Y los empleos, ¿pa’ cuándo?

| Publicado el 2 septiembre 2018

Angel G. Quiles Vega
Bandera Roja

El tan anunciado aumento en el mercado laboral que el gobierno y un sector de la prensa comercial dio a conocer el pasado mes, se estrella contra la realidad que enfrentamos. A fin de cuentas las cifras y análisis no sirven de nada si no se sustentan con lo que vivimos.

Atribuyendo a factores como proyectos de reconstrucción, mayor captación del IVU, ocupación hotelera, fondos federales y regreso de población tras el huracán, pintan un panorama con pronósticos de recuperación económica cuestionable. También los voceros del capitalismo colonial aseguran un dinamismo económico en lo que va del 2018, pero aceptan que el mismo es solo coyuntural y como mucho, según ellos, duraría 24 a 36 meses. Estos factores no representan fundamento de recuperación alguno si la estructura económica que facilitó la crisis económica permanece inalterada. La incrementación de la explotación de nuestra fuerza de trabajo, el mercado cautivo y la exención contributiva que permiten la fuga de capital se sostienen con la precarización del empleo, el desempleo y el deterioro de los servicios públicos.

Entonces cabe preguntarnos, ¿qué razones tienen el gobierno y sus aliados para pintarnos este cuadro, qué puede explicar lo que vivimos a diario y qué proponemos?

Ambos partidos de gobierno no han renunciado a su papel de facilitar el pago de la deuda pública en medio de la bancarrota, que en complicidad con los inversionistas han creado. Por un lado el PNP se allana sin mucha dificultad, a la Ley Promesa y a su Junta de Control Fiscal, recortando presupuestos en educación, en la UPR y demás servicios públicos y facilitando el despido de empleados para asegurar el pago a los bonistas buitres. Por otro, el PPD no tiene ningún problema en endosar a su presidente Héctor Ferrer y a Roberto Prats a pesar de ambos trabajar para CDI Group ysus inversionistas para que cobren sus préstamos al mayor porcentaje de interés posible.

Un panorama de paz social y conformidad con más cantidad de subempleos y privatización permite el pago de la deuda y la atracción de inversionistas. El marco colonial capitalista tiene unos límites para el desarrollo de nuestras condiciones de vida como trabajadoras y trabajadores. Pero no tiene límites para la explotación económica de las empresas. En el papel puede haber un incremento en el empleo, pero no dice que esos empleos son mal pagos, de corta duración o cuantas personas tienen dos y tres empleos.

Por eso creemos que debemos buscar las formas creativas de combatir esta explotación. Crear encuentros de análisis. Aunar esfuerzos en actividades callejeras, acciones concertadas y solidarias en talleres de trabajo y comunidades. Que nos permitan caminar juntas y juntos en el proceso de identificar métodos de lucha novedosos. Para ir alcanzando las victorias que nos permitan las condiciones, que acopiadas nos brinden la confianza suficiente para la transformación social, económica y política. Que los empleos sean en función del interés y necesidades humanas y no para que un puñado tenga en exceso lo que a la inmensa mayoría le falte.