El anuncio, por parte de la Administración de la UPR, de un plan piloto para consolidar funciones administrativas en los recintos de Utuado, Arecibo y Aguadilla ha creado gran preocupación. Sectores en Utuado han señalado que mover puestos de trabajo para otras unidades es parte del viejo plan del gobierno para cerrar y/o vender las extraordinarias facilidades de la UPRU. El presidente, Luis Ferrao, se ha apresurado a negarlo: “La administración de la Universidad de Puerto Rico no ha contemplado la eliminación de las unidades académicas, ni recintos de la institución.”, señaló en un comunicado de prensa. Este modelo, según presidencia, “tiene como finalidad mejorar la efectividad de los procesos administrativos y operacionales”, intención que contrasta vivamente con la peligrosa situación en que han colocado a la UPRU desde hace varios años.
La administración ha cerrado programas académicos o los ha puesto en moratoria, ha dejado caer la planta física y los predios agrícolas en un marcado y acelerado deterioro, que junto a la más que alarmante baja en la matrícula, siguen anunciando el fin de la UPRU. Llama la atención, hasta ahora, el silencio de parte del profesorado, los sindicatos y el estudiantado del recinto. ■