La juventud contra el militarismo

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| Publicado el 30 octubre 1999

Ricardo Olivero Lora
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UJS-MST
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Durante los últimos años, el gobierno de los Estados Unidos ha aumentado la militarización de la Isla. En este proceso el Partido Nuevo Progresista y Pedro Rosselló, han sido un factor fundamental al pedir, bajo la premisa de la «guerra contra las drogas», que las agencias federales aumenten su presencia en la isla, a través del establecimiento del Comando Sur y su defensa a los radares y bases militares. El Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) ha aumentado sus oficinas y su presupuesto. Todo está sin contar con las agencias «invisibles» militares y de inteligencia. Estas son las que funcionan en secreto, como la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y la Inteligencia Naval. Las «ansias militaristas» demostrada por los colonialistas nos hace pensar que también están incrementando sus funciones.

Todo sistema militar necesita buscar constantemente a nuevos reclutas que vayan renovando la reserva de soldados. El sector social donde se concentran esos esfuerzos es el de la juventud. Partiendo de está premisa, toda agenda antimilitarista en Puerto Rico tiene que ser enfocada a la juventud.

Una de las condiciones principales de las cuales los militares se aprovechan es el de la pobreza. Conocen de las desigualdades sociales producto de las divisiones de clase, así tratan de vender a las supuestas «ciencias militares» como alternativa para poder estudiar con becas universitarias.

Esa es la razón principal de la existencia del ROTC en las universidades. Resulta de provecho para ellos el reclutar pobres. También buscan uno que otro estudiante sobresaliente para las funciones de importancia, las que requieran algún grado de desarrollo intelectual. Por eso los vemos en las escuelas superiores reclutando a estudiantes próximos a graduarse.

La lucha en contra del ROTC tiene hoy tanta vigencia como hace treinta años. Por más adelantos que se logren en las tecnologías militares, en las guerras se necesita carne de cañón. Y esos somos la juventud y los trabajadores. Donde más encuentran reclutas los militares es en las escuelas superiores. allí les ofrecen villas y castillas. Y ante la crisis educativa, junto a un sistema injusto donde el acceso a la universidad es un privilegio restringido al que pueda pagarla, los militares engruesan sus filas.

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