Sigue en proceso contrarreforma laboral

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| Publicado el 30 noviembre 1998

Isaías Rivera

Bandera Roja

El paso del Huracán Georges ha detenido temporeramente una serie de proyectos del gobierno. Pero como en el caso del plebiscito, el programa de privatización y los ataques a los derechos laborales siguen en la agenda de la administración Rosselló?. De recordarlo se ha encargado el abogado patronal Aníbal Irizarry, presidente de la Cámara de Comercio. ?Incluso aprovechó la emergencia del huracán para impulsar en un programa de radio el permitir a los patronos entregar objetos a los empleados deduciéndolos de su sueldo! Ya este señor ha preparado otra serie de recortes a los derechos laborales, que serian llevados a la Legislatura en enero, luego de pasado el plebiscito.

Entre las muchas medidas que vienen impulsando los patronos se encuentra el que los empleados trabajen más de 8 horas sin paga extra, y segundo el promediar la semana de 40 horas entre dos semanas de trabajo, también para evitar la paga extra. En el primer caso un trabajador podría trabajar de 10 a 12 horas diarias y completará las 40 horas en 3 a 4 días. En el segundo caso el trabajador podría completar, por ejemplo, 60 horas en una semana y 20 la otra, para un promedio de 40 horas semanales, y tampoco tendría derecho a la paga por tiempo extra.

Aníbal Irizarry alega que estas medidas son ventajosas para el trabajador pues podría tener fines de semana más largos todas las semanas, o cada dos semanas en el caso de la semana promediable. Este es el gancho o ventaja aparente de estas dos medidas.

Lo que no menciona son los millones de dólares en sueldo por tiempo extra que los trabajadores dejarían de recibir al prácticamente eliminarse el llamado «overtime». Paga doble que se merecen porque no se trata solamente de trabajar 2 o 3 horas más diarias, sino por el gran esfuerzo físico y mental, y el agotamiento que implica el superar las ocho horas laborables. Además después de 10 u 11 horas estos trabajadores llegan agotados a sus casas, sólo pudiendo irse a dormir, sin poder aprovechar el tiempo libre para otras actividades. Incluso con paga extra, el efecto que esto tiene sobre la familia y los niños, sobretodo en el caso de las mujeres trabajadoras, es desastroso.

En cuanto al pago con objetos, esta medida le permitiría a los patronos economizar dinero y entregarle a cambio a los empleados parte de su producción sobrante que no pudiesen vender.

Los patronos alegan que las mismas serian supuestamente «voluntarias». Todo el mundo sabe que los trabajadores no están en pie de igualdad con sus patronos. Se enfrentan al poder económico y al temor de perder su empleo. Aquellos que están desempleados se ven forzados a aceptar lo que se les imponga. Es por esto que existe legislación social para proteger a los trabajadores.

Los capitalistas alegan que estas medidas son supuestamente de «avanzada». Avance y progreso real es aquello que mejora la calidad de vida y los ingresos de los trabajadores, quienes son la mayoría de la sociedad. Retroceso es lo que aumenta la explotación y sólo sirve para enriquecer a la minoría capitalista. Es falso que los derechos laborales sean «obsoletos», pues eliminarlos es regresar al siglo 19, donde no había ningún tipo de protección legal para los trabajadores.

Contrario a lo que plantea Aníbal Irizarry las propuestas que s? son de avanzada y s? llevan al siglo 21 son aquellas que mejoran la calidad de vida de los trabajadores, tales como la reducción de la jornada de trabajo, específicamente la reducción de la jornada semanal a 35 horas y la jornada diaria a 7 horas, ambas reducciones sin disminuir el salario semanal o diario. Esta es la legislación de avanzada, producto de las luchas de la clase obrera, ya aprobada en Francia, y que se está? impulsando en Italia, Alemania y España.

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