho al voto de los obreros socialistas.

En 1932, se unió al Partido Nacionalista en un compromiso de por vida y que llevaría hasta las últimas consecuencias. En está época estuvo cuatro años preso por negarse al servicio militar obligatorio, siendo enviado a la prisión federal de Tallahassee, Florida. Cuando ocurrió su arresto en 1954, era vicepresidente del Partido Nacionalista y la mano derecha de Albizu. Fue condenado a 30 años de prisión, de los que cumplió 12, saliendo en 1966.

En los años siguientes, realizó un trabajo de organización y defensa de las comunidades pobres de El Fanguito y San José en San Juan. Don Pepe participó de la solidaridad internacional y formó parte de una delegación puertorriqueña que visitó al norte de Vietnam, mientras este país enfrentaba la agresión imperialista de los EU

A finales de la década del 70, Don Pepe fue un pilar del Comité Pro-Libertad de los Presos Nacionalistas, comité que luchó y obtuvo (junto a otras fuerzas) la libertad de los presos políticos nacionalistas en las cárceles federales. La década del 80 lo vería militando en el Comité Unitario Contra la Represión (CUCRE), uno de los pilares de la campaña por la liberación de los prisioneros políticos y de guerra puertorriqueños, de los cuales once han sido excarcelados recientemente.

A pesar de su singular fortaleza física y espiritual, su avanzada edad redujo su participación en la década del 90, sufriendo un grave percance de salud en el 1992. El tesón y cariño de los compañeros Lianna Irrizarry y Jorge García, quienes lo adoptaron como a un padre, le permitió vivir siete años más.

Don Pepe ha sido un gran ejemplo para varias generaciones de independentistas puertorriqueños. Hombres y mujeres como él, son el legado heroico del nacionalismo para que Puerto Rico haya sobrevivido como nación y tenga un futuro de libertad y justicia.

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