Un 8 de marzo por justicia para la mujer

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| Publicado el 22 marzo 2002

Comité de Mujeres Contra la Privatización

El 8 de marzo mujeres del sector gubernamental y de organizaciones no gubernamentales, convocadas por la Procuradora de la Mujer, presentaron un conjunto de medidas legislativas que buscan mayor justicia para la mujer. El 8 de marzo de cada año, día Internacional de la Mujer Trabajadora, es usado como un símbolo por mujeres de todas partes del mundo para adelantar causas a favor del bienestar, la paz y la justicia para la mujer. El conjunto de medidas legislativas está dirigidas a ampliar el tiempo de la licencia de maternidad, proveer una licencia de paternidad, mejorar la ley vigente de lactancia, ampliar los centros de cuido de niños, proveer licencias especiales para trabajadoras y trabajadores, proveer horarios flexibles o tiempo parcial, y promover y proveer una seguridad social para la trabajadora del hogar.

La vida cotidiana de la mujer trabajadora, a quien se le asigna la función de resolver la mayoría de los problemas del núcleo familiar, se hace cada día más compleja. La tensión diaria para llegar a tiempo a los centros de cuido o escuelas de hijas e hijos, lidiar con las congestiones de tránsito y llegar a tiempo a los trabajos, salir apresurada al completarse la jornada a recoger a niñas y niños cuando ya han pasado dos horas de terminada la actividad escolar, temiendo por su seguridad, genera unos niveles de ansiedad que eventualmente afectan su salud mental. Muchas mujeres se ven obligadas a usar parte de su salario para pagar por un cuido extendido, lo cual reduce su ingreso disponible. está realidad llevó a algunas mujeres a dejar de trabajar asalariadamente engrosando las filas de las amas de casa, muchas otras no tienen opción porque su salario es indispensable para el sostenimiento del hogar. está situación cotidiana se ha ido agudizando por el incremento de viejos en el núcleo familiar.

Por lo general, es la mujer la que tiene que dar seguimiento a las citas médicas y problemas de salud de los hijos y de los viejos, incluyendo sus padres, suegros, y otros familiares. Para atender está responsabilidad se ve precisada a usar los días de vacaciones que deberían estar destinados a su descanso de la fatiga laboral. De lo contrario, otro tipo de ausencia significa reducción del salario. La situación se agrava para la mujer jefa de familia quien no cuenta con un cónyuge con quien compartir está responsabilidad. Es preciso que se mejoren las políticas públicas a los fines de expandir o crear programas de servicios para atender estas necesidades.

La mujer trabajadora y su familia se enfrenta a la reducción en los gastos públicos y de programas sociales, trasladando así el costo por unos servicios como los de salud, subsidios a las viviendas, atención a madres y niños de escasos recursos económicos y otros, a las familias. está representa una reducción en el poder adquisitivo de las familias y en particular de las mujeres quienes absorben gran parte de estos costos sociales.

El balance entre vida familiar y laboral se ha convertido en una de las aspiraciones de la mayoría de los trabajadores y uno de los temas principales de discusión en los centros de trabajo. La introducción real de este concepto a través de medidas concretas reduce el estrés y fatiga laboral, reduce accidentes en el empleo, promueve la participación de mujeres y hombres en la vida familiar dando paso a mayor igualdad entre los géneros, permite el desarrollo y Formación de niñas y niños en un ambiente saludable de calidad de vida.

La implantación de este concepto tiene beneficios que pueden calcularse y otros beneficios intangibles de incalculable valor en el presente y futuro de la sociedad. Para lograrlo hay unos costos que deben ser asumidos por el gobierno y los patronos del sector privado.

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