El desempleo, reflejo de una colonia en quiebra

| Publicado el 6 agosto 2014

1ro de septiembre: Día del Desempleo

Comité Central
Movimiento Socialista de Trabajadores

El problema más grave de nuestro país que a su vez tiene consecuencias en todos los demás renglones es precisamente la mala distribución de las riquezas que generamos. El alto nivel de desempleo en el país es precisamente una muestra: apenas el 35% de la población tiene trabajo según las propias estadísticas del Departamento del Trabajo. En otras palabras 1.7 millones de personas en Puerto Rico están desempleadas. Lamentablemente la situación del desempleo, que es un reflejo de la incapacidad de los ricos y las corporaciones en nuestro país para suplir las necesidades de la sociedad, se ha manejado como otro balón político. La realidad es que nadie le cree al gobernador cuando dice que creó 50 mil empleos si durante toda su gestión como gobernador ha perdido 58 mil empleos.

La situación del empleo en el país se agrava si tomamos en cuenta que muchos de los empleos que existen hoy en día son empleos chatarra cuyos salarios no satisfacen las necesidades de la trabajadora o el trabajador. Los empleos por contrato, a tiempo parcial, por agencias de empleo, en megatiendas o centros de comida rápida son en la práctica empleos de baja calidad, sin beneficios ni protección laboral de ningún tipo. Muchos de estos empleos están siendo subsidiados por el propio gobierno por medio de las ayudas económicas como la tarjeta de salud, el programa de asistencia nutricional, planes de subvensión de vivienda etc.

El ELA no da para más

Lo que tenemos ante nosotros es el resultado de los más de 100 años de explotación capitalista en Puerto Rico. Desde el 1898, año en que Puerto Rico fue invadido por las tropas norteamericanas se fue estableciendo en el país un sistema político, económico y social que está al beneficio de las corporaciones y bancos norteamericanos. Durante esos 100 años el pueblo trabajador puertorriqueño ha sido productor de inmensas riquezas que abandonaron en el país.

En los últimos 8 años hemos estado viviendo la más reciente crisis de ese sistema capitalista y colonial, apenas un puñado de corporaciones se llevan más de 40 mil millones de dólares en ganancias en el último año. Desde el año 2006 al presente estas corporaciones han generado 321 mil millones de dólares en ganancias. Dichas corporaciones aportan muy poco pues sólo pagaron 32 mil millones en salarios y trabajan en ellas sólo el 3% de la población apta para trabajar. En esos 6 años apenas pagaron 4 mil millones de dólares en contribuciones por la ley 154 más 160 mil millones en la repatriación de sus ganancias. En el mismo tiempo los individuos aportamos 4 mil millones en IVU y 20.5 trillones de dólares en contribuciones sobre ingresos.

Los efectos de la crisis económica se hacen cada vez más evidentes en nuestros bolsillos, en el auge de la criminalidad, en los pobres servicios de salud y educación que recibe el pueblo trabajador. Mientras los pobres y la gente trabajadora vive los efectos de la crisis, un pequeño grupo de millonarios y corporaciones viven de la ganancia que generan de nuestro trabajo.

La aprobación de las leyes de sostenibilidad fiscal, la mal llamada reforma energética, la ley de quiebra de las corporaciones públicas, el desmantelamiento de los sistemas de retiro, la privatización del aeropuerto, el hacinamiento de estudiantes y el cierre de escuelas forman parte del mismo esquema de empobrecimiento y explotación de la clase trabajadora.

¡Que la crisis la paguen los ricos!

La explotación en nuestro país reviste un doble carácter, por un lado son nuestras manos las que producen las riquezas que salen del país año tras año y por el otro lado todos nuestros ingresos los gastamos en nuestra supervivencia consumiendo los productos de baja calidad que nos ofrecen las megatiendas. Mientras tanto los gobiernos del PPD y del PNP han empobrecido a la clase trabajadora por medio de los impuestos al consumo, y las legislaciones antiobreras.

Es hora de trascender el juego de la politiquería partidista. La clase trabajadora exige que sean los ricos y las corporaciones las que paguen la crisis. En el MST planteamos que no se le pague un vellón más a los bonistas, que se incrementen los impuestos a las corporaciones y que no se de ni un paso atrás en los derechos adquiridos por la clase trabajadora. Estas propuestas tienen que estar acompañadas de la lucha por conquistar la independencia y el socialismo como única alternativa ante la crisis capitalista y colonial.

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