Desatan tempestad en la Universidad de Puerto Rico

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| Publicado el 7 febrero 2011

Los socialistas y la huelga contra la cuota

Lun, 2011-02-07 00:28
Marianela Méndez García
Bandera Roja

“La [huelga] es el huracán, y el hombre [y la mujer]
que se entrega a ella ya no es el hombre, es la miserable
hoja seca arrebatada por el vendaval».

Los de abajo, de Mariano Azuela*

Para muchos, las huelgas de este semestre fueron tan sorpresivas e inesperadas como un huracán. Muchos profesores, quienes se jactaban de ser solidarios con el movimiento estudiantil, vaticinaban lo “destructiva”, que sería una segunda huelga para la institución. Estos, al igual que otros sectores, terminaron siendo las hojas sin voluntad, siendo su dirección la del viento. Los y las socialistas, en cambio, somos
el vendaval.

La huelga que hoy día se realiza en la Universidad de Puerto Rico lleva dos años formándose en las caldeadas aguas del descontento de los estudiantes y de una clase trabajadora agobiada, y explotada por sucesivas administraciones. Día a día, los y las estudiantes socialistas trabajamos mano a mano con nuestros compañeros, vivimos en carne propia los recortes de secciones, cierres de bibliotecas y el inminente aumento de matrícula, disfrazado de cuota especial. En nuestras facultades, hemos denunciado estos abusos, informado a nuestros compañeros y esbozado planes de trabajo junto a ellos.

Como parte de estos esfuerzos, surgieron comités amplios organizados por facultad, como el Comité de Estudiantes en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y los Comités de Acción, que han logrado integrar más estudiantes al movimiento estudiantil y crear un espacio de organización y lucha ante los fuertes ataques de este gobierno neoliberal. Estos comités lograron que la lucha en contra de la ley 7 no terminara el 15 de octubre. Lograron lo que ningún otro sector pudo: dar continuidad a la lucha. Nuestros militantes han participado de estos espacios, nutriendo el intercambio de ideas, colaborando con la formación de los estudiantes y poniendo sus manos a trabajar por sus ideas. Su sacrifi cio y compromiso es reconocido por sus pares, y varios de ellos son ahora portavoces del movimiento estudiantil.

Este liderato no ha pasado inadvertido tampoco para el gobierno de Luis Fortuño. La administración universitaria ha sancionado sumariamente a cuatro compañeros socialistas, ha arrestado a múltiples estudiantes y fabricado casos contra otros. No huimos ni pretendemos salvarnos, porque luchamos con la gente; aunque oficiales nos digan “te estoy velando”, no tenemos miedo. Después de todo, hacen muy bien en velarnos porque no vamos a desaparecer y porque vamos a seguir siendo el ojo del huracán. Y aviso, se espera turbulencia.

* Nota editorial: Las expresiones en corchetes son variaciones de la autora.