El estado, el poder y el capital son implacables contra sus enemigos de clase. En las manifestaciones y protestas contra sus políticas hegemónicas buscan la manera de minimizarlas o, de ser necesario, reprimirlas. Pero cuando hay la oportunidad de llevarse por el medio a uno de sus más visibles exponentes, entonces mueven toda su maquinaria gubernamental, política, y mediática para buscar acallar esa voz. Es la represión en su máxima expresión que busca el ajusticiamiento con un pliego de 51 cargos criminales presentados por el Fiscal Especial Independiente (FEI). Ese es el caso de la tramoya política contra Mariana Nogales Molinelli.
Cuando usted llena las planillas, si omite alguna información o comete algún error, el gobierno le da la oportunidad de enmendarlo. En los informes de las corporaciones para agentes residentes e informes financieros ocurre lo mismo. Y hasta en la Oficina de Ética hay un procedimiento similar. El propósito es dar la oportunidad de corregir la información y enmendar errores fundamentados en la buena fe y la presunción de inocencia del ciudadano. Esto es así para los empleados públicos de la rama ejecutiva que estamos bajo el crisol de la Oficina de Ética Gubernamental. Corresponde aún más para los jueces, representantes y senadores, donde la Oficina de Ética solo recibe los informes pero no tiene la responsabilidad ni el poder para investigarlos y evaluarlos.
Los jueces, senadores y representantes tienen la oportunidad de enmendar estos informes. Hay casos que ni tan siquiera los llenan y no hacen nada. Pero cuando hay la oportunidad de acallar una voz, de castigar al que lucha y protesta, el ente represor gubernamental y político mueve todos sus tentáculos obviando reglamentos, leyes y prácticas para dar un ejemplo. Y lo hacen estirando el marco de ejecución mucho más allá de lo permisible, desde macaneos, disparos y arrestos en acciones directas de masas hasta fabricación de casos administrativos y jurídicos, todo con el mismo propósito: la represión y violencia para silenciar la oposición.
Pues el caso de Mariana es uno construido desde sus inicios por la creatividad y saña de un funcionario que decide no permitirle a Mariana enmendar un informe de Ética para añadir una información que obvió: ser el agente residente de una corporación creada junto a su madre cuando Mariana era estudiante. Información que es pública, no es secreta, y que está en el Registro de Corporaciones. Sin embargo, el funcionario PNP y los políticos de su partido azul ven la oportunidad para fabricar un caso y no permitir a Mariana enmendar su informe, cosa que sí le conceden a otros 38 representantes.
Un mes antes de desarrollar un protocolo para entregar informes y añadir u omitir información, bloquean el informe de Mariana en contubernio con el Presidente de la Cámara de Representantes, el Presidente del Senado y la Oficina de Ética. No le dan la oportunidad de enmendar el informe, rompiendo, obviando la práctica hasta ese momento. Así ven si pueden sacar a Mariana del camino. No muy diferente a lo que ocurre en otros países que usan medios legales e ilegales para silenciar a las activistas que luchan contra la opresión del gobierno. Y en la Isla del Encanto se unen el rojo y el azul para dar un golpe que sirva de ejemplo contra aquellos que en la calle defienden el ambiente y que luchan por mejorar las condiciones de vida del pueblo.
Al no poder enmendar su informe de Ética, a Mariana no le queda otra alternativa que auto referirse a la Comisión de Ética de la Cámara de Representantes para atender este asunto. La Cámara la juzga y la castiga con una multa y una amonestación,que a todas luces es innecesaria e injusta para lo ocurrido. De haber enmendado el informe, como hicieron otros 38 representantes, no había más nada que hablar del asunto.
La clase dirigente y sus políticos tenían que encausar a Mariana: a la feminista, a la que defiende y lucha con los estudiantes, a la que desde la Brigada Legal Solidaria vela que no se le violenten los derechos a los y las manifestantes, a Mariana que está denunciando la corrupción en el gobierno. Y cuando vemos que está luchando para proteger las playas, bosques, humedales, en fin los recursos naturales, de la depravación voraz de los ricos y los políticos, con el agravante que el pueblo está respondiendo a las denuncias desde la calle, no queda de otra. Había que castigar a la representante que va contra los sátrapas que por encima de leyes y reglamentos se lucran comprando, construyendo y contaminando.
De un informe que no le dejaron enmendar, que la obligó a hacer un auto referido a la Cámara, se le castiga en complacencia de opositores azules y rojos junto a otros detractores. Aún así, solo la pudieron amonestar y juzgar. Aquí debió haber terminado el evento. Sin embargo, el PNP ya había movido todo un plan usando todo el poder gubernamental, incluyendo la Oficina de Ética Gubernamental, que ha demostrado ser de todo menos ética, al Departamento de Justicia y su sastre jurídico, a la Oficina del Fiscal Independiente, y la prensa televisiva, radial y escrita, en fin, la prensa de las clases dirigentes, para completar esta tramoya.
La turba mediática fue subiendo el frenesí con análisis y divagaciones de fraude contributivo y corrupción, según lo que se cosechó y fantaseó en un pliego sin parangón de 51 cargos desglosados con 17 cargos a Rita Molinelli, su mamá, 10 a la corporación de las dos, y 24 a Mariana. Juraban que era la historia de una muerte anunciada que se consumaría en la vista de Regla 6. Los 4 fiscales, cual jinetes del Apocalipsis, tejieron una historia para la horda de linchamiento del PNPPD, que se desmoronó encontrándose sin pista, sin un caso creíble, cabalgando en la mentira y la fabricación.
Solo sobrevivieron 2 cargos. Frutos de la acción de no permitirle a Mariana incluir información que no había escrito. Información que está en el registro de corporaciones del Departamento de Estado. Información que es pública. Información que se hizo cuando Mariana era estudiante en el 2003 hace más de 15 años. Información que por olvido o descuido omitió ya que Mariana sólo era agente nominal y no usufructuaria que no devengaba ingreso ni gasto alguno.
Los funcionarios, que probablemente ya estaban acechando a Mariana, espulgando esqueletos, ya tenían congelado el informe para que no se pudiera enmendar. De ahí se inventan una tramoya entre medias verdades y fantasías que el FEI agrupó en 51 cargos y toda una fábula alrededor de estos. La botella que construyeron y repetían los medios como el papagayo se rompió. Y quedó solo la información del auto referido de Mariana.
Y en el Macondo que vivimos, los corruptos acusan de corrupción a Mariana. La prensa corporativa, comprometida con la hegemonía del poder, le hace coro, completándose la componenda de represión y persecución. Analistas de radio y televisión junto a la prensa escrita repiten el libreto con letras azules y rojas del PNPPD para alimentar la horda. No obstante, se hizo sal y agua la componenda. No pudieron aún en la vista de Regla 6 ni tan siquiera probar la cintila de evidencia en 49 de los cargos del pliego. Y en los dos cargos que se le encontró causa no debieron encontrarle causa, porque fue el propio gobierno quien no le permitió corregir o enmendar el informe. Las razones para esta persecución y encauzamiento de Mariana Nogales son por su activismo político de denuncia y confrontación en la lucha contra la corrupción y los abusos de los que gobiernan, de los capitalistas, de la clase dominante. Es una tramoya política. Ante esto, la respuesta sólo puede ser la de la solidaridad. Hay que acompañar a Mariana rompiendo el perímetro desolador de la represión del estado que busca ajusticiar a la compañera. Que vean que Mariana no está sola.