Lloran los cocodrilos mientras mastican los derechos de técnicos

| Publicado el 14 octubre 2010

El novelón que nadie cree..

Jue, 2010-10-14 00:24
Redacción
Bandera Roja

La soga siempre corta por lo más finito: los derechos y el salario del trabajador. Por lo que no sorprende que las grandes productoras del patio de vez de quejarse por los dueños de los canales de televisión que no apoyan las producciones locales prefieran atacar a los trabajadores. De una manera cegata no se dan cuenta que si la televisión ha decaído es porque ni el gobierno ni los grandes empresarios de la televisión han apoyado a las producciones locales. Más aún cuando los canales, los dueños y los administradores son extranjeros que prefieren comprar cualquier programa latoso antes de pagar por una producción local.

Para poder defender estas posiciones contradictorias y anti-obreras, este grupo hizo recientemente una conferencia de prensa. En esta, argumentaban que la situación precaria de la programación boricua se debe a las exigencias de los trabajadores, específicamente aquellos organizados en la Unión de Periodistas Artes Gráficas y Ramas Anexas, UPAGRA. Esta conferencia de prensa es resultado directo de la paralización de la segunda temporada de la serie de televisión de «Extremos». La paralización se da en momentos en que la UPAGRA negocia un convenio colectivo con el canal Telemundo. Este grupo de productores entre los cuales se encuentran personalidades del independentismo, argumentan que la preferencia de las televisoras a presentar programas enlatados se debe a que las producciones en Puerto Rico son más caras debido a las exigencias de los sindicatos.

Quejarse de la UPAGRA y/o de los trabajadores es tratar el problema de manera superficial e irresponsablemente. Estos productores que viven del arte, muchas veces sin hacer ni saber que es arte, deben entender que los programas locales no pueden depender sólo de caras bonitas y lindas sonrisas a quienes se les paga grandes salarios. Detrás de esas cámaras y de los grandes escenarios existen verdaderos artistas y otros manejadores de información, quienes le dan cordura y experiencia a los rostros del momento. Claro, es difícil que lo entiendan ya que ellos sólo entienden el idioma del dinero y del mercado. En momentos que muchas trabajadoras de los medios están siendo reconocidas a nivel mundial por el gran nivel de profesionalismo, estos productores se hacen eco de los intereses de los dueños de estas televisoras, para proteger las migajas que estas cadenas les otorgan.

Estos mismos que marchan contra el gobierno de Fortuño, repiten sus actitudes anti-obreras a la vez que crean una falsa idea de lo que es la nación puertorriqueña. Es necesario, entonces rechazar a ciertos productores mercaderes de una falsa puertorriqueñidad. Cuando rechazan los derechos de los trabajadores y de verdaderos artistas del pueblo es hacerle un flaco servicio a la defensa de la justicia social y la cultura, ya tan maltrecha por el gobierno de Puerto Rico. El pueblo no debe caer en esta estrategia publicitaria engañosa de los productores. En la televisión local el que menos cobra es y, lamentablemente, seguirá siendo el obrero.