Puerto Rico no se vende

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| Publicado el 30 agosto 1997

Daniel Ramírez

Comité Central del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST)

El Gobierno dice que la venta de la Telefónica es beneficiosa para el pueblo porque esta industria No a la venta de Fortunata se abre a la competencia. La realidad es que la llamada des regularización y competencia en los EE.UU. facilitó un aumento sustancial de las tarifas. El actual monopolio público en Puerto Rico sería sustituido por uno privado que no tendría la presión política para mantener bajos sus precios y responder a la demanda de servicios del pueblo. Eventualmente miles de trabajadores serían despedidos y se le daría un gran impulso a la privatización que implica peores servicios a un mayor costo para el pueblo. El pueblo trabajador debe unirse y oponerse a la venta de la Telefónica.

El 30 de marzo de 1997 el New York Times reconoció que la llamada «libre competencia» tan sólo había conducido a un aumento de un 7% en promedio de las tarifas en los EU, además de un aumento en la tarifa básica mensual de 24 a 30 dólares. En las telecomunicaciones no hay «libre competencia», pues ésta es una industria controlada por un reducido grupo de empresas transnacionales, en su mayoría norteamericanas. En América Latina las empresas estatales han sido compradas por los mismos grandes pulpos: ATT, GTE, MCI, Bell South y Tisa-España.

Tras recuperar los gastos de la venta, los nuevos dueños priorizarán sus inversiones hacia las áreas que les puedan asegurar rápidamente las mayores ganancias al menor costo: sectores empresariales y urbanos de altos ingresos. Los servicios telefónicos a los sectores rurales y empobrecidos se verán afectados. El hecho de que la Telefónica sea una empresa estatal la somete a una para que rinda servicio a los sectores desfavorecidos. Cuando la Telefónica era una empresa privada (propiedad de la ITT, empresa matriz de la actual ATT) tan sólo instaló unos 240,000 teléfonos. Como empresa pública este número ha aumentado a un millón seiscientos mil (1,600,000).

Como parte de la reducción de servicios y costos, y para destruir a los sindicatos, los privatizadores buscarán despedir a miles de trabajadores telefónicos. La la Telefónica daría fuerza a la venta de los demás hospitales públicos, de las escuelas públicas, de las empresas de luz y agua, lo que conllevaría despidos masivos y aumentos en las tarifas.

La venta de la Telefónica es parte de una estrategia de privatización que abarca a todo el gobierno y es una tarea de años que se ha propuesto el gobierno. Es además parte del esfuerzo por imponer la estadidad al disminuir las diferencias entre Puerto Rico y los EE. UU. Pero también es la política de toda la clase patronal.

Ante esta situación es urgente la formación del más amplio frente de lucha obrero y cívico, que una a los sindicatos de los sectores público y privado, como a todo tipo de organizaciones comunitarias y políticas. Este frente debe ser uno donde se tomen las decisiones democráticamente y no en grupos cerrados controlados por algunos dirigentes sindicales. Para ampliar la participación en este frente deben formarse comités de apoyos en las comunidades que recojan la solidaridad de miles de trabajadores que no necesariamente están organizados. Este frente no debe estar sometido al chantaje que se trae entre manos el Gobierno con el proyecto de sindicación de los empleados públicos y el garrote de nuevas enmiendas a las leyes que garantizan derechos laborales.

Para detener la venta de la Telefónica entendemos necesario que se realice un paro nacional de los trabajadores, así como realizar una marcha nacional un día feriado que recoja la participación de otros sectores no organizados. Estas actividades deben ser parte de toda una estrategia de lucha sostenida contra la venta. Recordemos cómo la combativa huelga de los compañeros trabajadores del Fondo del Seguro del Estado pudo frenar la dicha empresa. La lucha por detener la venta de la Telefónica es una ardua, pero puede triunfar con el esfuerzo unitario del pueblo trabajador, en una actividad militante y decidida en diversos frentes de lucha.

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