Evaluación del Tercer Congreso Ordinario del MST

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| Publicado el 29 julio 1996

Lun, 1996-07-29 20:00
Daniel Ramírez
Comité Central del MST

A fines de junio de 1996 el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) celebró su tercer congreso ordinario. Se evaluaron las experiencias de las luchas de los últimos tres años caracterizados por los ataques constantes del gobierno y los patronos, encabezados por la administración de Pedro Roselló y el Partido Nuevo Progresista (PNP), contra los derechos democráticos, económicos y sociales de los trabajadores. Se determinó que la tarea prioritaria del MST en el próximo periodo «será el contribuir a la organización de los trabajadores para enfrentarse a la ofensiva neo-liberal en curso y fortalecer la lucha por la independencia y el socialismo». Se entiende que gane quien gane las elecciones de noviembre, el partido colonial y patronal de turno en la administración de la colonia mantendrá la política anti-obrera y patronal.
La política del MST acordada incluye entre sus puntos sobresalientes: a) «la defensa de los derechos adquiridos de los trabajadores, así como la oposición a la privatización y encarecimiento de los servicios educativos, sobretodo en los niveles de escuela superior y universitario; la juventud universitaria también participa de las luchas por los derechos del pueblo, como lo son la lucha contra la homofobia y la xenofobia, así como por la defensa del ambiente»; c) «la defensa del ambiente y las comunidades pobres, cada vez más amenazados por la política neo-liberal de desreglamentación y destrucción con tal de aumentar las ganancias sacrificando a los seres humanos y la naturaleza» y d) se acordó fortalecer el trabajo del MST en torno a los derechos de la mujer, en particular en la denuncia de la violencia doméstica, así como en defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras en los centros de trabajo.
Ha sido ejemplar la experiencia de militancia y disposición de lucha de los trabajadores de base, demostrada en las protestas contra las reformas de las leyes laborales y en las luchas magisteriales. Esto, en oposición a la entrega de ciertos líderes sindicales, llevó al MST a reafirmarse en su planteamiento de la necesidad de una profunda renovación de los sindicatos para que se conviertan en instrumentos de lucha efectivos y democráticos. Para los trabajadores socialistas organizados en el MST los sindicatos deben ser primero que nada organizaciones capaces de elevar a niveles superiores las luchas de vastos sectores de la clase obrera, justo cuando los patronos y el gobierno intentan aumentar los niveles de explotación. El MST combate el proyecto que tienen algunos líderes sindicales de convertir a las uniones en supuestas «empresas de servicio», cuyo propósito real es enriquecerlos y evitar las lucha de clases que perjudique a los patronos y su gobierno. La democratización efectiva de los sindicatos lleva a los sectores más combativos y representativos de los trabajadores a asumir la dirección de las uniones y hacer que respondan realmente a las necesidades y expectativas de los trabajadores.
El MST además afirmó que «nuestra política de defensa de los intereses de la clase obrera debe buscar bases concretas en el trabajo conjunto con los otros sectores organizados en el Frente Socialista y otros sectores socialistas fuera del Frente». En cuanto a la unidad independentista se señaló que «debemos continuar trabajando por la unidad independentista, con la prioridad de impulsar las luchas y reclamos que representan los intereses de la clase obrera y los sectores oprimidos de la sociedad en nuestra lucha de liberación nacional». Se acordó participar en la actividad de la Nación en Marcha, criticando el carácter de ausencia de protesta que se le quiso asignar a dicha actividad por parte de sus organizadores. Justamente cuando los responsables de la situación colonial y de la amenaza a la nacionalidad puertorriqueña son los políticos imperialistas, como los que se hallaban allí reunidos en el Hotel El Conquistador.
En las discusiones en el congreso del MST se reafirmó que no hay diferencias profundas entre el PNP y el Partido Popular Democrático en cuanto a la ofensiva contra los trabajadores y en su subordinación a los intereses del capital y el gobierno norteamericano. Por ello, en lo fundamental, el resultado de las elecciones no va a variar la ofensiva neoliberal en la que están de acuerdo ambos partidos principales. Para llegar a una posición específica en cuanto a la abstención o el voto por los candidatos independentistas en las elecciones de noviembre se acordó celebrar una asamblea próximamente.

 

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