No voté; de mi vida te boté 

| Publicado el 12 septiembre 2020

Dominga Silvia Lebrón
Colaboración

Nota editorial: El siguiente escrito se publica como parte del debate sobre la coyuntura electoral y las tareas de lxs socialistas. Con ésto buscamos continuar el debate que se abrió al interior del Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (MST) y que ha continuado públicamente con otrxs comañerxs de diferentes organizaciones progresistas, de izquierda, independentistas y/o socialistas. La postura actual del MST en torno a las elecciones es la siguiente:

“El MST reafirma su posición de lucha en la calle como prioridad para lograr conquistas de la clase pobre y trabajadora del país para lograr la independencia socialista. A la misma vez reconocemos el interés y el derecho de quienes plantean adelantar estos objetivos mediante el voto por el PIP. Respetando esta diferencia creemos que a fin de cuentas votantes y no votantes que luchamos todos los días, coincidiremos en la lucha en la calle.”

Nota del Comité Central del MST:

  • El MST no endosa que se vote por el MVC
  • El MST no endosa ningún candidato del MVC en las elecciones

Precisamente porque NO cedemos ni una pulgada de nuestra posición, forzamos al gobierno y los partidos burgueses a que nos concedan unos éxitos inmediatos que pueden ser ganados. Pero si empezamos a correr detrás de lo que es posible de acuerdo con los principios del oportunismo, indiferentemente de nuestros propios principios, y por los medios de un estadista, trocarlos; entonces nos encontraremos pronto en la misma situación del cazador que no solamente ha dejado escapar al ciervo sino también que ha perdido su arma en el proceso.

El oportunismo y el arte de lo posible (1898)

Rosa Luxemburgo

Durante el mes de julio se compartieron muchas fotos y videos del gran Verano Combativo del 2019 donde dejamos saber internacionalmente que Puerto Rico sacó del poder a Ricardo Roselló Nevares [gracias feibú]. ¿Cómo olvidar la protesta de sobre un millón de personas en el expreso Las Américas, la autodefensa legítima del pueblo en contra de la policía capitalista, la desestabilización del sistema por 14 días consecutivos de lucha, “el perreo intenso que está a punto de comenzar”, las protestas en motora, caballo y Jet Ski, y las doñitas combativas que a son del “Te boté” de Bad Bunny sacaron la foto de Ricky de una oficina pública? [a quienes les dedico el título de este artículo]. Pero es precisamente por el poder de la calle que no podemos olvidar JAMÁS la lectura política de este suceso. Una lectura que nos recuerde que El Verano Combativo no fue una casualidad, sino una causalidad histórica. Una lectura que nos ayude a botar este sistema para construir un país de paz, justicia y amor. Les presento aquí un intento en construcción de una lectura colectiva. ¡Leámos(nos)! [hay unas pausas bien chuchin que voy hacer en estos corchetes; léanlas también pa’ que vacilen conmigo, que la política no tiene por qué ser aburrida]

Quizás habrán escuchado que sin el chanchullo del chat de Telegram ni las huracanas Irma y María, la gente no hubiese salido a protestar. Que ya la gente dio lo que iba dar y que la única alternativa posible es conformarnos con un cambio de Gobierno cada cuatro años. ¿Cuál es el problema de esta lectura? Que es la lectura oficial: esa que nos obliga aceptar el status quo porque disque “nada va cambiar”. Sin embargo, una lectura histórica nos dice que los cambios son constantes, que están relacionados entre sí, y que están provocados por conflictos [gracias Karlitos]. Como los seres humanos aprendemos de los demás y de nuestras propias experiencias, el Verano Combativo fue animado por varias luchas pasadas que sirvieron como referente. Con el propósito de ser breves, solo mencionaré aquellos procesos recientes que viví o conocí, reconociendo mis privilegios y mis limitaciones por las cosas que aún me quedan por aprender. No olvidemos que nuestro pueblo ha estado en pie de lucha desde 1898 [si leyeron bien la cita de la gran Rosa Luxemburgo, ya verán que la coincidencia en años no es tan coincidencia ná]. 

Cuando se aprueba la Junta de Control Fiscal en el verano del 2016, se crea el frente Jornada Se Acabaron las Promesas, el cual se estrenó con una mega protesta el 31 de agosto de 2016 en el Hotel Condado Plaza en San Juan. Cientos de personas se congregaron frente a este Hotel para paralizar un evento en donde decenas de empresarios y funcionarios políticos iban a discutir cómo repartirse el país con esta nueva legislación. Pero el tiro les salió por la culata porque no contaban con la astucia y resistencia de la clase trabajadora paralizando la actividad. Un par de meses después ocurrió algo sin precedentes en nuestro país: el Paro de Mujeres el 8 de marzo de 2017 organizado por organizaciones feministas, entre ellas la Colectiva Feminista en Construcción. Ese día conmemoramos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con cientos de mujeres, personas de la comunidad LGBTQIAP+ y aliadxs paralizando el Expreso Las Américas por más de una hora, junto a otra paralización de labores en la Milla de Oro. Ese día a mí me cambió la vida [a todo ese combete, mil gracias]. Quizás se preguntarán, ¿qué vela tiene la Milla de Oro en este entierro? ¿No se supone que vayamos a protestarle al Gobierno? Pues la contestación a esas preguntas fue precisamente uno de los logros más grandes de la Huelga Estudiantil de la UPR en el 2017: denunciar e investigar cómo Santander, UBS, Banco Popular y otros son directamente responsables de la deuda pública de Puerto Rico [tú sabes, porque todo se privatiza menos la deuda, esa pa lxs ricos tiene que ser pública]. Esta huelga logró detener el aumento de matrícula de más de 100% por un año, y provocó el 1ero de mayo más combativo en la historia reciente de Puerto Rico, con sobre más de 200,000 personas paralizando nuevamente la Milla de Oro. Todos estos sucesos fueron una antesala para que entendiéramos que tenemos el poder necesario para desafiar las normas del sistema. Sin embargo, sabemos que estas victorias no son suficientes. En todo caso, son como las mascarillas para protegernos del COVID-19 y sobrevivir. Para acabar con este abuso planificado y estructural, hay que construir un país completamente nuevo de abajo hacia arriba, y eso no se hace una vez cada cuatro años. Y para explicar esto de una manera más creativa, les voy hacer una pequeña analogía electoral. 

Imaginémonos que el Estado Libre Asociado de Puerto Rico es una escuela pública, pero una escuela cuyo ingeniero la diseñó con columnas cortas, en una zona sísmica, en la zona marítimo-terrestre como los hoteles de Condado, y con un sinnúmero de problemas estructurales [o sea, una jodienda]. Como este individuo es de los amigos del alma de los políticos [tú sabes, a lo Christian Sobrino, que preguntó si había un cadáver de los muertos de María para alimentar a cuervos], se utilizaron los materiales más porquería y baratos del mundo para maximizar las ganancias del ingeniero. Sin embargo, las fallas estructurales han causado filtraciones, pestes, nidos de ratas, comején y hasta hongos. Llegó un temblequeo de estos que hemos vivido desde enero de 2020 y la escuela corrió la misma suerte que la que colapsó en Guánica. Y como esta escuela es nuestro país, las filtraciones de la austeridad, las ratas de la corrupción, el comején de la transviolencia y la violencia machista, y los hongos del racismo son un problema de diseño estructural, no van a desaparecer si no construimos una Matria nueva: una estructura nueva. ¿Acaso el magisterio y el estudiantado habitarían una escuela en esas condiciones? ¿Qué sería lo más acertado: vivir en lo inhabitable con la esperanza de sobrevivir el colapso o construir otra estructura real donde lxs trabajadorxs sean lxs que gobiernen en vez del ingeniero? Pues el problema es que vivir en lo inhabitable es lo mismo que votar cada cuatro años en Puerto Rico, porque las elecciones son la base legal para la afirmación de la colonia de Puerto Rico [Julia de Burgos, Consuelo y Corretjer siempre lo dijeron, pero esto es tan viejo como Betances mismo]. Entiéndase, votar en el sistema electoral y colonial de Puerto Rico es consentir la apropiación del Gobierno de Estados Unidos sobre nuestro territorio nacional. Es aceptar que SÍ es posible habitar en lo inhabitable [recuerden la escuelita]. Los partidos que se prestan a esto, por más nobles y muy legítimas que sean sus intenciones, piensan que es posible reconstruir el cuchitril de escuela que les dije usando las mismas herramientas que utilizó el ingeniero poco samaritano, el cual insiste en quedarse con nuestra propiedad [o hacer como Keleher que vendía las escuelas más baratas que una libra de pan sobao]. No es casualidad que ante la falta de concientización y espacios políticos-afectivos de organización se piense de esta manera. Pero si traducimos esto al Verano Combativo, ¿acaso hubiésemos podido confiar en un proceso de residenciamiento para sacar a Ricky con el mismo sistema estructural que dejó morir a sobre 4,645 personas durante las huracanas? 

La clase trabajadora y los sectores empobrecidxs de nuestro país siempre tenemos el poder de cambiar radicalmente nuestra sociedad y transformar todas las instituciones de nuestro país para abolir todo tipo de opresión. Como bien dice la cita de la gran Rosa, no podemos ceder nuestros ideales y poder político a cambio de pequeñas reformas que no erradican ese problema estructural de diseño que tiene nuestro archipiélago. La colonia es la máxima expresión del sistema patriarcal-capitalista-racista del Mundo porque fueron hombres blancos y ricos quienes en nombre de un imperio decidieron imponernos la escuela cuchitril para maximizar sus ganancias. Por ende, es necesario entender que el Gobierno colonial  siempre ha hecho muy bien su trabajo. Mientras más roben y privaticen, más permitan el asesinato de personas de la comunidad LGBTQIAP+ y más nos hagan sentir que nunca podremos ser libres y felices, más ganan los capitalistas. Por eso es que pasan los papelones en la Comisión Estatal de Elecciones, por eso es que existe el bipartidismo desde hace más de 60 años repartido entre el Partido Demócrata y el Partido Republicano de los Estados Unidos y por eso es que ignoran los cuchucientos referéndums que ha habido para “descolonizar” a Puerto Rico. Todos estos eventos son causalidades históricas [no casualidades, corilla]. 

Nos merecemos un país libre e independiente como todos los demás, en armonía con nuestras hermanas islas del Caribe y el resto del Mundo, donde no exista violencia machista ni racista, donde todxs podamos tener acceso a educación, salud, casa y transportación de calidad sin tener que esclavizarnos al trabajo o endeudarnos. Hay que empezar a convertir estas posibilidades en una verdadera realidad como hicimos pa’ sacar a Ricky. Cuando nos conformamos con “lo posible” desde la perspectiva de la legalidad, sin sentir un verdadero sentido de urgencia para organizar la tomar del poder, seguimos batallando para sobrevivir en vez de vivir a plenitud. Tenemos que seguir con la organización y las protestas en la calle para apostar a lo más hermoso de cualquier revolución: la solidaridad y el amor a nuestro país y su gente es más fuerte y resistente que el capitalismo. 

Y para contestar la pregunta obvia de ¿qué entonces es lo que hay que hacer? [además de la rearticulación revolucionaria y afectiva de la izquierda en Puerto Rico], lo primero siempre es la formación política y que crees una organización en tu centro de trabajo para discutir estos temas. De la misma manera que una Amanda Serrano no se hace de la noche de la mañana, sino que entrena muchísimo para alcanzar sus victorias, necesitamos entrenarnos ideológicamente para tomar el poder. Como sugerencia, puedes: seguir las páginas del Frente Anti-Electoral (FAE), Comuna Antilla, El Partido Comunista de Puerto Rico y otras organizaciones que apoyan la no participación electoral, leer críticamente el debate electoral de Bandera Roja y seguir la programación musical y análisis políticos de lxs compañerxs de Radionota. Y si lo tuyo es el bailoteo, puedes escucharte el conciertazo de Plena Combativa que nos recuerdan que este Gobierno lo vamos a tumbar, pero en la calle. Pero no solo el gobierno, sino botar el sistema en vez de votar por él. 

Un comentario en "No voté; de mi vida te boté "

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.