Vivas primero

| Publicado el 1 septiembre 2019

A dos años de María garanticemos estar vivas

Emilia Quiñones Otal
Bandera Roja

En medio de una nueva temporada de huracanes, a dos años del huracán María, sabiendo la cantidad de muertes registradas tras su paso y el continuo y desmedido aumento en la violencia de género en el País vale la pena evaluar el papel del feminismo y las luchas de género en Puerto Rico para establecer líneas a seguir. A la lucha feminista le queda mucho, y largos serán los años de rebeldía para llegar al fin del patriarcado. Y así, debemos reconocer que esa misma lucha—en la que nos hemos dejado el cuerpo—ha rendido sus frutos.

En Puerto Rico, las fuerzas del feminismo han tenido sus generaciones, y la nuestra ha tenido logros importantes que se deben evaluar y tener en cuenta a la hora de establecer el camino a seguir para los próximos pasos. Debemos además evaluar dónde nos encontramos y cuáles deben ser las siguientes estrategias. 

En términos históricos nos encontramos en un momento trascendental para las vidas de las mujeres que existimos y que vivirán en el futuro. Hace pocas décadas era impensable el panorama que se ve en los hogares hoy día en el que cada vez más familias se dividen las tareas (casi) equitativamente. Aún queda mucho camino por recorrer en ese campo, pero es la primera vez en la historia que son socialmente aceptables para un hombre quehaceres que por siglos y milenios habían pertenecido exclusivamente a las mujeres. Estamos saliendo del agujero. Aún vivimos acoso sexual y de otros tipos, pero estamos aprendiendo a definirlo y denunciarlo, otro aspecto de la vida diaria que sería inconcebible desde mediados del siglo XX hacia atrás, cuando aún era normal que la violación se diera en casa.

Por otra parte, en el 2018 y lo que va del 2019 observamos un alza notable en los asesinatos por razón de género en Puerto Rico. Los números han superado por mucho los del 2016 y 2017. La cantidad de muertes tras el paso del huracán y por violencia hacia las mujeres nos debe llamar la atención sobre un particular, el gobierno de Puerto Rico tiene poco respeto por la vida, y en especial por el de las personas pobres. Además, la violencia contra las mujeres y el acoso sexual han encontrado gasolina en la crisis provocada por una deuda impagable manejada por el Banco Popular y los banqueros de Wall Street y por la Junta de Control Fiscal y sus secuaces en el Gobierno, a la que le podemos sumar la situación pos-María. 

Ya lo anunciaba un titular “Recortes en salud provocarán cerca de 3,000 muertes en la Isla” (Inter News Service, 27/feb/2017). En 2017, cuando la Junta de Control Fiscal apenas asomaba su cabeza, cuando ya se anuncian recortes en salud y educación, la mencionada noticia alertaba que podíamos enfrentar más de 3,000 muertes prevenibles. La Junta de Control Fiscal ha atacado desde su nombramiento las vidas humanas. Con la llegada del Huracán en septiembre de 2017 observamos que no solo los recortes en Salud y Educación provocarían muertes, los recortes que ya se venían implementando en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) también provocaron miles de muertes prevenibles. Fue, al fin y al cabo, la falta de electricidad en el País lo que provocó un alza de miles de muertos en varios meses. 

La violencia extrema que sufrimos les toca en su mayoría a mujeres pobres. Durante los meses siguientes al huracán fueron en su mayoría mujeres las que no tuvieron acceso a los servicios esenciales. Uno de los aspectos que provocó más dolor y agonía fue la falta de acceso a alimentos porque las tarjetas del PAN no se podían utilizar por la falla en las comunicaciones. El porcentaje más alto de participantes del PAN en Puerto Rico son mujeres. Además, por estar más empobrecidas, tenían menos acceso a plantas eléctricas y bienes necesarios para vivir en un País sin electricidad. Por ello, nuestra lucha feminista debe ir dirigida principalmente a garantizar la vida de las mujeres.

Siendo las mujeres las que componen mayormente la población que vive en pobreza en el País, debemos pensar que en estos momentos debemos enfocarnos en un objetivo: mantener a las mujeres con vida. Parece un comentario obvio, pero tras la aprobación de la Junta de Control Fiscal sobrevivir en Puerto Rico es una lucha. 

Queremos eliminar el patriarcado de raíz y para ello debemos eliminar también el capitalismo que promueve la explotación. Nuestra lista de reclamos, por lo tanto, es inmensa; pero en estas condiciones debemos centrarnos en mantenernos vivas y garantizar la vida, y que esta sea de calidad. Para ello son necesarias acciones concretas en términos de política pública y fondos dirigidos a garantizar el derecho a la vida de las mujeres. Debemos, por tanto, obligar al actual gobierno a implementar las siguientes políticas: comenzar por declarar un estado de emergencia que ponga en marcha de inmediato un agenda de trabajo nacional que incluya; Implementar la perspectiva de género en la educación; asignar fondos para trabajo comunitario sobre género; desarrollar proyectos de educación masiva contra el machismo; así como otras políticas urgentes en beneficio de las mujeres como lo son garantizar el acceso a la educación, la vivienda y el empleo. Nos queremos vivas. NI UNA MENOS.