Puerto Rico: sin empleos ni esperanzas

| Publicado el 9 mayo 2011

Foto por:Indymediapr

¡Que la crisis la paguen los ricos!

Pedro Colón Almenas

Bandera Roja

Mientras los ideólogos de la Cámara de Comercio y los políticos de turno buscan alterar los derechos adquiridos de la clase trabajadora, la familia puertorriqueña vive una de las peores crisis de los últimos tiempos. Al verse sin trabajo ni dinero, y sin esperanzas para cumplir con las deudas de fin de mes. El desempleo estableció un nuevo récord en Puerto Rico al registrar una tasa del 16.9% en marzo pasado, la más alta en las casi últimas dos décadas, pero también hay otras estadísticas que plantean un triste panorama en la economía. La tasa de desempleo aumentó un 0.6% situándose como la jurisdicción federal con más alto desempleo según las estadísticas del Departamento del Trabajo federal.

Mientras la crisis en la colonia empeora, aumenta la emigración a los Estados Unidos creando municipios desolados y sin empleos. En un año, la fuerza trabajadora, empleados más los desempleados que están buscando trabajo, se redujo de 1,298,800 a 1,270,900. Puerto Rico tiene también la tasa de participación laboral más baja, alrededor del 41%, entre las jurisdicciones federales. Mientras se estima que el gobierno ha cesanteado en los últimos dos años sobre 25 mil empleados, la empresa privada ha sobre pasado los 100 mil cesanteados. Lo que contrasta con la disminución poblacional y el aumento en la emigración de unos 300 mil puertorriqueños que se han ido a refugiar a los estados del sur de los Estados Unidos.

El desempleo de la Isla es resultado de la caída de la manufactura de la década pasada, los “problemas” del sector financiero, y las crisis fiscales de los gobiernos coloniales que han ocasionado la mayor crisis de los últimos tiempos. En fin, el problema del desempleo crónico se debe a la falta de un verdadero proyecto de desarrollo económico viable, que tanto la burguesía como el gobierno de los ricos han fallado en implementar. La economía de USA lleva casi dos años en un crecimiento moderado y en la colonia ha sido todo lo contrario. Lo que se ha reflejado en un decremento en los servicios básicos al pueblo, y a una desvalorización de la vida misma con la alta cifra de crímenes. La supuesta estabilización económica en Estados Unidos sólo es en beneficio de algunos, cuando todavía la población latina y afroamericana refleja una tasa de desempleo de 11.6 y 15.3% respectivamente.

No obstante, los estrategas de la Cámara de Comercio y los políticos continúan poniéndole la carga de la supuesta crisis a los trabajadores, enfilando sus cañones hacia los derechos adquiridos como: el bono de navidad, el “poco” tiempo de probatoria, impulsando la falacia del “flexitime”, e incluso hasta se atreven argumentar contra los “altos salarios”. Cuando una simple ojeada a los datos censales demuestra que el ingreso de los puertorriqueños es casi la mitad del de Mississippi, el estado más pobre de los Estados Unidos. Por lo que cualquier comparación sería injusta, pero si no se convence con los números censales vaya y visite cualquier oficina de “asistencia económica”, y de seguro se dará cuenta que sobrevivimos en un clima desasosiego donde la crisis la estamos pagando quienes no la creamos.

Abona al nivel de ansiedad cuando los sindicatos y grupos políticos no han podido enfrentar la anarquía del mercado capitalista que mantiene a la familia puertorriqueña zozobrando en un mar de deudas y angustias. Sin embargo, es imposible quedarnos de brazos cruzados, es el momento de que luchemos, tanto contra el gobierno como contra las burocracias sindicales, para exigir el derecho a un empleo y un nivel de vida digno para todos. Ya basta que todas las medidas sean para salvar las ganancias de las grandes empresas. Hay que buscar alternativas contra el proyecto del gobierno y los ricos. Tenemos que impulsar medidas donde los trabajadores puedan planificar democráticamente la economía para satisfacer las necesidades de todos, y no los lucros de unos pocos. No nos podemos cansar de decirlo, es tiempo que la crisis la paguen los ricos.