Grecia: no hay atajos para la victoria

| Publicado el 15 febrero 2015

Elecciones, lucha de clases y retos de la izquierda griega

Reflexiones sobre la victoria electoral de SYRIZA y la izquierda puertorriqueña

Raúl M. Báez Sánchez

Movimiento Socialista de Trabajadores

 

El pasado 25 de enero la coalición de izquierda SYRIZA resultó vencedora en las elecciones griegas. La victoria de este frente provocó la euforia de los círculos de las izquierdas internacionales y del patio. Reformistas y revolucionarias, moderados y radicales, democráticas y autoritarios, renovados y dogmáticos, socialistas y anarquistas brincaron y aplaudieron al unísono. Hasta los comentaristas y politólogos del PPD celebraron la hazaña de la izquierda griega y coincidieron en la necesidad de un proyecto homólogo para salvar la colonia. La respuesta de las izquierdas, los intelectuales y los científicos y teóricos políticos no debe sorprendernos. Desde hace algún tiempo es un punto común en la izquierda de la colonia reproducir las experiencias internacionales como recetas que nos brinden un atajo para superar la crisis y construir un proyecto emancipador.

Indudablemente la experiencia del pueblo griego y la victoria electoral de SYRIZA representan un proceso político importante que merece la atención de los socialistas y las socialistas, se llamen reformistas o revolucionarias, democráticos o libertarias. El resultado electoral, más allá de los números, muestra algunas tendencias en la lucha de clases y le plantea algunas tareas a la izquierda griega. Además, como todo proceso de lucha en el mundo, Grecia nos presenta unas lecciones. Por lo que, ante tanta apología y tendencia a la repetición, propongo que debatamos a partir de la profundización en los procesos de lucha y en identificar lecciones sin copiar modelos acríticamente.

En el siguiente artículo no pretendo agotar el debate ni brindar una posición acabada sobre la victoria de SYRIZA. Sólo busco dar respuesta a algunas preguntas básicas que nos permitan hacernos una idea de la complejidad del proceso político y de lucha de clases que vive Grecia. Así como mostrar un acercamiento un tanto diferente al acenso y la victoria electoral de SYRIZA en las pasadas elecciones y el papel y estado de la izquierda griega. También ubicar hasta que nivel fue la victoria y cómo se ubica la derecha ante una izquierda en ascenso político. Por último, repasar someramente el estado de la crisis, la lucha de clases y el poder que se mantiene en la esfera del bloque hegemónico (griego-europeo). Deseo aportar estos elementos y mis conclusiones parciales como un punto de partida para un debate que deje de lado la copia acrítica, las comparaciones simplistas y las apologías. El objetivo final es aportar a la construcción de un proyecto de liberación socialista, libertario y democrático que, como decía Mariátegui, “no sea ni calco ni copia”.

La victoria de SYRIZA hay que celebrarla

No importa en qué tradición o tendencia ideológica de la izquierda nos ubiquemos la victoria electoral de SYRIZA debemos reconocerla como un hecho positivo y un paso importante en la lucha contra el neoliberalismo y sus políticas de capitalismo salvaje. Sin embargo, la alegría no debe obviar las contradicciones del proceso ni opacar el análisis crítico y ponderado.

La Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA) resultó vencedora en las elecciones parlamentarias en Grecia luego de obtener el 36.34% de los votos. El partido de derecha Nueva Democracia quedó como segunda fuerza con el 27.8% de los votos. La coalición de izquierda SYRYZA aumentó la cantidad de parlamentarios electos de 71 en 2012 a 149 en estas últimas elecciones. La victoria sobre las fuerzas de la derecha le permitió elegir al líder Alexis Tsipras como primer ministro de Grecia. Para muchos y muchas el aumento en el apoyo a la izquierda griega en las últimas dos elecciones es muestra elocuente del rechazo del pueblo pobre y la clase trabajadora a las medidas neoliberales y privatizadoras que han empeorado la grave crisis económica que golpea al país europeo. La victoria electoral representa un reto tanto para la izquierda parlamentaria como para la izquierda extraparlamentaria y las organizaciones de masas.

Los 149 diputados electos por SYRIZA no fueron suficientes para obtener la mayoría absoluta, quedando a dos escaños para poder formar gobierno. Para elegir a Tsipras como primer ministro, SYRIZA llegó a un acuerdo con el partido nacionalista y conservador de Griegos Independientes, quienes obtuvieron 13 diputados. SYRIZA accedió a dejar sobre el tapete la separación de iglesia y Estado y le entregó el Ministerio de Defensa a Panos Kamenos, para que el partido conservador accediera a integrarse como “socio menor” a una coalición de gobierno. El partido de Kamenos surgió como una escisión ultra nacionalista de Nueva Democracia y se ha caracterizado por oponerse a las principales políticas impulsadas por la Unión Europea, el Banco Europeo y el Fondo Monetario Internacional, mientras defiende el vínculo entre la Iglesia Ortodoxa y el Estado y mantiene posturas xenofóbicas agresivas. Falta ver en la práctica cómo SYRIZA se las arreglará para cumplir su programa de gobierno, sobre todo su defensa de los inmigrantes, con un partido conservador, nacionalista y de derecha como aliado.

SYRIZA: un largo camino hasta la victoria electoral

SYRIZA es un frente de organizaciones de izquierda fundado para las elecciones parlamentarias del 2004. No obstante, esta coalición no surgió por arte de magia, por decreto o por la buena voluntad y el romanticismo de algunos intelectuales. Su ascenso se debe a un proceso de varios años de unidad y de acumulación de fuerzas desde la movilización y las luchas sociales. El proyecto político tiene sus orígenes en el Espacio para el Diálogo para la Unidad y la Acción Común de la Izquierda, creado en 2001 por organizaciones de izquierda que habían coincidido en diferentes luchas sociales a finales de la década del 1990. La política de SYRIZA está dominada por el ala más moderada, organizada alrededor del sector que proviene del partido Synaspismós y su corriente Unidad de Izquierda quienes originalmente surgieron del antiguo Partido Comunista – Interior (eurocomunista), grupos escindidos de la socialdemocracia griega y ecologistas. La tendencia de izquierda de SYRIZA se organiza internamente alrededor de la Plataforma de Izquierda y la Red Roja.

La composición de SYRIZA plantea una serie de contradicciones entre su práctica y su programa. La coalición se ha desarrollado como principal fuerza política a partir de la movilización y la lucha contra las privatizaciones, la reducción de derechos, las medidas anti-obreras y la xenofobia de los gobiernos neoliberales. En un país que muestra una creciente agudización de la lucha de clases, que ya cuenta con más de 30 huelgas generales desde el 2009, SYRIZA ha logrado traducir la organización, la movilización y la lucha en apoyo electoral a su programa y plataforma de gobierno. Sin embargo, el predominio del ala moderada de Synaspismós en la coalición se refleja en un programa de gobierno que se mantiene en los límites del capitalismo como una opción reformista de izquierda moderada, incluyendo algunas propuestas socialistas como parte del consenso con los sectores más radicales. Al igual que otras fuerzas de izquierda del continente europeo y de EE.UU., parece que SYRIZA busca ocupar el vacío dejado por el viraje a la derecha y al neoliberalismo de la socialdemocracia que gobernó Grecia desde la década del 80. Desde el 2012 ha venido fortaleciéndose esta tendencia, moderando las principales propuestas para no provocar un choque frontal con el bloque económicamente hegemónico. Por ejemplo, recientemente circuló una carta pública de la tendencia de izquierda en SYRIZA criticando al primer ministro Tsipras y al liderato de la coalición por considerar proponer un conservador y derechista para el puesto de presidente. Además, SYRIZA ha variado su postura sobre la deuda, abandonando el reclamo de no pago por el de suspensión hasta que se recupere la economía, auditoría y renegociación. Mientras se dan estos virajes, en otros aspectos, por lo menos en el papel, mantienen propuestas más radicales.

Los puntos más importantes en el programa de SYRIZA son aquellos dirigidos a poner a los ricos a cargar con el peso de la crisis del capitalismo griego y devolverle los derechos y el nivel de vida a la clase trabajadora y al pueblo pobre. Entre las principales medidas contra la clase capitalista se propone: implementar impuestos a las grandes corporaciones, impuestos a las transacciones financieras y a los productos de lujo, prohibir los derivados financieros especulativos, fiscalizar y combatir el secreto bancario, nacionalización de los bancos y de las empresas estratégicas, desmilitarización de la policía y fuerzas de choque, etc. Para mejorar las condiciones de vida y derechos de la clase trabajadora y el pueblo proponen elevar el sueldo mínimo, recuperar los convenios colectivos, recuperar las empresas privatizadas, ofrecer servicios de salud públicos gratuitos y nacionalizar los hospitales privatizados, eliminar impuestos a los productos de primera necesidad, igualdad salarial para hombres y mujeres, ampliar derechos laborales a trabajadores a tiempo parcial, incentivar la energía renovable y la protección del medio ambiente, despenalización del consumo de drogas, etc. SYRIZA también propone medidas, como parte de su programa, para mejorar y garantizar los derechos de los inmigrantes. Evidentemente, este es un programa que combina medidas reformistas para afrontar la crisis con una salida popular, combinándolas con medidas radicales y socialistas para democratizar la sociedad griega.

Aún con el amplio apoyo que la ha catapultado como primera fuerza en la política griega, SYRIZA no es toda la izquierda. Además de SYRIZA otras dos fuerzas de la izquierda griega con relevancia política y con participación electoral son el Partido Comunista (KKE) y la coalición Cooperación Anticapitalista para el Derrocamiento (ANTARSYA). A estos partidos se le suman una amplia gama de organizaciones de la izquierda extraparlamentaria, como el trotskista Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) y organizaciones libertarias, anarquistas, sindicalistas clasistas, etc. Todos estos partidos y organizaciones tienen alguna presencia en el movimiento obrero y las organizaciones populares y participan de una u otra forma de las movilizaciones, de las huelgas generales y la lucha callejera. La izquierda libertaria ha logrado un apoyo considerable entre las masas y muestra una presencia considerable en organizaciones de base, llegando inclusive el control de barrios en las principales ciudades. Lo que muestra una izquierda que en mayor o menor medida se ha fortalecido en todas sus vertientes por su vínculo a las luchas sociales.

El panorama: polarización política y lucha de clases

El resultado electoral en Grecia presenta un escenario político sumamente complejo. La distribución de votos muestra un aumento en el apoyo a los partidos de izquierda en su conjunto en comparación con las elecciones del 2012. El Partido Comunista obtuvo el 5.47% y aumentó la cantidad de diputados a 15. Mientras que el Frente de la Izquierda Anticapitalista, que agrupa a organizaciones de la izquierda socialista, obtuvo un .64% de los votos. Si sumamos todas las fuerzas que participaron en el proceso electoral que se ubican en el espectro de las izquierdas estas representan el 47.2% de los votos.

Pero a la misma vez que la izquierda aumentó su apoyo y el bloque gobernante de socialdemócratas y de la Nueva Democracia vieron reducirse el apoyo de 56.7% aproximadamente en el 2012 al 45.84% en las elecciones de enero, los dos principales partidos de derecha terminaron como la segunda y la tercera fuerza respectivamente. El partido de Nueva Democracia y el neofascista Amanecer Dorado mantuvieron su apoyo electoral prácticamente intacto. El Amanecer Dorado obtuvo 6.28% y 17 diputados, perdiendo un diputado en comparación con los resultados del 2012. Mientras que la Nueva Democracia sólo perdió aproximadamente 2% en relación a las elecciones anteriores. Ambos partidos mantienen una presencia importante en el aparato estatal y en las fuerzas represivas del Estado. Paraticualarmentel el Amanecer Dorado tiene una fuerte presencia e influencia en la policía. La pérdida de apoyo al bloque gobernante de los partidos de derecha fue producto de la debacle de la socialdemocracia griega quienes obtuvieron sólo el 4.68% de los votos y vieron gran parte de su base social desplazarse a apoyar principalmente a los partidos de izquierda como SYRIZA y el Partido Comunista.

Para muchos el aumento en el apoyo a la izquierda griega en las últimas dos elecciones es muestra elocuente del rechazo del pueblo pobre y la clase trabajadora a las medidas neoliberales y privatizadoras que han empeorado la grave crisis económica que golpea al país europeo. La coalición ha venido ganando apoyo electoral en la medida que se ha ido agudizando la crisis del capitalismo griego y la lucha de clases se ha intensificado. Pero de igual forma, la derecha más conservadora y reaccionaria, representantes del bloque de poder hegemónico (griego y europeo), mantiene su base social prácticamente intacta. También han arreciado el ataque al gobierno de SYRYZA, recurriendo a lo que es muestra incuestionable de una sociedad sumamente movilizada y polarizada políticamente.

El resultado electoral y coyuntura política es un reflejo de la etapa en que se encuentra la lucha de clases en Grecia producto de la profunda crisis económica y del agotamiento de las salidas capitalistas a la misma. Desde el 2009 la economía griega se ha contraído reportando una reducción de 25% en su PNB y el aumento de la tasa de desempleo a más de un 20%. Las soluciones del bloque hegemónico y sus partidos (PASOK y Nueva Democracia), han sido administrar las políticas de austeridad impuestas desde el Banco Europeo y el FMI. Bajo las administraciones socialdemócratas y de la Nueva Democracia se le pasó la factura de la crisis a la clase trabajadora y al pueblo pobre, privatizando servicios públicos, recortando derechos, congelando los sueldos, reestructurando la deuda en condiciones favorables para el capital financiero europeo y colocando la carga fiscal sobre el pueblo, etc. En este periodo de tiempo Grecia presenció la movilización masiva de su clase trabajadora con más de 30 huelgas generales e innumerables paros y luchas sectoriales. Uniéndosele en el auge de la lucha la juventud universitaria, desempleada, inmigrante y precarizada con grandes movilizaciones por salud, vivienda y contra la represión. El avance y masificación de la movilización recibió la respuesta represiva del Estado, desatando la lucha callejera entre la izquierda y las masas movilizadas por un lado y por otro la policía y los grupos paramilitares neo-fascistas. A partir del 2012 el auge de las grandes movilizaciones comenzó a descender y el descontento se canalizó por medio de la alternativa electoral que venía proponiendo SYRIZA. En ese sentido, aunque la sociedad griega está altamente polarizada y la victoria de una tendencia de la izquierda reformista representa un quiebre en el modelo electoral del bloque dominante, éste mantiene su dominio hegemónico por el momento mientras la gran mayoría de la población cifra sus esperanzas en una salida dentro de la institucionalidad.

Ante este panorama la izquierda griega, parlamentaria y extraparlamentaria, tiene un gran reto por delante. SYRIZA debe demostrar si continuará moderando sus posturas, como comenzó a hacer en el 2012, o si comenzará a aplicar los puntos más importantes en su programa de gobierno abriendo paso a otra alternativa frente al capitalismo, con medidas socialistas. El Partido Comunista parece estar en la encrucijada de mantener la política sectaria hacia SYRIZA o formar un frente de la izquierda parlamentaria. Esta fue la consigna lanzada recientemente por el Partido Revolucionario de los Trabajadores, exigiéndole a SYRIZA deponer la alianza con Griegos Independientes, para formar un gobierno de Unidad de Izquierda con el Partido Comunista y otras fuerzas de la centro-izquierda. La victoria de SYRIZA fue producto de largos años de organización y movilización para la lucha de clases, pero la lucha no acaba con las elecciones. En Grecia se abre otra oportunidad de avanzar hacia un modelo de sociedad que supere el neoliberalismo y sus políticas de capitalismo salvaje que se nos imponen a nivel planetario. El desenlace de este proceso descansa en la capacidad que tengan el pueblo organizado y la izquierda más radical de presionar al gobierno de SYRIZA y a la misma vez de organizar y desarrollar las formas de lucha para mantener a raya a la reacción.

Aprender de las lecciones sin copiar esquemas

En Puerto Rico, ante la victoria de SYRIZA, no faltaron las personalidades que gritaron a viva voz que hay que hacer lo que hicieron los griegos. Otros y otras, no tan diestros en el respeto a la diversidad, la deferencia y el debate abierto, corrieron a reprocharle a las izquierdas criollas que el problema es que no se ponen de acuerdo. Diversos sectores de las izquierdas puertorriqueñas rápidamente levantaron el proyecto de SYRIZA como el ejemplo a seguir. Algunos han llegado a equiparar el proyecto de SYRIZA, coalición de organizaciones de izquierda, con el del Partido del Pueblo Trabajador (PPT). ¡Y cómo no, si todos queremos la unidad y la victoria! Y si esta es con poco sacrificio y rapidita mejor todavía. Un viejo amigo y luchador me decía que parece que en las izquierdas de la colonia la respuesta permanente e inmediata ante los procesos políticos exitosos que se abren en otras latitudes es a copiar la fórmula sin someterlos a un análisis crítico. Por eso creo importante que discutamos estos casos en su profundidad y complejidades, para extraer las lecciones que nos permitan enriquecer nuestros proyectos políticos-organizativos y construir una (o varias) fuerza capaz de disputar el poder y enterrar la colonia capitalista de una vez y por todas.

El señalamiento que coloca el proyecto del PPT como el equivalente a SYRIZA en la colonia no resiste un análisis riguroso y ponderado. Como discutí en el balance de la izquierda griega y el surgimiento de SYRIZA, este partido es una coalición de organizaciones de la izquierda socialista. Producto de su origen unitario conviven en su seno varias tendencias del espectro de la izquierda reformista y socialista que comparten unos objetivos de consenso para el accionar político parlamentario en esta etapa. Además, esta coalición fue el resultado de varios años de coincidencias en el trabajo político y de resistencia a las políticas neoliberales impuestas en Grecia. En cambio el PPT es una organización que se caracteriza por su no-definición como socialista y que propone como alternativa al neoliberalismo retomar el programa de reconstruir un estado benefactor. El trabajo político del PPT parece reducirse a la presencia mediática y la lucha por un espacio electoral, dejando relegado el trabajo directo con la clase trabajadora y el pueblo en funcion de la lucha y la movilizacion.

Si algo nos demuestra la victoria de SYRIZA es el carácter complejo y prolongado de la construcción de un proyecto político que tenga la capacidad de convertirse en verdadera alternativa ante el avance arrollador y destructivo de la ofensiva capitalista. En primer lugar, no importa cuál método de lucha elijan las izquierdas, electoral o “de combate”, estas tienen que darse a la tarea de estrechar su vínculo (presencia sería más acertado) con los sectores organizados de la clase trabajadora y el pueblo en lucha. La organización política (partido(s) o frente) para aspirar a ser alternativa, tiene que convertirse en vocero y aglutinador de las diferentes luchas del pueblo y articularlas en un proyecto político común. En segundo lugar, el desarrollo histórico de SYRIZA nos enseña que la unidad no se construye sólo con buenas voluntades. Sí, todos estos elementos son necesarios, pero son insuficientes si no están montados sobre un trabajo persistente con la clase trabajadora y el pueblo pobre en lucha. La unidad que ayude a organizar fuerza social tenemos que construirla desde abajo, en la medida que vayamos coincidiendo en los espacios de lucha, en las acciones de resistencia y en las propuestas ante la crisis. Todos aspiramos a la unidad, pero para poder lograr una unidad que verdaderamente sume voluntades y las convierta en fuerza social revolucionaria, cada cual tiene que fortalecer su proyecto partiendo desde lo más básico. No planteo que nos quedemos mirando mientras nos dan fuete a to’ jendel. Si en algo nos hemos distinguido en el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) es en convertir la teoría en acción. Pero entendemos que se construye combinando la organización de estas pequeñas resistencias, con la denuncia, la elaboración de reclamos y propuestas para ir construyendo su articulación y coordinación a nivel nacional. El romanticismo y el idealismo nada bueno producen, sólo conducen a la desesperación y a la desmoralización.

En tercer lugar, la experiencia griega nos enseña que todo proyecto político de izquierda (en nuestro caso socialista) que pretenda convertirse en alternativa, tiene que partir de un análisis de su realidad concreta. Como parte de este análisis se debería tomar en cuenta, entre otras cosas, el modelo de acumulación de capital que impera a nivel nacional e internacional, las propuestas y medidas capitalistas que se imponen desde el Estado colonial como parte de este modelo y el carácter de la crisis de capitalismo colonial. Además analizar el estado organizativo del movimiento obrero, el pueblo en lucha, el movimiento estudiantil, de las organizaciones de izquierda y su capacidad y disposición real para enfrentar la ofensiva neoliberal. Para partir de la lectura que hagamos de esa realidad para articular las propuestas que las izquierdas deben levantar ante la coyuntura de crisis y la ofensiva del gobierno de los ricos.

Para finalizar, entiendo que si miramos detenidamente el proceso de lucha en Grecia que condujo a la victoria de SYRIZA y al aumento en el apoyo a la izquierda en general, las preguntas que deberíamos estar haciéndonos y contestándonos las izquierdas puertorriqueñas son: ¿Cómo construimos fuerza social capaz de enfrentar la ofensiva del gobierno y los ricos? ¿Qué objetivos unitarios nos plantea la etapa actual para comenzar a dar pasos concretos? ¿Qué clases y grupos sociales son los más afectados por la ofensiva patronal y la crisis? ¿Qué fuerzas sociales tienen el potencial de articular una verdadera resistencia? ¿Cómo organizamos y nos acercamos a estos sectores? ¿Qué propuestas podemos levantar las izquierdas para intentar aglutinar a los sectores organizados y más afectados? ¿Qué tipo de organizaciones para las luchas sectoriales y políticas hacen falta?, etc. Si somos capaces de darle respuesta a estas interrogantes, sin reproducir modelos organizativos pensados para otras realidades, y poner en práctica nuestras conclusiones, entonces podremos comenzar a superar la profunda crisis organizativa de las izquierdas. La victoria de SYRIZA nos demostró que no hay atajos para la victoria. Si queremos convertirnos en alternativa debemos aprender que esto solo es posible desde las luchas de la clase trabajadora y el pueblo pobre y marginado con un proyecto a tono con nuestra realidad concreta.