| Publicado el 9 febrero 2020
La respuesta que viene dando el pueblo por la indisculpable, pero muchas veces premeditada, ineptitud del gobierno les ha creado preocupación. Y mucha. Ha provocado del gobierno y sus asociados, a través de los medios de comunicación y la prensa como negocio, la inverosímil acusación de que los movimientos de lucha del pueblo albergan agendas escondidas. Pareciera que el mundo está al revés. La misma gente que ha convertido el concepto transparencia, como instrumento de rendir cuentas al pueblo, en una palabra vacía e inútil. Esos que han hecho de la corrupción su distintivo, nos vienen a hablar de que la lucha del pueblo guarda agendas ocultas.
Ahora resulta que aquellos sectores quieren exponerse como el ejemplo de claridad, rectitud y honestidad que tanto ansiamos como pueblo, como si sus proyectos y propuestas fueran mostradas para que se conozcan y discutan públicamente. Son esos mismos a quienes hay que llevar a los tribunales para que presenten contratos y acuerdos que son públicos. Esos a quienes el gobierno federal acusa de carecer de credibilidad y confianza para manejar las llamadas ayudas que envían. A quienes permitieron que 4,645 personas murieran tras María, mientras movían las fichas que les iban a dejar millones de dólares. A quienes guardan suministros para luego repartirlos a las personas afectadas por los terremotos como parte de campañas políticas. A quienes están a favor de llevar a la más triste miseria a los grupos vulnerables con tal de pagarle a los bonistas una deuda impagable y sin auditar.
Para beneficio de los personajes del gobierno y sus allegados al poder y las riquezas, he aquí parte de la agenda escondida de un pueblo lastimado que busca reivindicaciones impostergables. Exigiremos y lucharemos para que se detenga la privatización de agencias y corporaciones públicas, de instituciones y bienes del pueblo, que incluye la Autoridad de Energía Eléctrica, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, la Corporación del Seguro del Estado, la educación escolar y universitaria, los edificios históricos y culturales, los recursos naturales que son nuestro patrimonio.
Vamos a recuperar y nacionalizar de manos codiciosas y egoístas las autopistas y el aeropuerto. Y más importante aún, vamos a conseguir que los servicios de salud sean públicos, de calidad y socializados.
No pararemos hasta que la Universidad de Puerto Rico tenga los fondos que necesita para proseguir con su inconmensurable aportación en todas las áreas del saber y su agenda de un mejor país. A la vez que será accesible para las hijas e hijos de la gente pobre y trabajadora.
Haremos una auditoría de la deuda para señalar quiénes son todos los involucrados responsables de la misma, que paguen con su libertad y nos devuelvan lo saqueado. No más impunidad para quienes se burlan del pueblo y le roban. No pagaremos una deuda contraída con malas artes y peores intenciones para con el pueblo.
Declararemos un estado de emergencia por la violencia de género y provocaremos un cambio drástico y total en la percepción y educación reduccionista machista que impera en el país. No permitiremos más maltrato ni feminicidios por causa de la violencia patriarcal.
Daremos fin a la falsa democracia que solo le sirve a la burguesía y a los partidos hegemónicos (PNP-PPD) para repartir y quedarse con bienes económicos y privilegios de todo tipo.
Tendremos un sistema universal de retiro justo para una vejez digna y protegida. Sacaremos de Guayama y Puerto Rico la empresa AES, compañía nefasta y asesina. Devolveremos el acceso al mar y de todas nuestras playas al pueblo.
Terminaremos y borraremos el estigma de país – colonia que hemos soportado por más de 500 años.
Alcanzaremos una sociedad realmente justa, en la que no haya gente privilegiada ni marginada. Viviremos en un país donde no existirán unos que tengan y les sobre, y la mayoría padezca para tener lo necesario día tras día. Le diremos adiós a las diferencias de clase.
A esto y más aspiramos. Esto y más conseguiremos. Esta es nuestra agenda de país, y es totalmente abierta.