Elecciones 2012: El reto de la juventud

| Publicado el 3 enero 2012

(Otra carta pa’ los corillos)

Mar, 2012-01-03 16:23
Ibrahim García Gonzalez
Movimiento Socialista de Trabajadores

 

Saludos:

Al igual que en el 2008, no voy a votar en las próximas elecciones, pero la intención de esta carta no es sobre votar o no votar, no es un llamado a la abstención, tampoco será una llamado a apoyar algún partido. La intención de esta carta es hacer un llamado a participar de la coyuntura electoral desde otra perspectiva.

Nadie puede negar que acabamos de pasar un par de años intensos de lucha y sacrificio, donde aprendimos de las “victorias” y las “derrotas” siendo parte de un proceso mucho más grande que la suma de sus partes. Poco a poco hemos ido pasando la página, reflexionando, reorganizando y reorganizándonos. Estoy convencido de que esa reflexión va continuar pero también es importante que la compartamos y contemos nuestras historias pues sino otros la contarán por nosotros. Ese proceso de reflexión es natural después de los días tan intensos que vivimos y también lo es el llamado “reflujo” en la actividad y los ánimos de los que estaban luchando. Sin embargo, a mí me parece que hay que botar el golpe y mandar el reflujo pa’l carajo.

No obstante la importancia que tiene tomarnos el tiempo necesario para reflexionar, durante ese proceso que también ha sido de reorganización, ha desfilado una subestimación o mal interpretación de la coyuntura y las condiciones, en la cual se ha posado la idea de que hay que esperar un tiempo para retomar la lucha y que ese tiempo, además, estará abrumado por la coyuntura electoral que supone un monopolio de lo político. O sea, que de aquí a las elecciones toda la atención va a estar en las campañas electorales y el tirijala político-partidista PNP vs. PPD. Este escenario que planteo es muy real y no hay forma de detenerlo. Sin embargo, la falla principal en la interpretación de la coyuntura recae en la idea de que hay que esperar que ese circo pase para volver a articular nuestras luchas.

¿Qué podemos hacer? Estoy convencido de que tenemos una oportunidad real para articular un movimiento que desvíe parte de la atención de las campañas politiqueras hacia nuestras consignas. Un movimiento que si bien no es de abstención, denuncie a los dos partidos principales por igual desenmascarándolos como lo que son: “Dos alas del mismo buitre”, una sola claque, dos lados del mismo partido, el Partido de los Ricos, el PNPPD. Pero además de denunciar al PNPPD también tenemos la oportunidad de subir la vara discursiva en cuanto al problema de la educación pública apuntando a los problemas dentro de un marco más abarcador en el ataque generalizado del capitalismo salvaje a la educación pública, demostrando cómo ambos partidos han pisoteado nuestra educación y tienen planes de seguir haciéndolo, pisoteando no solo nuestras escuelas y universidades si no que mientras lo hacen entierran poco a poco nuestro país y nuestro futuro. Es momento de articular la defensa de la educación pública a nivel nacional como un problema de país, neurálgico para nuestro progreso como pueblo y sociedad. Podemos y debemos llevar un mensaje más claro sobre el problema de la educación y su importancia, construyendo un discurso que ponga la educación primero como paso hacia un mejor país. Debemos aprovechar la coyuntura y hacer lo posible por adelantar una serie de acciones de protesta que levanten nuestros reclamos para invadir a fuerza de movilizaciones y propaganda educativa ese escenario político partidista que ellos mismos se construyen para decirnos sus discursos. Me explico: el movimiento estudiantil/juvenil, con sus comités, organizaciones, grupos, colectivos, en fin, los corillos que luchan tenemos la oportunidad de motorizar una campaña conjunta que recoja una serie de reclamos y propuestas con un contenido claro y trascendente para solucionar las problemáticas de fondo que enfrenta la juventud en Puerto Rico. Si bien hay que levantar resistencias contra la cuota en UHS, el recorte de cursos y secciones, las ‘charter schools’, el cierre de escuelas, la privatización, el hacinamiento, la falta de oportunidades de empleo y otra serie de asuntos que abonan al detrimento de la juventud la realidad es que, bien sea ahora, o después de la elecciones, la lucha por la educación pública tiene que elevar el nivel englobando las distintas problemáticas dentro de un solo marco: El ataque neoliberal a la educación pública y sus consecuencias para nuestro futuro. Pero el nivel no sólo debe elevarse en la profundidad y trascendencia de los reclamos y las propuestas, si no también en su accionar organizativo. Tiene que ser una lucha que atienda problemas de fondo y que practique nuevas formas de organización y coordinación mas allá de los comités de acción, el consejo o los grupos universitarios. Durante las pasadas huelgas decíamos y estábamos conscientes que la cuota, la certificación 98, etc., eran sólo la cara visible de una serie de políticas mas profundas, o sea, que la cuota y la certificación 98 eran sólo la punta del iceberg pero, aun así eran razones suficiente para meterle mano y dejar el pellejo luchando por detenerlas. Eso estuvo bien, cumplimos con nuestra responsabilidad histórica de hacerle frente a las políticas que nos querían imponer, pero ahora ya pasamos esa tabla, ya tuvimos una mirada cercana al terreno de juego y las rutas que hay disponibles. Ahora el reto es zumbarle con todo al ‘iceberg’, no sólo a sus puntas. Utilizando las fuerzas de los distintos colectivos en su estado natural sin diluirlos en frentes o plenos haciendo trabajo conjunto dentro de la diversidad.

Estoy convencido de que tenemos los elementos y las condiciones para construir una campaña conjunta similar a la del “4% para la Educación” que se dio en la República Dominicana. Una campaña donde los distintos corillos puedan acoger y aplicar poniendo en práctica sus distintos estilos y concepciones de cómo expresar los reclamos y la variedad de formas de protesta, pero creando y potenciando mejores y más reales canales de comunicación que permitan coordinar acciones conjuntas entre los corillos sin tener que someternos al estancamiento de las estructuras de los grandes plenos que nos encierren dentro de una sola identidad, dígase los “huelguistas” donde se pierde mucho tiempo tratando de poner a todo el mundo de acuerdo sobre cada detalle de lo que se va hacer. Me explico: la idea es motorizar un movimiento basado en la afinidad y la confianza donde haya espacio para denunciar y accionar contra los problemas específicos que afectan a sectores particulares pero planteándolos en un marco más abarcador que sirva de red para conectar las distintas resistencias.

Estoy consciente de que lo planteado anteriormente no es nuevo y se ha intentado varias veces. Sin embargo, me parece que en muy pocas ocasiones nos hemos dado la oportunidad de construir esto con tiempo, lo que ha resultado en consecuencias poco satisfactorias. En estos momentos el terreno de juego nos da casi un año para construir múltiples acciones, propagandas, actividades, ocupaciones, charlas, protestas, desobediencia, jornadas etc, etc. que desemboquen en movilizaciones masivas durante los meses y las semanas previas a las elecciones creando una situación política sin precedentes donde alrededor de las elecciones se ejecuten movilizaciones masivas. Yo estoy convencido que de si le metemos mano podemos tener a miles y miles de jóvenes junto a otros ciudadanos manifestándose en las calles de manera contundente con reclamos claros que el PNPPD no pueda cooptar.