| Publicado el 30 septiembre 1997
Maribel Flores y Javier Córdova Iturregui
En las pasadas semanas, se anunció el trasladó a Puerto Rico del Ejército Sur del Comando Sur. El Comando Sur, responsable de todas las actividades militares de los Estados Unidos en América del Sur y Central, tiene planes de extender sus operaciones militares hacia el Caribe y el Golfo de México.
A diferencia de la Guerra Fría, cuando las intervenciones de las fuerzas armadas estadounidenses se llevaban a cabo de forma abierta contra los países con «tendencias comunistas», la intervención militar actual se justifica principalmente a nombre de la «guerra contra las drogas». Sin embargo, el propio portavoz del Comando Sur, Joe Curtin, señaló que con el trasladó del Ejército Sur, Puerto Rico jugará un papel más activo «como estación de movilización y entrenamiento», y que nuestro país es un «ejemplo modelo de cómo los ejércitos pueden sustentar las democracias».
Es evidente que el trasladó del Ejército Sur tiene un objetivo político-militar, y que será utilizado para aplastar movimientos políticos de resistencia popular en los países hermanos. este ha sido el caso de Culebra, Vieques y las demás bases militares. en la isla, que han sido utilizadas como trampolín de intervenciones del imperialismo estadounidense en Guatemala (1954), Cuba (1961), Santo Domingo (1965), Chile (1973), Granada (1983) y Panamá (1989). Ahora, las bases de Buchanan, Roosevelt Roads en Ceiba y Vieques, el Campamento Santiago de Salinas y la base de Isla Grande, servirán como puntos estratégicos que se fortalecerán con la presencia del Ejército Sur.
Es necesario que el pueblo rechace la Política colonial del gobierno, que no sólo aplaude la militarización de nuestro suelo, sino que cabildeó para que el Ejército Sur se estableciera en Puerto Rico, y que defiende el establecimiento de los radares militares. Resulta muy revelador que la creciente militarización se da en el contexto de un posible plebiscito para supuestamente descolonizar al país, cuando uno de los requisitos más elementales establecidos internacionalmente para llevar a cabo un verdadero proceso de descolonización, es que el país interventor debe desmilitarizar antes al país intervenido.